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miércoles, 15 de junio de 2011

Sodimac y su ejemplar RSE



¿Podrá existir una marca local que cumpla realmente con la Responsabilidad Social Empresarial? La verdad es difícil imaginárselo, pues entre colusiones, contaminación ambiental y maltratos o desigualdades laborales es escasa la esperanza de que alguna empresa tenga aun moral y confianza en temas sensibles con la comunidad, más allá de maniobras legales y espejismos publicitarios.

Si bien hoy el tema de la Responsabilidad Social Empresarial (o RSE) está bien de moda, son pocas las empresas que pueden demostrar que son responsables de manera contundente. Hay muchos premios, mediciones y rankings que tientan a los empresarios a hacer malabares e invertir importantes sumas de dinero en pos de conseguir un buen resultado en ellos. Más difícil es mantener esto y de forma creíble, siendo reconocible y comprobable por todos los públicos que se relacionan con la entidad en cuestión.

Sodimac es una marca chilena dedicada a desarrollar, satisfacer y brindar soluciones para proyectos de construcción, mejoramiento y decoración del hogar. Su filosofía está fuertemente orientada al buen servicio y al compromiso, tanto con la comunidad como con sus empleados. No solo vende insumos, sino que garantiza apoyo en el cuidado del hogar y la familia, principalmente de sus clientes y trabajadores.

Diversos planes y acciones respaldan la RSE de Sodimac. Desde buenas prácticas medioambientales como su plan de ahorro energético, reciclaje de residuos no peligrosos, electrónicos y de baterías de automóviles, hasta sus bolsas plásticas degradables, la medición de su huella de carbono e incluso la construcción, en Copiapó, de la primera tienda verde de Latinoamérica. Son cientos los ejemplos que elevan a Sodimac como una marca cuya RSE es parte de su esencia y compromiso diario. Tal vez algunos no conozcan el detalle de todas sus buenas acciones y planes integrales, pero naturalmente su identidad deriva en una excelente imagen en sus destinatarios. Esto quedó demostrado en el Ranking BAV 2010 en Chile, donde la marca Sodimac ocupa el segundo lugar, justo después de Coca-Cola, y supera a grandes como Nike, Nestlé y hasta la Selección Chilena.

No solo en mediciones externas esta marca chilena de exportación es bien evaluada. Rankings hechos por la Fundación PROhumana, han reflejado en los últimos años la buena impresión de los públicos internos de la marca, donde sus empleados han expuesto las fortalezas de Sodimac en temáticas como derechos humanos, políticas de capacitación y daños potenciales.

Si no basta con lo ya expuesto, vale la pena agregar que en la crisis del 2009 los altos ejecutivos se bajaron los sueldos voluntariamente para evitar despidos masivos, y que luego del terremoto del bicentenario fue de las pocas tiendas abiertas a pocas horas del desastre, sin especular con los precios. Envidiable, ¿no?

Referencias: Sodimac.cl, entre otros.

domingo, 7 de noviembre de 2010

La experiencia Casa&Ideas



¿Qué sienten al entrar a Casa&Ideas? En el ambiente complejo en que se desenvuelven los consumidores hoy, la experiencia es el aspecto más memorable de cada cosa que consumimos. Esta experiencia de consumo es muy importante hoy en la gestión de las marcas y vemos cómo una local, de uno u otro modo, pareciera destacarse en este sentido.

Casa&Ideas nace en 1993 como una marca chilena dedicada a la venta de productos de diseño para el hogar. Desarrolla productos con diseño propio que buscan, según la propia declaración de la compañía en su página web: integrar estética, funcionalidad y bienestar. En este sentido, podemos definir a sus competidores como Haus, Mica o departamentos dedicados a esta categoría pertenecientes a otras marcas, como Homecenter. La empresa se describe como líder en Latinoamérica en productos de diseño novedoso, creativo y cálido que entregan alegría y bienestar a las personas y sus hogares, siendo su gran objetivo la democratización del diseño mediante productos únicos y precios accesibles.

Las tiendas de Casa&Ideas son más que el rostro de la marca, pues en ellas es donde ocurre el consumo total de su oferta. Para los consumidores los locales son el corazón de la marca; es en ellos donde se busca conseguir que los consumidores tengan una experiencia agradable, novedosa y sorprendente. Son los mismos locales los que deben generar la invitación y tentación hacia su público objetivo a través de la reformulación o redescubrimiento de sus propios hogares, con los productos de temporada que allí se ofrecen. Por ello, Casa&ideas presenta en sus tiendas y productos distintas características dirigidas a la percepción sensorial de sus consumidores, ya sea de manera consciente o inconsciente por parte de la empresa, éstos representan la relación de las personas con la marca. La visualidad del entorno, la posibilidad de tocar de sus productos, el aroma de sus velas y otras ofertas, y la música ambiental, dejan fuera solo al sentido del gusto dentro del mundo de la experiencia Casa&Ideas.

Nos enfrentamos de este modo a una marca con fuertes cargas emotivas, que busca invitar y acoger a los consumidores, lográndolo en gran medida, como queda demostrado en que siguen naciendo nuevos locales y que la expansión incluso hacia el extranjero va en ascenso, donde se suman a los locales en Perú, la presencia en Colombia y la pronta apertura del primer local en Estados Unidos (con nuevo formato y rediseño de su marca) y México, además de franquicias en Bolivia.

Sin olvidar que es escasa la presencia en medios de comunicación y a pesar de ello Casa&Ideas persiste y tiene un alto posicionamiento en la sociedad local, el camino al éxito para esta marca ya está pavimentado, solo resta una mayor concientización, aprovechamiento y proyección desde el ámbito sensorial y todos los componentes de la marca, para afianzar y conseguir más y más fieles consumidores, cosa que al parecer se está a punto de fortalecer con el refresco de la marca y el nuevo formato internacionalizable, actualmente probándose en el local de Quilín y pronto a estar en funcionamiento en Miami.

Fuente y información: Casaideas.com

lunes, 22 de junio de 2009

El ritual del supermercado



¿Dependemos hoy en día de los supermercados? La rutina de la familia chilena media de la compra semanal, quincenal o mensual para el hogar, suele hacerse en los supermercados. El factor tiempo, sumado a la disponibilidad de productos y ofertas, y al fácil acceso a estos locales ha generado, en gran parte, esta dependencia. Pero el rito del supermercado tiene históricamente algo más que temas prácticos. Se relaciona a realidades sociales y a estilos de vida.

El primer supermercado inaugurado en Chile (y también en Latinoamérica) fue Almac el año 1957, en Santiago. Si bien esta nueva forma de compra y consumo inició un enorme cambio en nuestra sociedad, por mucho tiempo los almacenes de barrio y los puestos de venta al aire libre, ubicados en algunos lugares claves de la capital, continuaron siendo sitios muy concurridos e importantes centros de sociabilidad.

Se suman luego otros supermercados a lo largo y ancho de Chile y del continente. El rechazo inicial que hubo cuando recién aparecieron este tipo de locales poco personalizados, no tardó en mutar a una ritual vicioso que llevó en la década de los 80’s a personas de clase media emergente incluso a pasearse por los pasillos del supermercado con carros repletos de mercadería, de la cual solo un pequeño porcentaje llegaría a la caja para ser pagado y embolsado. Los supermercados se convertían en lugares de reunión social y en pasarelas de consumo para sus compradores, quienes demostraban con el contenido de sus carros sus más íntimos secretos hogareños y el fiel reflejo sus estilos de vida.

En 1976, se abre el Hipermercado Jumbo, que fue creado más que como “un supermercado más”, pues buscaba ser un centro para el consumo y el ocio de la familia chilena. Se tenía, por primera vez y en un solo lugar, la mayor variedad de marcas y productos disponibles en el mercado del momento, y no específicamente al alcance de cualquier bolsillo.

Para casi cualquier compra en estos días los supermercados son salvadores. Eso es innegable. Si podemos encontrar desde frutas y verduras hasta artículos de librería y en algunos casos: electrodomésticos y ropa. Lo que habría que cuestionarse en estos bullados tiempos de crisis, es si la inversión de tiempo, disponibilidad y acceso es tan conveniente frente a lo desagradable o traumático que se hace muchas veces el evento. Casi todo el mundo tiene la misma disponibilidad horaria para ir de compras; los supermercados se repletan, la variedad es discutible, el servicio no siempre es eficiente, las cajas abiertas se suelen hacer pocas, el estado de muchos productos perecibles es por lo menos descuidada y los precios no son particularmente los más bajos.

Pero hay personas que disfrutan paseándose y pasando el rato entre las góndolas. En varios casos se han instalado cafés y pastelerías dentro de los mismos supermercados. Y no debiera sonarnos tan ajeno, aunque si curioso. Uno mismo, que se autodefine como “práctico”, cuando va a comprar un par de cosas específicas, termina muchas veces viéndose seducido por productos que en primera instancia no pensabas comprar, pero al verlas parecen necesarias y terminan en nuestras bolsas ya que están al alcance.

Almac, Unimarc, Ekono, Jumbo, Líder, Santa Isabel, Montserrat, Deca, Korlaet, Tottus, Puerto Cristo o Marmentini Letelier. Hay algo en los supermercados que los hace ineludibles. Podríamos comprar todo a mejores precios en dos o tres lugares distintos. Pero ya nos acostumbramos a deslizarnos con el carrito como sobre nubes, aunque sea con la clásica rueda en mal estado. Es como un ritual santo, quizás parte de la rutina del progreso.

Algunos datos: Pedro Álvarez Caselli , “Chile Marca Registrada”.

sábado, 16 de mayo de 2009

La famosa nana chilena



¿Qué tan famosa es la nana chilena? Es muy común oír a la dueña de casa de clase media y alta emitir reclamos del tipo “que lata, mañana viene la nana” o “mi nana es un caso, hay que saber aguantarla”. Pero en el minuto en que la nana se ausenta más de lo presupuestado, o peor aún, jubila, todo se trasforma en un caos y la familia completa, partiendo por la dueña de casa, se da cuenta de lo indispensable que es esta persona en el bienestar del hogar. Conoce el orden y funcionamiento de la casa mejor que nadie, y le sabe las mañas y secretos a todos sus integrantes.

Si bien en Centroamérica, Argentina, Colombia, México y Perú también se les llama nanas a las niñeras, el concepto como se utiliza en Chile es distinto y comprende mucho más. La nana puertas adentro, la nana puertas afuera o la asesora del hogar (como la llaman algunas damas finas) y todas sus variantes, tienen muchas más responsabilidades que la de solo cuidar a los niños.

La nana es parte fundamental de la familia chilena, pese a que ni siquiera comparta la mesa con los demás de la casa.

Un hito mediático fue la famosa nana chilena millonaria, Angela Grasso, quien ganó el premio mayor de la lotería en Estados Unidos el año1999. Pero no fue más que el dato bizarro de aquel sorteo. En vez de una nana chilena podría haberse tratado de un jardinero ecuatoriano o una mesera uruguaya y la cobertura mediática hubiese sido similar. Excepto en Chile en que la noticia entró aun con más fuerza, debido a ese extraño morbo-patriota que busca el ADN chileno desde la serie Lost hasta la luna.

Es probable que la nana chilena nunca haya sido considerada como se merece hasta este último tiempo, en que se ha vuelto bastante famosa gracias a la película “La Nana”, de Sebastián Silva. Este último escribió el guión junto a Pedro Peirano (Plan Z y 31 Minutos), y logró el premio al Mejor Largometraje Drámatico Internacional en el Festival Sundace de Estados Unidos.

La actriz principal de esta cinta, Catalina Saavedra, fue premiada de forma espacial por el jurado del Festival Sundace y fue electa como mejor actriz en el Festival de Cartagena de Indias, Colombia. Ella es conocida a nivel local por sus papeles de nana en televisión, como Josefina en Los Venegas o Dulcinea en Fortunato, pero declaró a principios de esta semana en la Revista YA, de El Mercurio, que esta es la primera vez que debe actuar como una nana chilena real y no en base al estereotipo de las teleseries. En “La Nana” se muestra a la nana puertas adentro del barrio alto, que vive en un núcleo familiar ajeno y posterga su existencia en función de una familia que no es la suya.

Puede que este rol protagónico de la nana chilena nos de tema para hablar entre amigos o alrededor de la mesa familiar por estos días. Sin duda es bueno que aparezcan estas visiones de las empleadas domésticas en Chile, y no solo como la actriz más secundaria de las teleseries locales o como un personaje de series extranjeras adaptadas tipo The Nanny. Me llama la atención que Coco Legrand no tenga un capítulo especial sobre nanas entre su repertorio, si contamos incluso con su presencia en Internet mediante el portal Nana.cl “dedicado a la búsqueda de personal para trabajos en el hogar en nuestro país”, o Nana-SOS.cl “especializada en la evaluación y selección del personal encargado del cuidado de niños y de la realización de trabajos en el hogar”.

Bueno, “La Nana” aun no tiene fecha de estreno en nuestro país, así que habrá que esperar para verla y dar opiniones personales de ella como obra y como scanner de la realidad local. Mientras tanto, aprovechemos el revuelo que ha causado la cinta criolla para aceptar la importancia de nuestras queridas nanas, protagonistas anónimas en cientos de casas.

Referencias: Entrevista realizada por Magdalena Andrade N., Revista YA, El Mercurio, Martes 12 de mayo de 2009 / Nana.cl / Nana-SOS.cl