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domingo, 23 de septiembre de 2012

Zombis post dieciocheros

¿Han notado algo extraño en el ambiente volviendo de fiestas patrias? Se supone que hubo dos días laborales luego del fin de semana largo por el 18 de septiembre (jueves 20 y viernes 21), pero muy poca gente pudo ser ubicada en sus lugares de trabajo o incluso en sus lugares habituales de residencia. Ya terminando el fin de semana y el ambiente se mantuvo demasiado tranquilo. Poco ruido, poco movimiento, poca gente. Como entrando en una verdadera película de holocausto zombi en versión criolla. Cuya primera escena muestra la ciudad prácticamente vacía, aunque con ciertos rastros de vida cotidiana cortada de golpe hace solo instantes.

Personalmente aproveché de arrancarme de la capital hacia el sur. En busca de descanso, amistades, paisajes, comida, bebida y entretención patriótica (y no tanto). Además del par de kilos extra y de la agradable sensación de haberse desconectado varios días de la rutina, como muchos; aproveché de bailar cueca, comer asados (entre decenas de otras comidas típicas chilenas, extranjeras e inventadas), pasear, jugar Trivia Chilena (y otros juegos de mesa) y hasta disfrutar algunas películas. Entre ellas un par de películas de zombis fueron las que me ayudaron a entender, regresando a Santiago, que el escenario era prácticamente el mismo del de este tipo de películas.

 ¿No será acaso que luego de tanta jarana dieciochera los chilenos se infectaron con una especie de virus zombi local? Debido al exceso de carne o de alcohol. Los largos viajes (y tacos). El bailoteo o quién sabe qué juegos típicos chilenos. Todas estas cosas que no acostumbramos a realizar durante el resto del año pueden haber provocado perfectamente alguna reacción del tipo zombi.

Personas que incluso se creyeron muertas, pero que como bien define la Real Academia Española: reaparecen atontadas y se comportan como autómatas. Fíjense en los pocos especímenes que andan por las calles, o tras los volantes de sus vehículos, o atendiendo los pocos locales abiertos.

No es mucho lo que se sabe en nuestro país de estos casos. Más allá de algunos cuentos o mitos particulares, es poco lo que se conoce de este tipo de fenómenos más allá del cine, los libros e historietas. Existen grupos de fanáticos, bandas musicales e incluso proyectos ligados a este mundo, como la marcha zombi masiva que se hizo para el Bicentenario o el cómic Zombies en La Moneda, una verdadera joyita según los entendidos. Pero no deja de ser extraño ver que los síntomas se hayan podido extender tan fuertemente tras estas fiestas patrias.

Probablemente el privilegio de haber gozado con cinco jornadas de festejo chileno, que varios transformaron en una semana o incluso más días; dejaron una marca social no menor. Y estaremos viviéndola y observándola al menos por toda la semana que comienza. Repleto de zombis post dieciocheros tratando de volver a sus quehaceres, portadores de un virus poco conocido, quizás de “exceso de chilenidad”. ¿No estaré yo mismo infectado? ¿O ustedes…?

miércoles, 17 de agosto de 2011

Violeta se fue a los cines



¿Vieron la película de la Violeta? Y ojo que esta pregunta no es solo relativa a las ganas o interés de asistir a este estreno nacional, también depende de si lograron encontrar entradas o incluso entrar a su cine preferido estos días, con fin de semana largo y todo, donde las salas colapsaron.

Sin entrar a contar la película, que imagino a nadie le causaría gracia si no la ha visto, es bien notable lo que ha pasado hasta el minuto con el fenómeno Violeta se fue a los cielos. Este homenaje a la folclorista, cantautora, pintora, bordadora y ceramista ha sido un éxito de taquilla en sus primeros días, por sobre varias ofertas internacionales, agotando funciones y generando filas larguísimas en los cines locales. Con decirles que en La Reina este fin de semana, la gente estaba desde el tercer piso bajando por las escaleras hasta la mitad del primer piso haciendo cola. Cosa extraña si pensamos cuánta “bola” se le da cotidianamente a Violeta Parra y otros personajes de la historia y cultura chilena más cercana. O si tomamos en cuenta frases para el bronce como una que me tocó oír saliendo del cine: “Que fome. No pasó nada que no se sepa en la película”.

Pese a que sería raro ver grandes novedades en una cinta de tipo biográfica o de retrato de personajes reconocidos, y que imagino que la mayoría se sienta en la sala de su cine favorito a verla sin esperar explosiones, autos voladores o animales parlantes, tengo dudas si acaso realmente todos los chilenos sabemos todo lo que nos comparte esta película. Y si es cierto que conocemos y valoramos tan bien la historia y obra de Violeta Parra, es bueno recordar que cualquier obra cinematográfica (o de otro tipo) con este perfil, debiera, ojalá, transmitir para otros lugares a estos personajes y sus historias, como parte de nuestra propia historia y cultura chilena. Y latinoamericana.

En lo personal, me parece una apuesta de gran valor. La actuación de Francisca Gavilán: formidable, pues además de muy creíble y estudiada, hasta canta igualito. La fotografía y textura de la película son protagónicas, dándole una atmósfera bien particular y envolvente sumadas a la música y la narración. Los paisajes donde pasean los personajes casi pueden palparse y olerse.

Lamentable que como comenta su director Andrés Wood en varios medios de prensa; no se hayan hecho más copias para que la cinta llegué a más salas, pese a que lo solicitaron, evitando tanto atochamiento donde ya está y brindando la opción a más gente en más lugares de verla. Con estos hitos contemporáneos nos damos cuenta de que se puede hacer cine exitoso en Chile y que la gente está con ganas de seguir estos proyectos, sin desmerecer el excelente trabajo de producción, gestión y difusión de los responsables de Violeta se fue a los cielos.

Espero ansioso más productos de este tipo, mientras se consiguen ideales de otra índole como lo que plantea Álvaro Henríquez por estos días, respecto a lo necesario que se hace que nuestros estandartes modernos como la Violeta pasen a ocupar sitiales cotidianos de peso, en billetes, monedas u otros, que nos acerquen a fragmentos de nuestro país y nuestra gente, del arte, historia y cultura de carne y hueso de nuestra identidad.

Link de la película: Violeta se fue a los cielos

lunes, 2 de agosto de 2010

La vida de algunos peces conocidos



¿Alguien no ha visto la última película de Matías Bize?
Yo fui unas semanas atrás a verla al Hoyts de La Reina y no se me había ocurrido comentarlo, pero ahora que leí en la prensa digital que iban a alargar su estancia en las salas de cine nacionales debido a la buena taquilla que había tenido hasta hace unos días, decidí escribir algo.

La vida de las peces me parece una muy interesante película. ¿Buena o mala? Puedo decir que me gustó. Aunque cuando salí de la sala no estaba particularmente entusiasmado, con el pasar de los minutos y los comentarios con mi acompañante mientras disfrutábamos de un sándwich y una cerveza nacional, fui cayendo en cuenta que me había parecido bien atractiva. Una historia sencilla, buenas actuaciones y otras no despampanantes pero tampoco deficientes, música especialmente apropiada para la ambientación tan característica del director y, por sobre todo, una muy bien lograda narración fílmica en cuanto al recorrido de las cámaras por la locación; inmensa y con mucha personalidad propia.

La historia de esta cinta no es sorprendente, pero se hace muy digerible y evocadora. El contexto no es nada muy nuevo para el director, al igual que En la cama contempla un estrato social medio-alto chileno acomodado bien definido de adultos-jóvenes treintones, que por una u otra razón están agobiados, melancólicos y/o deprimidos, ya sea por amores, trabajo, familia y su determinante pasado, en general. Bize tiene todo un cuento por ese lado. Algo denso o plano según algunas opiniones que he recibido, o envolvente e innovador según otras, pero creo que siempre muy declarado y cumplido. Habiendo visto Sábado, que era una arriesgada apuesta sin muchos recursos; En la cama, que me pareció muy atractiva desde el ingenio de no mover a los personajes de la cama del motel y el trabajo psicológico y sociológico de los mismos; y Lo bueno de llorar, que en realidad no me pareció buena, pese al intento de sacar su universo fuera de las fronteras chilenas, con locaciones y actores extranjeros, estimo que La vida de los peces debe ser la que más resuelve y comparte el Universo Bize. Me consideré invitado y presente en su relato, con mucho de conocido y de actualidad.

¿Por qué se llamará así la película?
Quizás sea solo una extraña pregunta, incluso sin respuesta, pero a mí el título me conectó con un espectro de elementos de la película, como historia (o crítica) actual, contemporánea y local, especialmente con las escenas en que los protagonistas vuelven a encontrarse una y otra vez frente (o detrás) de un espectacular acuario. Los acuarios son fabulosos, y sus moradores-prisioneros viven flotando en el tiempo, en aguas estancadas pero transparentes, entre paisajes artificiales que emulan ser lo natural pero que en realidad nunca cambian, según dice la leyenda popular, además, sin memoria de más de tres segundos. Vean ustedes si les hace o no sentido con algo que conozcan de Chile, o con este grupo de personas que nos presenta el guionista y director…

martes, 20 de octubre de 2009

¿Super escáner a los chilenos?



¿Cómo llegó un supermercado chileno a la pantalla grande?
Todo comenzó con un concurso realizado por la productora Coquimbo Films. El objetivo era encontrar entre la mayor cantidad de posibilidades la propuesta más seductora, original y económica de llevar a cabo. Así se juntaron 150 guiones de 5 países distintos y se terminó por elegir y corregir la obra que se haría realidad.

Para el desarrollo del concurso y el proceso de selección, la productora, en conjunto con Duoc UC, contó con la participación de los guionistas Coca Gómez, Julio Rojas y Ricardo Altman, además del jurado, que incluía a Andrés Wood, Diego Izquierdo y Néstor Cantillana.

La filmación duró cuatro semanas entre abril y mayo de este año en un supermercado Lider de la Dehesa, en Santiago, y se hizo con 42 actores y 30 técnicos. Y creo que ahí reside su mayor logro, pues lejos de ser la “comedia coral”, como se le llamó previo a su estreno, se acerca más a un “veloz desfile de figuras”.

Es impresionante la cantidad de actores que “por amor al arte” se sumaron al proyecto incitados por el animoso productor Pablo Díaz, el actor del “millón de amigos”. Aunque hubo varios que sin explicación se restaron de la cinta antes del rodaje como Francisco Melo, María Izquierdo y Felipe Braun, la cantidad de rostros no deja de ser un hito en el cine chileno. Entre otros, aparecen Benjamín Vicuña, Jorge Zabaleta, Catalina Guerra, Alejandro Trejo, Carola Varleta, Luciano Cruz Coke, Julio Yung, Mariana Loyola, Boris Quercia y Fernando Godoy, además del bullado debut de Pampita, que con suerte aparece tres minutos en total.

También se comentó largamente sobre el trasfondo del film, que si bien saltaba de una historia a otra, sin protagonistas claros ni más de un par de minutos para cada personaje y anécdota, supuestamente lograba un buen escáner a la sociedad chilena actual, centrándose específicamente en temas como consumo, exitismo, medios masivos y personalidades tipo. Pero el número de artistas reconocibles le gana en trascendencia al contenido, que esboza claramente solo algunas de las situaciones, pero se siente desgranada y demasiado antojadiza, con varios diálogos inentendibles y otros solamente chistosos, pues hubo varias risas a lo largo de los 90 minutos, pero no representativos ni suficientes para levantar la obra.

Se podría suponer que el verdadero protagonista es el supermercado como organismo, como lugar de encuentro y tránsito de nuestros compatriotas, pero fuera del placement inagotable de marcas y productos (casi todos reales) detrás los actores en cada toma de la película, en general es poco lo que aporta el entorno frente a lo que podría ser casi el mismo montaje de situaciones y personajes en un mall, un cine o hasta un pub.

Finalmente, luego de esperar aquella escena clímax, aquel elemento cohesionador o ese final despampanante y sorpresivo, todo queda en el aire. Uno sale del cine preguntándose “¿acabo de ver una película, o no?” Había recibido comentarios al respecto de que Super era como un gran sketch televisivo humorístico llevado a la pantalla grande, y concuerdo totalmente. El esfuerzo productivo, la edición y la intención del proyecto es loable, aunque muchos elementos le quedan a uno rondando. Por ello, en definitiva, podría resumirse como un grupo “aleatorio” de “chilenos” que “casualmente” se cruzan en un supermercado y son filmados.

Referencias e imágenes: Superlapelicula.cl

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Dawson, Isla 10. Una cinta prometedora



¿Qué idea tienen sobre esta película?
El 10 de septiembre de este año se estrenó “Dawson, Isla 10”, película dirigida por Miguel Littin, basada en el libro “Isla 10” de Sergio Bitar, donde se narra su historia como arte de un grupo de prisioneros políticos dentro del campo de detención en Isla Dawson, a 53 kilómetros por mar de unta Arenas, bajo el yugo de los militares durante la dictadura militar chilena.

Miguel Littin, único director nacional nominado a los premios Oscar en dos ocasiones, se caracteriza por hacer proyectos cinematográficos ligados fuertemente a Chile y Latinoamérica, además de Palestina, por su origen. Sumado a esto, un dato importante es que fue exilado luego de Golpe Militar en nuestro país, y ello se ve reflejado en su obra en general, como en el interés de llevar a cabo esta producción en espacial.

Particularmente en este film, la idea es mostrar lo que pasaba dentro de un campo de detención durante el régimen del General Augusto Pinochet, siendo la primera película que toca el tema de los oprimidos y los opresores en el lugar mismo de los hechos, en este caso, bastante aislados.

Fue clave que el lanzamiento haya sido un día antes del aniversario del Golpe Militar del 11 de Septiembre, y se agradece que se traten temas de nuestra historia, más o menos reciente, desde distintas perspectivas, parajes y personajes. La fotografía y la producción son muy buenas. Dan pie a un reconocimiento y transmisión fiel del ambiente, el entorno geográfico y humano, determinantes de la experiencia de quienes protagonizaron esta historia. Pero, el proyecto buscaba reflejar también las penas psicológicas y físicas de las que fueron objetivo un grupo de líderes y autoridades de la izquierda allendista, y es allí donde uno puede quedar con gusto a poco.

El desarrollo de personajes es más bien un boceto. El propio Benjamín Vicuña, quien encarna el personaje de Sergio Bitar, se percibe como demasiado hermético. Igual que sus compañeros de encierro, entre los que están Orlando Letelier y José Tohá, fuertes íconos del periodo, dejan mucho por conocer. Más allá de que el encierro y la situación adversa pueda realmente haber tenido a los presos comúnmente silenciosos y en actitudes parcas, no por ello son seres sin sustancia. Por otro lado, sorprende el tratamiento de algunos personajes militares. Luis Dubó sale de ese papel del chileno popular típico tan repetido en que lo vemos en series y películas, generando un oficial con harto fondo y personalidad, así como Sergio Hernández, uniformado a cargo del centro de detención, e incluso Cristián de la Fuente en un papel que de ser más bien secundario pasa a primera fila principalmente por el fuerte carácter del rol.

Sin haber leído el libro, no puedo hacer comparaciones o apreciaciones respecto del hilo conductor o la visión del autor del texto original. Lo que si, se notan, al menos esbozados, todos los elementos para una reconstitución desde adentro de la historia, aunque muchas veces en este tipo de apuestas, uno es exigente y suele esperar más. Creo que en este caso, que aparte de algunos personajes específicos, el montaje mismo del proyecto, la idea de adaptación a la pantalla grande, la locación, la calidad y el esfuerzo de producción de filmarlo en el mismísimo lugar del los hechos se roban un poco la película, que ni siquiera sabría bien si definir como semi-documental, drama o reconstrucción adaptada.

Referencias y fotografías: Dawsonlapelicula.cl

lunes, 7 de septiembre de 2009

¿Retrato de un Antipoeta?



¿Será posible retratar a Nicanor Parra en un documental?
Este domingo fui por primera vez a la Sala VIP del Hoyts de La Reina a ver “Retratos de un Antipoeta”, el documental de seguimiento a Nicanor Parra estrenado hace poco.

Para los que no sabían de su existencia o nunca han ido, la Sala VIP de La Reina se encuentra en el quinto piso del complejo, donde solo se puede llegar por un ascensor escondido en un rincón. A decir verdad, de VIP no tiene más que pocas butacas más cómodas que las convencionales, una bebida y unas cabritas incluidas en los $4.700 de la entrada. ¿Por qué pagar esa cantidad?, en este caso, porque el documental no duró ni dos semanas en cartelera normal y pasó a estar solo en las Salas VIP de La Reina y Viña del Mar, y yo, no quería perdérmela en pantalla grande.

Nicanor Parra, nació el 5 de septiembre de 1914 y pese a ser el mayor de los hermanos Parra, ha sobrevivido a la partida de Violeta, Roberto y Eduardo, y pareciera aun tener pila para rato.

Puede sonar extraño que haya estudiado y enseñado matemáticas y física en la universidad, pero en realidad, es un personaje tan complejo (y a la vez tan simple), que muchas sorpresas nos podemos llevar con él. Se autodefine como antipoeta e incluso se le atribuye la responsabilidad del movimiento de antipoesía a nivel global. Ha escrito varios libros, confeccionado obras y exposiciones de artefactos con este estilo; repleto de clichés y sátira directa, por medio del lenguaje coloquial. Ha sido reconocido con premios como Doctor Honoris Causa de la Universidad de Brown y Honorary Fellow de la Universidad de Oxford, en el extranjero, y el Premio Nacional de Literatura y el Premio Bicentenario de la Corporación Cultural de Chile y la Universidad de Chile.

De Nicanor Parra podría hablarse infinitamente, pero no sería fácil lograr un retrato que le haga justicia a su particular universo, y creo que esa es la gran piedra de tope de este documental, pues se queda en el formato clásico del documental para acercarse a un personaje poco clásico.

El autor demuestra un potente interés y deja en claro que durante los cerca de 10 años de realización del proyecto, en los que se hizo un seguimiento del antipoeta en sus casas de La Reina y Las Cruces, además de sus apariciones en eventos como ferias del libro y premiaciones, hasta el mismo Nicanor pasó a ser enemigo por momentos, según su cambiante impresión acerca del proyecto. Pero el documental se terminó y llegó a las grandes salas de cine (aunque haya durado poco en cartelera popular), y no se ve como un producto terminado, sino más bien como un collage; como una selección de momentos semi-ordenados sin un objetivo ni un desarrollo claros. Creo que de no ser por la fuerza y contenido del protagonista, por las acciones y discursos de Nicanor Parra, el obsesivo seguimiento fílmico y la empeñosa producción documental resultarían poco atractivos. Tal vez al antipoeta solo puede retratarse en la pantalla grande a través de un antidocumental.

Datos recogidos: Visita a la Sala VIP del Cine Hoyts de La Reina para ver “Retratos de un antipoeta”. Nicanorparra.cl / Wikipedia.org

lunes, 6 de julio de 2009

Aprendiendo del Grado 3 en Chile



¿Qué tanto cachamos los chilenos? Hace algún tiempo se midió que la principal fuente de información sobre sexualidad en nuestro país es la televisión, seguida por los amigos, los padres, el colegio, los libros y la Internet. Los programas de televisión protagonizan nuestra educación sexual y nos dan los máximos referentes de la realidad sexual moderna.

Un importante personaje mediático ligado al sexo en Chile es Roberto Artagoitía, alias El Rumpy. Él es creador y conductor de reconocidos programas radiales chilenos como “El chacotero sentimental”, donde el público llama para contar sus experiencias sexuales con el fin de ser aconsejados, molestados o aplaudidos por su conductor. El año 1999, el Rumpy se alió con el director Cristián Galaz dando vida a la película de “El chacotero sentimental” y el 2007 escribió y dirigió “Radio Corazón”. Ambas cintas triunfan en taquilla utilizando la misma formula, contar tres historias inspiradas en los relatos de sus programas.

Muchas veces se ha cuestionado la veracidad de las anécdotas que se emiten en estos programas de radio. Algunos comentan que la cantidad de historias picarescas o dramáticas es poco creíble en relación a la realidad sexual de los chilenos. Pareciera forzado que siempre haya gente con historias llamativas y que más encima quiera compartirlas telefónicamente con el Rumpy y su público. Se ha dicho que varias de las llamadas serían arregladas por la producción del programa, o que, al menos, hay muchos chilenos mentirosos llamando para relatar cuentos fabulosos. Como se, la gente disfruta de este tipo de programas radiales y espera películas del tema.

Esta semana se estrena la tercera incursión del Rumpy en el cine, “Grado 3”, con un record nacional de 55 copias a lo largo del país. El título hace referencia al cumplimiento del nivel más alto en el acto sexual (de 1 a 3), concepto popularizado por El Rumpy en su programa de radio. Pero esta vez el guión no proviene de sus programas, sino que es una adaptación de una película canadiense de nombre “Young people fucking”, con cinco historias paralelas relacionadas al sexo. Los protagonistas son rostros nacionales como Benjamín Vicuña, Claudia Burr, Mónica Godoy, Héctor Morales, Paty López, Fernando Farías, Fernando Godoy y la mismísima mujer del Rumpy, Isidora Cabezón, entre otros.

Si bien esta vez la procedencia del guión es otra, la temática es la misma, y su éxito es seguro. Por estos días el sitio web de “Grado 3” se ha visto colapsado por visitas en la previa al estreno. Muchos han descargado el trailer y han contestado el censo sexual que aparece en él, demostrando la enorme curiosidad que causa la nueva obra del Rumpy.

El slogan de la cinta es “El que cacha cacha”. Las mediciones mencionadas al inicio nos dicen que lo que conocemos (o cachamos) sobre sexo (o cacha), mayormente proviene de la televisión. Entonces, muchos de nosotros no iríamos al cine tan solo a reírnos viendo las películas del Rumpy, sino que también podremos culturizarnos y evaluar nuestras propias incursiones en el terreno del sexo. Podremos aprender cosas nuevas, podremos sentirnos representados por alguna historia (aunque no nos parezcamos mucho a Benjamín Vicuña o Paty López), o podremos encontrarnos bastante fomes respecto a lo que “le pasa a otra gente”, según se muestra en el cine.

Quizás no sea una forma ortodoxa de adquirir conocimientos o conocer vivencias más o menos representativas, pero si no estamos hablando y discutiendo estos temas con nuestras familias y amigos (o en el peor de los casos con profesionales), bueno es tener una alternativa a la rutina de encierro frente a la televisión viendo programas como Infieles o El Señor de la Querencia, para educarnos en pantalla grande. Si no es su caso, disfrútela como lo que es: una comedia para calentar este invierno.

Imagen y algunos datos: Grado3lapelicula.cl
Referencias: Chile.com / Es.cinechile.wikia.com / Publimetro.cl / Diccionarioamericano.org

sábado, 16 de mayo de 2009

La famosa nana chilena



¿Qué tan famosa es la nana chilena? Es muy común oír a la dueña de casa de clase media y alta emitir reclamos del tipo “que lata, mañana viene la nana” o “mi nana es un caso, hay que saber aguantarla”. Pero en el minuto en que la nana se ausenta más de lo presupuestado, o peor aún, jubila, todo se trasforma en un caos y la familia completa, partiendo por la dueña de casa, se da cuenta de lo indispensable que es esta persona en el bienestar del hogar. Conoce el orden y funcionamiento de la casa mejor que nadie, y le sabe las mañas y secretos a todos sus integrantes.

Si bien en Centroamérica, Argentina, Colombia, México y Perú también se les llama nanas a las niñeras, el concepto como se utiliza en Chile es distinto y comprende mucho más. La nana puertas adentro, la nana puertas afuera o la asesora del hogar (como la llaman algunas damas finas) y todas sus variantes, tienen muchas más responsabilidades que la de solo cuidar a los niños.

La nana es parte fundamental de la familia chilena, pese a que ni siquiera comparta la mesa con los demás de la casa.

Un hito mediático fue la famosa nana chilena millonaria, Angela Grasso, quien ganó el premio mayor de la lotería en Estados Unidos el año1999. Pero no fue más que el dato bizarro de aquel sorteo. En vez de una nana chilena podría haberse tratado de un jardinero ecuatoriano o una mesera uruguaya y la cobertura mediática hubiese sido similar. Excepto en Chile en que la noticia entró aun con más fuerza, debido a ese extraño morbo-patriota que busca el ADN chileno desde la serie Lost hasta la luna.

Es probable que la nana chilena nunca haya sido considerada como se merece hasta este último tiempo, en que se ha vuelto bastante famosa gracias a la película “La Nana”, de Sebastián Silva. Este último escribió el guión junto a Pedro Peirano (Plan Z y 31 Minutos), y logró el premio al Mejor Largometraje Drámatico Internacional en el Festival Sundace de Estados Unidos.

La actriz principal de esta cinta, Catalina Saavedra, fue premiada de forma espacial por el jurado del Festival Sundace y fue electa como mejor actriz en el Festival de Cartagena de Indias, Colombia. Ella es conocida a nivel local por sus papeles de nana en televisión, como Josefina en Los Venegas o Dulcinea en Fortunato, pero declaró a principios de esta semana en la Revista YA, de El Mercurio, que esta es la primera vez que debe actuar como una nana chilena real y no en base al estereotipo de las teleseries. En “La Nana” se muestra a la nana puertas adentro del barrio alto, que vive en un núcleo familiar ajeno y posterga su existencia en función de una familia que no es la suya.

Puede que este rol protagónico de la nana chilena nos de tema para hablar entre amigos o alrededor de la mesa familiar por estos días. Sin duda es bueno que aparezcan estas visiones de las empleadas domésticas en Chile, y no solo como la actriz más secundaria de las teleseries locales o como un personaje de series extranjeras adaptadas tipo The Nanny. Me llama la atención que Coco Legrand no tenga un capítulo especial sobre nanas entre su repertorio, si contamos incluso con su presencia en Internet mediante el portal Nana.cl “dedicado a la búsqueda de personal para trabajos en el hogar en nuestro país”, o Nana-SOS.cl “especializada en la evaluación y selección del personal encargado del cuidado de niños y de la realización de trabajos en el hogar”.

Bueno, “La Nana” aun no tiene fecha de estreno en nuestro país, así que habrá que esperar para verla y dar opiniones personales de ella como obra y como scanner de la realidad local. Mientras tanto, aprovechemos el revuelo que ha causado la cinta criolla para aceptar la importancia de nuestras queridas nanas, protagonistas anónimas en cientos de casas.

Referencias: Entrevista realizada por Magdalena Andrade N., Revista YA, El Mercurio, Martes 12 de mayo de 2009 / Nana.cl / Nana-SOS.cl