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domingo, 29 de junio de 2014

Patrimonio Sonoro

¿Podrá sobrevivir la cultura popular musical criolla la invasión globalizadora? Esta puede resultar una pregunta algo repetida en estos últimos años (al menos desde el Bicentenario), pero es que acabo de ver un programa en 13C que daba cuenta de un proyecto novedoso en este ámbito.

Googleando, me entero que lo que vi era el segundo capítulo de La Makinita. Un nuevo espacio en este canal de televisión cultural local que busca reunir a músicos chilenos entorno a sus procesos creativos. Pero el de hoy presentaba una ecuación patrimonial moderna muy particular. Conjugando la historia de un colectivo juvenil, denominado Patrimonio Sonoro, junto con la participación de varios exponentes y familias del mundo del chinchín y del organillo, además de la del cantautor Joe Vasconcellos, para orquestar ciertas respuestas hacia el reconocimiento y aprovechamiento de nuestro patrimonio popular audiovisual en la actualidad mediatizada.

Vamos por parte. Todos debemos haber experimentado desde niños los rítmicos e inagotables espectáculos improvisados de los chinchineros en los parques y las plazas de nuestras ciudades. Así como imagino todos recordamos desde siempre la musiquita casi ritual callejera emergida de los organillos que llamaban a las familias a asomarse fuera de sus casas a compartir estas melodías medio circenses junto a remolinos de papel, animales amaestrados o alguna otra sorpresa.

Tampoco es novedad la aparición de Joe Vasconcellos como personaje clave del “grandes éxitos” en cuanto a sonidos de nuestras vidas chilenas, con influencias latinoamericanas y del mundo se refiere. Es cosa de oír sus canciones, buscar sus colaboraciones artísticas o ver sus incontables participaciones en programas televisivos para darse cuenta de su experiencia y amor por el patrimonio popular (sonoro y general).

Entonces solo nos queda por descubrir en esta ecuación, probablemente a varios de nosotros, la existencia del colectivo Patrimonio Sonoro. Señalemos que su objetivo inicial es desarrollar e implementar una estrategia comunicacional para difundir el trabajo artístico de 10 familias y cultores de la tradición del chinchín y el organillo. Esta inquietud, se pretende llevar a cabo mediante la implementación de una plataforma web, la generación de material sonoro, audiovisual, fotográfico e impreso. Para con ello lograr el reconocimiento, la visibilidad y divulgación de la riqueza de esta esfera patrimonial local. Abriendo así nuevos mercados y nuevas audiencias para este arte popular y callejero chileno.

Cabe destacar, finalmente, que tras esta agrupación de jóvenes de diversas áreas profesionales (danza, sociología, ciencias jurídicas, agronomía y diseño) que se acercaron por intereses personales, artísticos y culturales, y luego conocieron a las familias y los cultores de estas tradiciones; está la motivación de trabajar de manera colaborativa en la gestión, promoción y difusión de este patrimonio sonoro clásico y aun vigente. Pues viven y comparten este oficio al igual que sus referentes y “defendidos”.

lunes, 27 de mayo de 2013

Día del Patrimonio Cultural

¿Cómo protegemos y transformamos nuestro territorio? Con esta reflexión, el Consejo de Monumentos Nacionales de Chile, junto al apoyo de la Dibam (Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos), Legado Bicentenario y el Gobierno de Chile; se dio el puntapié inicial al festejo del Día del Patrimonio Cultural de Chile, este domingo 26 de mayo de 2013.

Esta iniciativa, que se lleva a cabo por decreto el último domingo de mayo de cada año, desde 1999, busca que en cada versión haya más participación ciudadana y más locaciones que abran sus puertas para ser visitadas y recorridas por todos aquellos curiosos frente a las construcciones criollas, su funcionamiento actual y su historia.

Definido desde sus orígenes por los organismos responsables como una instancia ciudadana de celebración y reflexión en torno a las diferentes dimensiones de nuestra herencia cultural. Este día ha ido consolidándose como una de las principales actividades culturales a nivel nacional.

En palabras de Magdalena Krebs, directora de la Dibam, citada en el diario La Tercera online: “Este día se ha convertido en una fiesta nacional, que permite que cada uno celebre lo que siente propio y se vaya también apropiando de nuevos lugares”. Pues siempre queda mucho por conocer, incluso en las ciudades en que vivimos, donde no tenemos la oportunidad de visitar normalmente los edificios y construcciones emblemáticas.

El presente año 2013, esto se demostró con sus más de 3 centenares de asistentes a los más de 360 inmuebles participantes, entre regiones y la capital.

Los recintos más visitados en la Región Metropolitana, por ejemplo, fueron: el Museo Histórico Nacional, el Museo Nacional de Bellas Artes, el Museo de Historia Natural, el Archivo Nacional, el Palacio de La Moneda y la Biblioteca Nacional. Pero dentro de las novedades de este año, además de la apertura de nuevas locaciones a lo largo de Chile, destacó una en el mundo digital y tecnológico. Se trata de la aplicación móvil “DíaPatrimonio”, de descarga gratuita, que da la posibilidad de armar rutas patrimoniales personalizadas. Y permite conocer, localizar y difundir diversos monumentos e hitos patrimoniales de todo el país, en forma rápida y desde la propia mano.

Que grato saber que desde muy temprano y en familia, pese al día de descanso y el clima frío, cientos de chilenos y extranjeros aprovecharon esta instancia para pasear y conocer de otra forma el entorno que habitan. Aunque no deja de llamar la atención la escasa cobertura mediática de esta jornada, y aun menos de sus versiones regionales, sigue siendo una tremenda iniciativa que puede seguir creciendo y destacando cada vez más. Si incluso hay quienes hoy, en las redes sociales, exigen que se prolongue este evento de uno a más días al año. Por qué no aprovechar el entusiasmo “en caliente”.

Sitio web relacionado: Día del Patrimonio.cl

lunes, 29 de abril de 2013

El cañonazo de las 12

¿Por qué un cañón avisa el medio día en Santiago centro? Desde niño me hacía esa pregunta y ahora, divagando en varios asuntos, la sorpresiva detonación cercana, desde el Cerro Santa Lucía, me hizo recordar no solo la hora, sino también inquietudes históricas sobre el ya patrimonial cañonazo de las 12.

Luego de que el Cerro Huelén, habitado antiguamente por pueblos originarios de la actual capital chilena, fuera tomado y renombrado como Cerro Santa Lucía por Pedro de Valdivia y sus hombres; se convertiría en un claro emblema urbano. Aunque ha pasado por buenas y malas épocas, el cerro hoy mantiene paisajes verdes, arquitecturas diversas, monumentos, paseos, eventos y mitos de todo tipo. Desde el rimbombante Castillo Hidalgo, concebido como un fuerte de defensa de Santiago, hasta el popular cañonazo.

Este hito se gestó como señal para coordinar diariamente todos los relojes de Santiago y avisar el horario de la misa. Actualmente, se ha convertido en un verdadero e infaltable ícono sonoro de la ciudad.

Pero al principio, sin mucha de la tecnología masiva que tenemos ahora, no era fácil dar el cañonazo en el horario exacto cotidianamente. Y aunque había un reloj de sol en el cerro, que intentaba ayudar en esta noble tarea, los días nublados hacían peligrar su labor de apoyo, por lo que el dueño de la relojería El Cañonazo, ubicada en las faldas del cerro, salía puntualmente todos los días a agitar una bandera roja desde la calle. Dando aviso desde su templo del tiempo, para que el artillero de turno llevara a cabo su misión de manera prolija y estruendosa.

A tal punto a llegado el protagonismo del cañonazo que, pese a que se intentó silenciar su aviso del paso del AM al PM luego del terremoto del año 2010, volvió a ensordecernos en febrero del 2012, por conmemoración del aniversario número 471 de la fundación de Santiago. Otros hechos también han intentado acallar este símbolo. Se cuenta, por ejemplo, que a principios del siglo pasado el cañón se destruyó debido a que un artillero empeñoso lo sobrecargaba, y que el alcalde de la comuna, hacia mediados de los años 90, detuvo la detonación durante algunos meses, debido a denuncias de “ruidos molestos”, supuestamente efectuadas por los vecinos.

No está de más comentar que no se dispara una bala de cañón. Para la tranquilidad de los inocentes que, como yo cuando niño, se preguntan dónde irá a caer la munición cada mediodía, vale especificar que se trata solamente de la detonación de pólvora. Y es alegre agregar que no existen nuevos planes por detener este rito. Así que, para quienes estén interesados, vayan a pasear al cerro, donde incluso podrán sacarse fotos con el protagónico cañón.

domingo, 17 de marzo de 2013

Del paisaje patrimonial a ciudades de papel


¿Patrimonio desplegable? Por estos días en que el concepto de “patrimonio” pareciera ser una de las palabras clave en los slogans locales de casi cualquier producto, servicio o entidad que ofrezca algo relacionado al entorno natural, arquitectura, arte, gastronomía o personajes de Chile; aparece incluso la posibilidad de llevarse representaciones de lugares emblemáticos de nuestro país. ¡¡¡Hechos en miniatura y de papel!!!

Hace algún tiempo me topé con el proyecto Mi Ciudad de Papel, a través del programa televisivo: “Soñadores”, del área de emprendimiento chileno de canal 13C. Solté el control remoto y me quedé pegado viendo de qué se trataba. El protagonista era Daniel Masot, un joven arquitecto de Valparaíso que contaba cómo se había alejado de la pega rutinaria de oficina y, a raíz del nombramiento de Valparaíso como “Patrimonio de la Humanidad”, había terminado levantando una idea de negocio familiar y bien particular: representar y promover los atractivos patrimoniales naturales y culturales, permitiendo su disfrute y atesoramiento, por medio del diseño y la producción creativa y tridimensional de paisajes patrimoniales en papel.

Me pareció interesante la alternativa de poder llevarse para regalar o para la propia casa una réplica patrimonial urbana en papel, a escala y con la técnica del Pop-Up (como estos clásicos libros infantiles de los cuales se levantan objetos y personajes de las páginas al abrirlos).

Actualmente esta empresa cuenta con un variado portafolio de productos, entre los que podemos encontrar imágenes “vivas” de San Pedro de Atacama, Iquique, Valparaíso, Santiago, Concepción, Frutillar, Puerto Varas, Chiloé, Torres del Paine, Puerto Natales, Punta Arenas, la Antártica chilena… Además de souvenirs y desarrollos corporativos a pedido (como en el pabellón de Chile para la Expo Shangai, el año 2010), y su participación en eventos ligados al RSE (o responsabilidad social empresarial).

De lo turístico-ornamental, se pasó a lo corporativo, sin perder de vista el ideal inicial del alma educativa y familiar de Mi ciudad de papel. Y como buen negocio, la intención está dirigida hacia poder internacionalizar el proyecto. Ampliar el mercado y la experiencia. Mal que mal, cualquier país, ciudad, barrio, edificio o escena natural del mundo puede traspasarse al papel; noble material que del blanco y los formatos más bien cuadrados, permite transformaciones a “postales vivas”, coloridas y tridimensionales.

Recomiendo le den un ojo a esta versión de patrimonio desplegable “hecho en Chile”. Del paisaje patrimonial a ciudades de papel.

Link del proyecto: Mi ciudad de papel

martes, 16 de octubre de 2012

Tesoros humanos vivos

¿Por qué en Chile creemos que los homenajes siempre llegan tarde? Basta, por ejemplo, con que fallezca el sabio anciano o el joven visionario para que aparezcan los aplausos y premios póstumos, junto al lamento por no haber aprovechado su riqueza en vida. Personajes esforzados y talentosos, muchas veces anónimos hasta que ya no están entre nosotros.

Todos hemos escuchado compatriotas quejándose de que son muy pocos los reconocimientos hechos a tiempo a grandes exponentes de nuestra cultura y tradiciones. El inconformismo nacional, en este sentido, no es del todo negativo, ni tampoco infundado. Por ello resulta positivo encontrarse con ciertos hitos actuales que refutan esta tesis. En medios digitales, en prensa escrita e incluso en algunos noticieros televisivos se han mencionado, estos últimos días, acontecimientos ligados al reconocimiento entregado este año por el Programa Tesoros Humanos Vivos (o THV).

Se trata de una iniciativa a cargo de la Sección de Patrimonio Cultural del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, cuyo propósito es darle el reconocimiento a personas o comunidades portadoras, en carne y hueso, del patrimonio cultural inmaterial de Chile, mientras aun puedan ejercer y compartir sus “patrióticas” acciones. Es un programa emergido en Chile el año 2009 (apoyado por ideas de la UNESCO) que ya ha homenajeado en vida a 20 individuos o grupos de chilenos cuyas actividades representan emblemas locales, o manifestaciones criollas que estén en peligro de desaparecer.

El objetivo principal del THV es registrar, transmitir y salvaguardar actividades humanas para su reconocimiento actual como valor y diversidad cultural local. El reconocimiento involucra un apoyo monetario para la mantención y difusión de la labor que ejecutan estos tesoros humanos vivos. Preservando y realzando el patrimonio local en Chile y el mundo.

Este año, los individuos seleccionados y reconocidos por el Comité de Expertos, que funciona asociado pero de manera externa al Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, fueron: Lorenzo Aillapán (Hombre Pájaro), investigador y difusor de la cultura mapuche Lafkenche; María Virginia Hahoa, fundadora de la Academia de la Lengua Rapa Nui, que preserva y transmite esta lengua; y Uberlinda Vera Jofré, fundadora de la agrupación Hijas del Salitre, dedicada a la artesanía de las coronas fúnebres en la pampa salitrera. Junto a las comunidades también distinguidas este 2012: La Bandita de Magallanes, que acompaña melódica y festivamente al Club Deportivo Magallanes en todos sus partidos, desde principios de los 60; Las Arpilleras de Lo Hermida, agrupadas desde 1975 en torno al testimonio y la representación de la cultura popular en plena la dictadura militar; y Las Loceras de Pilén, artesanas de Cauquenes que han desarrollado un tipo de alfarería única, cruce de la historia mapuche y la española.

Y ustedes, ¿a quién postularían…? 

 Fuente: Sección.PortalPatrimonio.cl

martes, 13 de diciembre de 2011

Rumbo a Valparaíso



¿Pensando en las vacaciones? Muchos tienen opción de hacerlo y juegan con las alternativas y recursos disponibles para arrancarse de la rutina y el territorio laboral de todo el año. Opciones hay muchas y entre las localidades nacionales existen varias: buenas, bonitas y (a veces) baratas.

Pese a que está cerca de la capital, donde se concentran habitantes, estudiantes y profesionales, la Quinta Región se ha establecido como atractiva a la hora de turistear en Chile. Viña y Valparaíso se han trabajado desde la perspectiva de las marcas destino, como localidades a tener en cuenta. Ejemplo de ello es el proyecto Plan Rumbo, en ejecución desde el año 2009 para el caso de Valparaíso, a cargo de la Ilustre Municipalidad de dicha ciudad.

La oportunidad develada por Plan Rumbo, nace de la declaración de Valparaíso como “Sitio del Patrimonio Mundial” por parte de la UNESCO el año 2003. Además de la carencia de productos turísticos diversificados y el bajo posicionamiento en los mercados, como destino turístico.

Su objetivo central es posicionar a la ciudad como un marca destino reconocida hacia el año 2015. Se está construyendo un modelo de desarrollo, que contempla el diseño de productos turísticos a partir de información del mercado, además de gestionar un plan de marketing para posicionar a Valparaíso y sus productos. Como objetivos específicos, se definió doblar el número de turistas (de 60.000 a 120.000) y triplicar el gasto turístico en la ciudad (de $18 mil MM a $54 mil MM).

El plan operacional de marketing contempla: logo, piezas de merchandising, brochure, folletos, mapas de la ciudad y aparición en medios de comunicación. Y en el ámbito del posicionamiento general de Valparaíso como destino turístico, se han gestionado la conmemoración de los 475 años del descubrimiento de Valparaíso, el aniversario de los 50 años de la Casa Museo La Sebastiana de Pablo Neruda, y el pronto cumplimiento de la ciudad camino a 10 años de la declaración de ciudad Patrimonio de la Humanidad, entre otros. La implementación de este plan depende de cuatro puntos neurálgicos, que son el terminal de buses, Plaza Ecuador, Muelle Prat y Plaza Mena. Dentro de los cuales se trabajaran ejes de desarrollo, considerando sostenibilidad, calidad y responsabilidad.

Como mercados potenciales (actuales y a futuro), se consideran principalmente a Santiago, La Serena-Coquimbo, Concepción, otras ciudades, dentro del ámbito nacional; Argentina y Brasil, en Latinoamérica; Estados Unidos y Canadá, en Norte América; Alemania, Francia, España y Reino Unido, en Europa. Veamos entonces cuántos más se tientan en cada nueva vacación y evaluemos cómo funciona Plan Rumbo y el disfrute de Valparaíso dentro del marco del proyecto.

Enlace de interés: Planrumbo.cl

lunes, 21 de septiembre de 2009

Nuestra bandera nacional



¿Izaron sus banderas en estas fiestas patrias?
Desde principios del siglo XIX en Chile, entre batallas y ceremonias para lograr aquella independencia nacional tan recordada últimamente, los símbolos empezaron a tomar relevancia como herramientas de realce y unión social entre los habitantes de esta República.

Durante las primeras décadas del 1800 se crean, modifican y establecen varios símbolos patrios importantes, como la bandera, la escarapela y el escudo, o el himno nacional, en el ámbito más abstracto. La bandera del incipiente Chile independiente tuvo dos versiones claramente reconocibles previas a la que actualmente conocemos. La primera versión, en 1812, constaba de tres franjas horizontales, de colores azul, blanco y amarillo, y en su centro se enmarcaba una pareja indígena mapuche junto a una columna, símbolo de libertad. Luego, para 1817 sería cambiada por una con tres franjas horizontales, de colores azul, blanco y rojo, y la columna jónica en el centro. Finalmente, para el juramento de la independencia del 12 de febrero de 1818, se harían los últimos cambios que llevarían al diseño que hoy en día conocemos y colocamos en nuestros hogares, autos y negocios para las fiestas patrias.

A mediados de la semana recién pasada, en vísperas del 18 de septiembre, la presidenta Michelle Bachelet en persona presentó oficialmente la mismísima bandera sobre la que se juró la independencia de Chile. Desde ahora, quien quiera podrá apreciarla en uno de los salones del Museo Histórico Nacional, en Plaza de Armas.

El año 1925 ya había pasado a ser parte de la colección del Museo Histórico Nacional, pero en 1980 fue robada por el MIR como protesta ante el Régimen Militar. Y no fue hasta diciembre del 2003 que fue encontrada y devuelta acompañada de un comunicado firmado por Andrés Pascal Allende, donde se aseguraba que el emblema había sido “recuperado de manos de la tiranía”, custodiándolo hasta el momento de la vuelta a la democracia.

Para poder volver a exponer la bandera al público, Catalina Rivera y Francisca Campos llevaron a cabo un minucioso proceso de restauración entre octubre del 2008 y septiembre del presente año, trabajando sobre problemas de pérdida de material, desgaste y descolorido, entre otros, todo en el marco de la celebración por el Bicentenario Nacional.

Así se ha recuperado a un protagonista de la historia del imaginario y la imagen propiamente tal de lo que conocemos como Chile. Si bien se trata de trozos de género y figuras quizás antojadizas, son este tipo de elementos los que se alzan para representar a nuestro país en distintas instancias, desde encuentros gubernamentales o actos militares, hasta escenas como las de Nicolás Massú y Fernando González en el tenis, donde terminan envueltos en ellas luego de hacer sufrir al país por varias horas frente a sus televisores, unidos por Chile, sostenidos por un sin fin de símbolos.

Referencias: Julio Pinto Vallejos y Verónica Valdivia Ortiz de Zárate, ¿Chilenos todos? La construcción social de la nación (1810-1840), LOM Ediciones, 2009.
Emol.cl
Ilustración original de Fray Pedro Subercaseaux

sábado, 29 de agosto de 2009

Cueca... ¿típica chilena?



¿Han oído ya las primeras cuecas a lo lejos? Nos acercamos cada vez más a la fiesta nacional del 18 de septiembre, además a un año del bullado Bicentenario nacional, y se comienzan a percibir el aroma a chicha, el sabor a asado y música, principalmente de cueca, por los rincones. Es peculiar que nuestro paisaje, sobre todo en las ciudades, se vea tan modificado por los días de las fiestas patrias, casi transformándose en otro lugar, en el que se vive la nacionalidad de manera cotidiana y conciente.

Son muchos los elementos “típicos chilenos” que aparecen en las festividades criollas, pero varios de ellos, como buen país mestizo y en el cual los cortes históricos han sido bastantes y muy marcadores, suelen generar discusiones acerca de la real chilenidad de sus orígenes, atribuyéndose algunos a España, otros a Perú, Bolivia, Argentina, etc. Los asados, las chupallas, el pisco, las corridas de caballos, las empanadas, los juegos chilenos y hasta la mismísima cueca tienen una nacionalidad discutible, pero de alguna forma llegó a instaurarse en el imaginario colectivo la postal del huasito y la china cuequeando con sus pañuelos al viento.

Se supone que a nuestro país la cueca llegó desde Perú alrededor del 1800. Desde entonces sería apropiada por distintos pueblos chilenos que le darían forma a la cueca tal y como la conocemos ahora, además de sus variantes, como la cueca nortina o la cueca chilota. También hay versiones que ligan sus orígenes a España, África y Arabia. Vale mencionar que hoy en día se bailan danzas similares en países como Bolivia, Argentina y Colombia. En Chile recién se oficializaría como baile nacional en 1979, bajo el régimen de Augusto Pinochet.

El baile de la cueca representa el cortejo entre el hombre y la mujer, o el asedio del primero a la segunda. Ambos bailarines, que se mueven de manera independiente, llevan un pañuelo en su mano derecha con el que adornan sus actos.

Pero, pese a ser una institución chilena, de la cueca solo se conocen unos pocos ejemplares. El guatón Loyola, La consentida, La rosa y el clavel, Chicha de Curacaví o La Violeta y la parra. En cada localidad e incluso momento histórico han nacido cuecas alusivas y muy distintas entre ellas y son bastantes los grupos que viven de la cueca, de varios colores políticos, localidades o grupos socioeconómicos, como los clásicos Quincheros, la insigne Margot Loyola, Nano Núñez, la dinastía de Los Parra o el grupo 3x7 veintiuna, encabezado por el actor Daniel Muñoz, cuya propuesta es de “cuecas bravas”, una vertiente popular y picaresca del estilo, que ha llevado a un sector juvenil a acercarse un poco más a esta música y sus tantos contenido.

Tengan preparado un pañuelo salvavidas y quién sabe si con unos vasitos de chica o piscola, en alguna ramada, la banda de turno hace
un aro entre las cumbias y rancheras y terminan lanzándose a bailar una cueca. Mientras su baile supere al de Lagos Weber tiempo atrás, al menos pasaran desapercibidos en el montón.

Referencias: Enlaces.ucv.cl / Jaja.cl / Wikipedia.org

martes, 4 de agosto de 2009

El polémico patrimonio cultural de La Vega Central



¿Qué ocurrió con la modernización de La Vega Central? Existe un proyecto con fondos privados por cerca de diez millones de dólares para la remodelación de La Vega Central, que debiera estar listo desde el año 2003, pero aún no lo está. Este proyecto contaba con dos pisos de estacionamientos subterráneos capaces de albergar 2.000 automóviles, un patio de comidas y la refacción de toda la estructura arquitectónica, cumpliendo con altos estándares de sanidad, sin perder la identidad histórica de más de 100 años del recinto.

Este proyecto buscaba, en resumen, mejorar la situación de deterioro y congestión evaluado por el municipio a principios del nuevo milenio. Muchos podrán preguntarse entonces “¿qué pasó?”.

Un gran grupo de personas, principalmente del medio artístico, respaldando a locatarios del lugar, se han negado públicamente a la idea de que este centro de comercio popular, escenario de enorme identidad-cultural e historia nacional, se convierta en algo totalmente distinto y además obligue a los actuales comerciantes a gastar importantes sumas en arriendos y otros trámites. Poco les ha importado que los responsables del proyecto aseguren que se tendrá especial cuidado en no perder la fachada y la estructura clásica del recinto, pues el factor de los fondos de gigantescas empresas privadas y parte de la reestructuración misma les huele más a convertir a La Vega en un mall que a una simple remodelación.

Antiguamente el comercio del sector funcionaba con carretas estacionadas, donde se ofrecían los productos. Con la construcción del Puente Cal y Canto llegó un gran número de feriantes y vendedores haciendo mayor el flujo de personas, y dando pie a la aparición de variados centros de consumo y diversión como chinganas, bares, garitos, burdeles, entre otros espacios de socialización popular. Lo que obligó al levantamiento de la estructura actual.

Hoy La Vega Central es el mayor mercado del Santiago popular. En él podemos encontrar principalmente productos de campo que proveen desde restaurantes de renombre hasta familias de escasos recursos de nuestra capital.

Los camiones llegan cuando todavía es de noche y la descarga de productos dura hasta el amanecer. Luego la mercadería se remata al por mayor entre los locatarios, quienes venderán en sus puestos al público final, o como ellos los llaman cariñosamente: “caseros”.

El lugar acoge un amplio tipo de personajes, desde gente de trabajo, hasta desempleados, vagabundos y alcohólicos. Entre sus mayores beneficios están la economía de consumo que significan para sus compradores, además de su excelente ubicación.

Veremos si el polémico proyecto logra llegar a concretarse superando las protestas y declaraciones de los locatarios y la gente del mundo cultural, que ve en este lugar una fuente de inspiración histórica. Si fuese cierto que no se perderá la esencia de La Vega, con esa atención personalizada tan única, esos convenientes precios y ese paisaje popular, no le vendría mal una manito de gato, ya que las calles están bastante a mal traer y podría mejorarse el tema higiene y organización. Pero la desconfianza de los detractores también es entendible. No perdamos más espacios identitarios, cuidémoslos y arreglémoslos.

Fotografía original: Anabella Grunfeld
Referencias: Diario.elmercurio.cl / Chile.com / Memoriachilena.cl

viernes, 24 de julio de 2009

Un trozo de Rapa Nui



¿Conocemos la cultura Rapa Nui?
Esta semana me comentaron sobre la exposición de Isla de Pascua montada en el Centro Cultural Palacio La Moneda (la sala de exposiciones debajo de nuestra casa de gobierno) y partí a visitarla. Algo había leído y oído hace algunas semanas, pero no fue hasta hace un par de días que decidí aprovechar que había dejado de llover y fui.

El lugar mismo de la muestra merece una mención. Ya había estado ahí hace algunos meses conociendo la construcción y viendo otro montaje, y me parece notable la posibilidad de encontrar ese espejismo popular de cultura en pleno centro de Santiago y a pasos (subterráneos) de La Moneda. El recinto es amplio, amigable, y lo conforman salas de exposición, un pequeño cine, tiendas y hasta un café. No hablemos de precios para no tirar para abajo el lugar.

Por estos días la mayor atracción tiene que ver con esa isla polinésica del Oceano Pacífico que en septiembre de 1888 pasó a formar parte del territorio soberano chileno, como provincia de la Región de Valparaíso. La exposición contiene más de 300 piezas (entre originales y replicas), principalmente de Rapa Nui, además de otros destinos del Pacífico Sur como Tahití, Islas Marquesas, Nueva Zelanda, Australia, Nueva Guinea y Fiji.

Rapa Nui, también conocida como Isla de Pascua o El ombligo del Mundo, debido a que es la isla más oriental y lejana de Polinesia, se nos presenta allí desde la religiosidad, la pesca, los tatuajes y ornamentos, los instrumentos de navegación y las artes de guerra. Se trata de una cultura compleja, transmitida por muchísimo tiempo solo por el boca a boca, donde la mitología y la realidad se enlazan de manera confusa a través de su historia, en esos parajes extremadamente aislados.

Sus primeros habitantes llegaron alrededor del siglo VI d. C por la osada vía marítima, teniendo en cuenta lo alejada que es la isla y los rústicos catamaranes en que hicieron dicha aventura.

Como en gran parte de Chile, la peculiar cosmovisión del pueblo Rapa Nui da explicaciones bien particulares sobre la creación del hombre, sus tierras y la existencia de diversos cultos, como el de Tangata Manu; el Hombre Pájaro, que consistía en una ardua competencia de varias etapas por tierra y mar en busca del primer huevo de la estación de Charrán Sombrío (en primavera) culminando con la investidura del sagrado Hombre Pájaro de Rapa Nui, en quien recaía ancestralmente la jefatura política y militar de la isla.

Uno de los elementos más distintivos y reconocidos turisticamente a nivel mundial de esta tierra de volcanes es la gran cantidad de esculturas en piedra de sus antepasados, representado con más de 900 Moais que vigilan sus costas, entre otros monumentos. Muchos moais, tallados en piedra monolítica, ni siquiera fueron terminados, por lo que quedaron en distintas fases en la cantera, probablemente abandonados de súbito, por razones desonocidas. La exposición tiene un moai para verlo cara a cara, y para ser tocado por los curiosos inescrupulosos que quizás no acostumbran visitar este tipo de montajes o enfrentarse a obras históricas que más de algún respeto se merecen.

Rapa Nui es sin duda un tesoro arqueológico y cultural, lo que llevó a que en 1995 el Parque Nacional Rapa Nui fuera designado como Patrimonio de la Humanidad. Así, el creciente turismo, junto a la agricultura, pesca y ganadería, son las mayores ocupaciones de sus habitantes, quienes hablan español, además de francés, inglés o alemán, aparte de su lengua propia.

Es muchísimo lo que queda por conocer de esta cultura que, quizás un tanto azarosamente, forma parte de nuestro país. Si la posibilidad de viajar a la isla se ve lejana, es recomendable salir de la casa y encaminarse hacia el centro de Santiago para desembocar en esta interesante exposición y adentrarse en este destino lleno de símbolos, mitos, personajes, ritos, instrumentos y paisajes fabulosos.

Referencias: Ccplm.cl / Portalrapanui.cl / Wikipedia.org