lunes, 23 de agosto de 2010

La Cápsula del Bicentenario y sus inminentes pasajeros



¿Con qué se van a encontrar en 100 años al abrir la cápsula?
Algo así como la versión a la chilena de la cúpula enviada al espacio con elementos trascendentales y decidores sobre la humanidad hace algún tiempo, el próximo entierro de la Cápsula del Bicentenario en Plaza de Armas tiene revolucionada a parte de la población por la elección de los estandartes dignos de ser incluidos.

Un proyecto que pretendía ser un evento histórico, podría estar convirtiéndose en un inesperado dolor de cabeza para algunas autoridades de turno. La inversión creativa, tecnológica y monetaria para construir la cápsula, con la misión de que resista 100 años, incorporándole objetos icónicos del presente y convertirse en algo honroso de ser descubierto en un siglo podría estarse saliendo de la línea editorial esperada por los organizadores y transformándose en un concurso más del tipo estelar de televisión o competencia entre hinchas o clubs de fanáticos de símbolos mediáticos extremadamente actuales, y quizás con poco del “peso histórico” que pretenderían muchos.

La votación por el objeto más representativo del Bicentenario desplazó hace poco del primer lugar al Indio pícaro por las camisetas de la U y Colo Colo, seguido muy de cerca por el hombre de la bandera del terremoto y Condorito. Por otra parte, la elección popular por el personaje que merecería ser recordado en 100 años más, está encabezada por Spike (“el perro de Lipigas”), perseguido por Don Francisco, Karol Dance y Arenita. Sobre este último punto cabe destacar que el mismísimo Alcalde de Santiago, Pablo Zalaquett, declaró públicamente su preferencia por Don Francisco en días en que los chicos Yingo lo superaban en la votación, además del puntero fijo Spike. Aunque aseguró que la voz de la gente sería la que diera el veredicto en todas las elecciones fuera cual fuera el resultado, no descartó (astutamente) que apareciera un comité de último minuto para hacerse cargo de sumar a la cápsula otro personaje seleccionado con mayor cautela y protocolo.

¿Pero qué importancia tiene lo que finalmente se guarde en la cápsula? Tanto las cartas que cualquier chileno puede escribirle a su descendencia, como la selección de objetos, personajes, música, tendencias y lo que se les ocurra en último minuto; como la nota de los 33 mineros de San José, serán reflejo de un sentir actual, de una personalidad y una visión general de los chilenos hoy, si es que se acuerdan de desenterrarla para el Tricentenario, claro.

No necesariamente deben desenterrar a O’Higgins, Violeta Parra o a Alberto Hurtado, ni tampoco la primera bandera chilena, un fragmento de los lentes de Allende o la banda presidencial de Sebastián Piñera por tratarse de una supuesta “historia correcta” que hay legar. Los invito a revisar la página y reírse o sufrir con las votaciones (participando el que quiera) con la certeza de que ahí verán un verdadero Chile, desde el termómetro popular; cortoplacista y distraído, ridículo y predecible, farandulero, folklórico y consumista, que dará por ganadores a nuestros representantes en el futuro. Todavía pueden haber sorpresas, a tomárselo con humor…

Fuente: Capsulabicentenario.cl

lunes, 2 de agosto de 2010

La vida de algunos peces conocidos



¿Alguien no ha visto la última película de Matías Bize?
Yo fui unas semanas atrás a verla al Hoyts de La Reina y no se me había ocurrido comentarlo, pero ahora que leí en la prensa digital que iban a alargar su estancia en las salas de cine nacionales debido a la buena taquilla que había tenido hasta hace unos días, decidí escribir algo.

La vida de las peces me parece una muy interesante película. ¿Buena o mala? Puedo decir que me gustó. Aunque cuando salí de la sala no estaba particularmente entusiasmado, con el pasar de los minutos y los comentarios con mi acompañante mientras disfrutábamos de un sándwich y una cerveza nacional, fui cayendo en cuenta que me había parecido bien atractiva. Una historia sencilla, buenas actuaciones y otras no despampanantes pero tampoco deficientes, música especialmente apropiada para la ambientación tan característica del director y, por sobre todo, una muy bien lograda narración fílmica en cuanto al recorrido de las cámaras por la locación; inmensa y con mucha personalidad propia.

La historia de esta cinta no es sorprendente, pero se hace muy digerible y evocadora. El contexto no es nada muy nuevo para el director, al igual que En la cama contempla un estrato social medio-alto chileno acomodado bien definido de adultos-jóvenes treintones, que por una u otra razón están agobiados, melancólicos y/o deprimidos, ya sea por amores, trabajo, familia y su determinante pasado, en general. Bize tiene todo un cuento por ese lado. Algo denso o plano según algunas opiniones que he recibido, o envolvente e innovador según otras, pero creo que siempre muy declarado y cumplido. Habiendo visto Sábado, que era una arriesgada apuesta sin muchos recursos; En la cama, que me pareció muy atractiva desde el ingenio de no mover a los personajes de la cama del motel y el trabajo psicológico y sociológico de los mismos; y Lo bueno de llorar, que en realidad no me pareció buena, pese al intento de sacar su universo fuera de las fronteras chilenas, con locaciones y actores extranjeros, estimo que La vida de los peces debe ser la que más resuelve y comparte el Universo Bize. Me consideré invitado y presente en su relato, con mucho de conocido y de actualidad.

¿Por qué se llamará así la película?
Quizás sea solo una extraña pregunta, incluso sin respuesta, pero a mí el título me conectó con un espectro de elementos de la película, como historia (o crítica) actual, contemporánea y local, especialmente con las escenas en que los protagonistas vuelven a encontrarse una y otra vez frente (o detrás) de un espectacular acuario. Los acuarios son fabulosos, y sus moradores-prisioneros viven flotando en el tiempo, en aguas estancadas pero transparentes, entre paisajes artificiales que emulan ser lo natural pero que en realidad nunca cambian, según dice la leyenda popular, además, sin memoria de más de tres segundos. Vean ustedes si les hace o no sentido con algo que conozcan de Chile, o con este grupo de personas que nos presenta el guionista y director…