viernes, 29 de mayo de 2009

El fenómeno del Merkén made in Chile



¿Cómo el merkén se transformó en el hit que es hoy en Chile y el mundo?
No es novedad el éxito que ha tenido la comercialización industrializada del merkén, ni los buenos dividendos que ha logrado su exportación a Estados Unidos, Europa y Asia. Lo que no me deja de llamar la atención es cómo este aliño ha pasado de la cocina tradicional mapuche a platos internacionales de alta cocina y hasta brebajes alcohólicos de moda.

El merkén es un aliño chileno picante proveniente de la IX Región de la Araucanía, hecho en base a ají seco y ahumado, molido y mezclado con especias y sal. Históricamente las familias mapuches lo preparaban para su uso personal, y de manera manual y natural. Y no fue sino hasta principios de este nuevo milenio que despegó para convertirse en un producto masivo y en un boom en la alta cocina, tradicional y exótica. Pero en qué momento salió de las tierras mapuches a las cocinas del mundo.

Ya no solo podemos degustar merkén en adobos para carnes o pescados y mariscos, ahora forma parte de preparaciones de salsas para pastas, sopas, ensaladas y acompañamientos, como puré y arroz. También nos podemos encontrar con picoteos alternativos como nueces, maní salado y quesos con merkén. En varios locales, incluso se ha incorporado este ingrediente estrella en recetas internacionales del tipo pizzas, rellenos árabes, paté de wagyu y sushi. Y, por si no bastara con eso, nuestro prócer aliño forma parte de experimentos etílicos como pisco sours y bloody marys en concurridos happy hours y restaurantes finos locales.

El merkén traspasó fronteras, y al parecer el nacimiento de este fenómeno no fue espontáneo, sino calculado y dirigido. El aprovechar las condiciones y posibilidades de este producto mapuche podía ir más allá de un proyecto patriótico y de rescate. Podía transformarse en un originalísimo y enorme éxito comercial de Chile para el mundo actual, donde las mezclas culturales están tan en boga.

Entre el 2006 y el 2007, la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), del Ministerio de Agricultura, hizo un proyecto de estudio, estandarización productiva y comercialización de exportación del merkén. A cargo de la Escuela de Agronomía de la Universidad Católica de Temuco, pretendía recuperar y mejorar productos nacionales tradicionales, para promover así su diversificación y aumentar su valor agregado, haciéndolo, además, más rentable para las mujeres mapuches que lo producen.

Gracias a ese proyecto, entre otros puntales que elevaron la imagen del merkén a nivel internacional, hoy en día una dueña de casa o un chef estadounidense pueden comprar merkén en frascos medianos por cerca de diez dólares la unidad.

Personalmente me parece sorprendente el fenómeno del merkén, además de atractivo y especial el sabor que le confiere a los distintos experimentos que protagoniza, haciendo adictos a varias personas que conozco. Y no digo que sea una sorpresa negativa, muy por el contrario, es un fenómeno digno de investigar e imitar. Es bueno que Chile tenga más puntales de exportación que cobre, madera, frutas y salmones. Hace ya algunos años hay iniciativas gubernamentales y privadas que buscan ampliar la gama de ofertas para el exterior, y el caso del merkén cabe dentro de ese espectro.

Si alguien sabe cuál fue la clave del fenómeno merkén que la diga e ideamos algún buen negocio exportable con otro elemento como el pisco, tan chileno y tradicional como el merkén, ¿o no?...

Algunos datos: Wikipedia.org / FIA.cl

martes, 26 de mayo de 2009

Representando Chile. Entre el Iceberg del ’92 y la Semilla Urbana del 2010



¿Qué imagen país de exportación tiene Chile hoy?
Faltando un año para la inauguración de la Exposición Universal de Shanghai 2010, se ha abierto un debate sobre el proyecto del pabellón chileno para dicha instancia. Los responsables han optado por diseñar una muestra a la medida de quienes visitarán estas exposiciones, vale decir, el ciudadano medio chino.

La idea-fuerza del montaje es “La Semilla de la Nueva Ciudad”, sostenida en la arquitectura de espacios para las relaciones humanas, a través de una experiencia inolvidable y emotiva para el visitante. El pabellón se estructurará en base a formas orgánicas, utilizando vidrio, madera y acero, y emulando un recorrido por la ciudad ideal.

El debate se centra en qué tan convincente puede ser una propuesta de urbanismo idílico proveniente de nuestro país y en lo poco representativo de Chile que resulta el proyecto. Sumado a ello, está el factor de que el grupo a cargo del diseño del pabellón, la firma Sabbagh Arquitectos, no fue elegido a través de licitaciones, cosa que molesta a varios.

Pero no es primera vez que se genera polémica alrededor de la creación de un pabellón representativo de Chile para una exposición universal. Ocurrió también para la Exposición Universal de Sevilla en 1992. Se conmemoraban 500 años desde el descubrimiento de América y se preparaba esta enorme exposición en España, donde los países latinoamericanos fueron llamados a representar a sus naciones en pabellones particulares, incluyendo sus realidades, costumbres y características distintivas. Y Chile dio bastante de qué hablar.

Con Juan Guillermo Tejeda como Director artístico de contenidos, el equipo a cargo en esa ocasión, decidió mostrar un reflejo de Chile actualizado, distinto y reconocible. El proyecto se resumía en tres conceptos: Chile país diferente, Chile país ganador y Chile país moderno. El objetivo principal era cambiar la remota, primitiva y decadente visión existente en Europa, y de paso en el resto del mundo, hacia nuestro país. Acabar con la imagen del “Chile de pasado trágico” o “de otro país tropical más”.

El pabellón fue construido con madera de pino radiata y cubierta de cobre, para representar a un país importante en recursos naturales. En su interior, se dispuso de “El Mercado de los Méritos”, que emulaba la estructura de un mercado y ofrecía cajas tipo souvenir con imágenes chilenas diversas, como paisajes, comidas, arte y personajes, dispuestos en góndolas de metal. También había esculturas y pinturas de representantes artísticos nacionales, como Matta, Zamudio, Balmes, Bororo y Benmayor. Pero la figura central y protagónica de la exposición fue un iceberg llevado desde la Antártica chilena hasta Sevilla, que se mantuvo erguido durante todo el periodo de la muestra gracias a la inversión en tecnología de refrigeración de primer nivel. Se quería llevar algo poco común y difícil de imaginar al pabellón chileno. Si bien se ligaba conceptualmente con el viaje al fin del mundo, el frío y la majestuosidad que se querían reflejar como elementos distintivos, cumplía más bien con poner a Chile en la parrilla mediática mundial, y se logró con creces.

Hubo quienes se sacaron el sombrero frente a la exposición chilena, y también detractores. Uno de los principales fue Bernardo Subercaseaux, doctorado en Literatura, que cuestionó las malas lecturas que provocaban los símbolos elegidos, el daño ecológico que pudo haber causado la aventura del traslado del iceberg y la falsa representatividad de nuestro pueblo. Esta última crítica coincide con la que ha aparecido hoy en día respecto al nuevo proyecto de pabellón chileno para Shanghai 2010, y no me parece coincidencia.

Llevamos mucho más de una década jugando a representar Chile, estos son solo dos ejemplos puntuales de ello, y demuestran que pese al paso del tiempo y de las distintas perspectivas de los responsables no se ha logrado aún estar ni cerca de un consenso. Pero no estoy seguro de que eso sea absolutamente malo. Puede sonar ridículo, pero lo que ha definido a Chile a nivel global históricamente, tiene mucho que ver con la falta de definiciones exactas y el exceso de intentos. Entre el iceberg del ’92 y la semilla urbana del 2010 hay un universo inmenso por conocer, o reconocer. Hay que seguir buscando entonces, y no casarse con cualquier idea por original, pomposa y moderna que sea. Como dijo Ignacio Agüero, cineasta a cargo de la película de seguimiento del iceberg desde la Antártica hasta Sevilla:

“¿Qué es ser chileno? No tengo idea. Este país siempre anda chocando con un problema de identidad. Al final nunca la encuentra y eso hace que sea entretenido buscarla.”

Imagenes, datos y referencias: Guillermo Tejeda, “El Pabellón de Chile; Huracanes y maravillas en una exposición universal”.
Bernardo Subercaseaux, “Chile, ¿un país moderno?”.
Soledad Villagrán Varela, “Pabellón de Chile En Shanghai 2010: Aristas para proyectar una imagen de país”, Revista Vivienda y Decoración, El Mercurio, Sábado 23 de mayo de 2009.

viernes, 22 de mayo de 2009

La inmortalidad de Los Jaivas



¿Hay alguien en Chile que no sea capaz de tararear una canción de Los Jaivas?
Un par de días atrás, montado sobre una micro “oruga” del Transantiago, camino hacia el trabajo, vi a tres hombres jóvenes subiéndose a la máquina armados de una guitarra, un charango y una quena. Se instalaron a la mitad del bus y se lanzaron a interpretar una canción. Bastaron solo un par de segundos para que todos en la micro miraran, siguieran el pulso y hasta tararearan junto a ellos. Y cómo no, si con solo un par de notas introductorias habían reconocido un himno popular de nuestra cultura: “Mira Niñita”.

A todos nos ha tocado oír infinitas versiones de los hits de Los Jaivas. “Todos Juntos” y “Mira Niñita” son interpretados por todo tipo de grupos y solistas en micros, fogatas y escenarios de Chile (y de otros países). Incluso se han usado sus canciones para campañas publicitarias locales.

Desde su nacimiento como banda, por los años 60’s, se ha definido su música como folklor progresivo, rock andino o rock jazz inca folk, entre otros. Lo cierto es que en su evolución y viajes por Latinoamérica y Europa crearon algo realmente original y potente.

Vale mencionar a la comunidad Jaivamigos, seguidores y promotores de la cultura jaiva, que organizan y difunden la obra y agenda de la banda, la cual se desarrolla parte en territorio nacional, parte en el exterior, donde son históricamente más exitosos de lo que muchos podrán imaginarse. Este lunes 25 de mayo emprenden vuelo rumbo a Pekín, como representantes de Chile en el Beijing Arts Festival, donde se reúnen exponentes artísticos de 30 países del mundo. Puede sonar extraño y hasta exótico, pero no lo es si se conoce su trayectoria, que los ha llevado a repletar teatros y recintos en Argentina, Francia, Alemania o Rusia. Y a compartir su infinito universo musical a lo largo de su historia.

Hace un par de años tuve el placer (y la suerte) de conocer personalmente a los hermanos Claudio y Eduardo Parra, fundadores históricos de la agrupación junto a su hermano Gabriel y sus amigos de siempre: Eduardo “Gato” Alquinta y Mario Mutis. Fue en la época en que hacía mi proyecto de título en Diseño en la Universidad de Chile. Me había embarcado en un proyecto ambicioso y fabuloso referente a la creación y evolución de la imagen del grupo a través del tiempo.

Impresiona lo sencillos y transparentes que son Los Jaivas. Así como yo, sé de mucha gente que ha podido acceder a estos personajes, que parecen no envejecer. Probablemente comparten conmigo que es incalculable su legado, y que va más allá de lo musical y artístico. Tal y como ellos confiesan, siguen juntos y tocando porque es lo que tienen que hacer, superando incluso a la muerte. Perdieron a Gabriel, y luego al Gato y su hijo Eloy, pero con hijos (Juanita Parra y Ankatu Alquinta) y amigos (Carlos Cabezas y Francisco Bosco) siguieron adelante. Y continúan vivos porque es lo que les gusta y saben hacer y, porque la gente se los exige, como parte de nuestra historia y de nuestro paisaje natural.

Invito a todos por lo menos a escuchar más a Los Jaivas, a pensar que realmente son el gran y verdadero grupo de exportación original que tiene Chile, aunque no nos pertenezcan del todo, como el mismo Eduardo Parra me comentó en un mail, pues su imagen representa:

“América, Sudamérica, la vida social en todas las Américas, la vida mística en todas las Américas y el planeta, la vida precolombina, los sueños de las civilizaciones desaparecidas y empobrecidas, la vida continental, la vida planetaria, una biología planetaria, una biología del cosmos, las estrellas, las galaxias, el futuro y el pasado de nuestro planeta, de nuestras sociedades, la poesía, la música, la pintura, las artes plásticas, etc.”

Pasado, presente y futuro del mundo. Pero algo de eso nos corresponde. Aún es tiempo de descubrir su historia y su universo creativo, propongo que nos dejemos de pensar en “la inmortalidad del cangrejo” y comencemos a disfrutar de “la inmortalidad de Los Jaivas”.

Referencias propias: Claudio Parra en nuestras reuniones en su departamento-bahúl y Eduardo Parra en diálogos vía mail y en vivo, compartiendo un buen vino.
Otras referencias: LosJaivas.net / Jaivamigos.cl

martes, 19 de mayo de 2009

Monedas para el Bicentenario



¿Qué personajes debieran aparecer en posibles nuevas monedas chilenas? El 2010 aparecerían dos nuevas monedas nacionales: la de 20 y la de 200 pesos. El gobierno informó que esta acción tiene por objetivo mejorar la eficiencia y rebajar los costos de acuñación. Para ello entregó un proyecto de ley que busca lanzar estas nuevas monedas el año de nuestro Bicentenario patrio.

La evolución natural del dinero en sociedad lleva al Banco Central a ir sacando de circulación y creando nuevas monedas y billetes, que comúnmente ayudan a andar con una menor carga monetaria encima. Siempre es grato imaginar que podremos andar con menos monedas en los bolsillos (si ello no implica una peor economía personal, por supuesto).

Tal vez pocos lo sepan, pero han sido muchos los personajes políticos que han estado impresos en el dinero de Chile, y algunos en varias oportunidades. El récord lo tiene Bernardo O’Higgins con 8 apariciones entre monedas y billetes (en pesos y escudos), seguido por Arturo Prat con 4. Pero hay varios representantes de nuestra historia que jamás han estado en nuestras billeteras y bolsillos, y otros que podrían reaparecer perfectamente en nuevas propuestas, como Manuel Bulnes, José Manuel Balmaceda o Arturo Alessandri Palma.

En 1975, poco antes de que se cambiara del escudo al peso, el billete de 500 escudos, que hubo en Chile en los años 70’s, fue muy particular, pues tenía la imagen de un minero en él. Así, por primera vez se optaba por un personaje no-político para representar parte de nuestra nación. Esta fórmula se repetiría durante el Gobierno Militar, cuando se incluyó a la dama de la libertad en las monedas de 5 y 10 pesos, siendo cambiada por el perfil de O’Higgins con la vuelta a la democracia. Luego, en el año 1981, se diseñó el billete de 5000 pesos, en el que aparece la Premio Nóbel, Gabriela Mistral. Y últimamente, se cuenta con Andrés Bello en el billete de 20.000, y en el caso de las nuevas monedas aparecidas después de los 90’s, se eligió la imagen de una machi para la de 100 pesos, y a del Cardenal Silva Henríquez para la de 500.

El proceso de selección de candidatos para aparecer en el dinero depende del Banco Central y es bastante hermético, por lo que difícilmente veremos un programa tipo Grandes Chilenos de Nuestra Historia, con mediáticos defensores de los personajes “en competencia” y votación popular vía llamados telefónicos o mensajes de texto. Ahora, imaginando que se lleva a cabo el proyecto de las monedas de 20 y 200 pesos en el marco del bicentenario, y que hubiese alguna incidencia popular en la elección de los personajes: ¿qué personaje símbolo merece estar en nuestras billeteras?

Para quien quisiera proponer exponentes de la talla de Don Francisco, Cecilia Bolocco o Iván Zamorano, es importante que sepan que quedarían automáticamente fuera de competencia, pues no se usan personajes vivos en el diseño de dinero en nuestro país. Pero entre los difuntos iconos chilenos hay mucho donde elegir. Suelen considerarse personajes iconos como Salvador Allende, Eduardo Frei Montalva o Augusto Pinochet desde la vereda política, y Pablo Neruda, Violeta Parra, Víctor Jara o el Padre Hurtado, desde la no-política. Y estos son solo algunos ejemplos dentro de un sin fin de posibilidades que habrán al momento de elegir.

Solo queda esperar a ver si el proyecto es aceptado en La Cámara y lo que resuelvan los responsables de su diseño. Pero no sería raro que hicieran una excepción esta vez y nos invitarán de alguna manera a participar de la propuesta de personajes, mal que mal, con esto del festejo del Bicentenario hay licencias para todo. Se están aceptando propuestas creativas en todos los ámbitos y se busca participación y unión popular a través de infinitos proyectos. Ya veremos.

Referencias: Numismatica.cl / CMoneda.cl

sábado, 16 de mayo de 2009

La famosa nana chilena



¿Qué tan famosa es la nana chilena? Es muy común oír a la dueña de casa de clase media y alta emitir reclamos del tipo “que lata, mañana viene la nana” o “mi nana es un caso, hay que saber aguantarla”. Pero en el minuto en que la nana se ausenta más de lo presupuestado, o peor aún, jubila, todo se trasforma en un caos y la familia completa, partiendo por la dueña de casa, se da cuenta de lo indispensable que es esta persona en el bienestar del hogar. Conoce el orden y funcionamiento de la casa mejor que nadie, y le sabe las mañas y secretos a todos sus integrantes.

Si bien en Centroamérica, Argentina, Colombia, México y Perú también se les llama nanas a las niñeras, el concepto como se utiliza en Chile es distinto y comprende mucho más. La nana puertas adentro, la nana puertas afuera o la asesora del hogar (como la llaman algunas damas finas) y todas sus variantes, tienen muchas más responsabilidades que la de solo cuidar a los niños.

La nana es parte fundamental de la familia chilena, pese a que ni siquiera comparta la mesa con los demás de la casa.

Un hito mediático fue la famosa nana chilena millonaria, Angela Grasso, quien ganó el premio mayor de la lotería en Estados Unidos el año1999. Pero no fue más que el dato bizarro de aquel sorteo. En vez de una nana chilena podría haberse tratado de un jardinero ecuatoriano o una mesera uruguaya y la cobertura mediática hubiese sido similar. Excepto en Chile en que la noticia entró aun con más fuerza, debido a ese extraño morbo-patriota que busca el ADN chileno desde la serie Lost hasta la luna.

Es probable que la nana chilena nunca haya sido considerada como se merece hasta este último tiempo, en que se ha vuelto bastante famosa gracias a la película “La Nana”, de Sebastián Silva. Este último escribió el guión junto a Pedro Peirano (Plan Z y 31 Minutos), y logró el premio al Mejor Largometraje Drámatico Internacional en el Festival Sundace de Estados Unidos.

La actriz principal de esta cinta, Catalina Saavedra, fue premiada de forma espacial por el jurado del Festival Sundace y fue electa como mejor actriz en el Festival de Cartagena de Indias, Colombia. Ella es conocida a nivel local por sus papeles de nana en televisión, como Josefina en Los Venegas o Dulcinea en Fortunato, pero declaró a principios de esta semana en la Revista YA, de El Mercurio, que esta es la primera vez que debe actuar como una nana chilena real y no en base al estereotipo de las teleseries. En “La Nana” se muestra a la nana puertas adentro del barrio alto, que vive en un núcleo familiar ajeno y posterga su existencia en función de una familia que no es la suya.

Puede que este rol protagónico de la nana chilena nos de tema para hablar entre amigos o alrededor de la mesa familiar por estos días. Sin duda es bueno que aparezcan estas visiones de las empleadas domésticas en Chile, y no solo como la actriz más secundaria de las teleseries locales o como un personaje de series extranjeras adaptadas tipo The Nanny. Me llama la atención que Coco Legrand no tenga un capítulo especial sobre nanas entre su repertorio, si contamos incluso con su presencia en Internet mediante el portal Nana.cl “dedicado a la búsqueda de personal para trabajos en el hogar en nuestro país”, o Nana-SOS.cl “especializada en la evaluación y selección del personal encargado del cuidado de niños y de la realización de trabajos en el hogar”.

Bueno, “La Nana” aun no tiene fecha de estreno en nuestro país, así que habrá que esperar para verla y dar opiniones personales de ella como obra y como scanner de la realidad local. Mientras tanto, aprovechemos el revuelo que ha causado la cinta criolla para aceptar la importancia de nuestras queridas nanas, protagonistas anónimas en cientos de casas.

Referencias: Entrevista realizada por Magdalena Andrade N., Revista YA, El Mercurio, Martes 12 de mayo de 2009 / Nana.cl / Nana-SOS.cl

miércoles, 13 de mayo de 2009

El lado Coca-Cola de Chile



¿Cuál es el lado Coca-Cola chileno de la vida? Diseñado por McCann Erickson e ilustrado por Cristian Gastelo, este aviso apareció en la Costanera Norte, a pasos del Aeropuerto Arturo Merino Benítez (altura Parque de los Reyes), recibiendo o despidiendo a todo amigo extranjero o compatriota que pasara por ahí. Contiene cuanto ícono nacional se haya usado alguna vez para generar imágenes de identidad chilena de exportación o de auto-reconocimiento, emergidos de la infaltable Coca-Cola en la mesa familiar de diario.

Han sido y serán muchos y muy variados los elementos, paisajes y personajes seleccionados por “los creativos” para representar nuestro país, pero dejaré para otro momento el comentario y la discusión acerca de ello. De lo atinado o desatinado de utilizar al indio pícaro como emblema patrio, o de colocar a los pingüinos y al moai en primer plano, relegando a la pareja de huasitos a ser parte de la escenografía. Lo que me hizo escribir esta vez tiene que ver con este pacto de sangre que ha generado Coca-Cola con Chile. Y me atrevo a decir: sin que nadie se diera cuenta.

Coca-Cola llegó a Chile en 1942, pero no entró fácilmente a los hogares de nuestros abuelos. En ese entonces esta novedosa bebida gaseosa era embotellada por Concha y Toro, haciendo pensar a la gente que era algo así como un nuevo brebaje alcohólico, lo que, aunque suene increíble, en vez de acercar el producto a las personas, se transformó en muchos casos en rechazo. Fue gracias al excelente trabajo de peinado a nivel latinoamericano de sus vendedores que Coca-Cola logró establecerse a corto plazo como la primera bebida cola, y una de las marcas más potentes, no solo a nivel local ni continental, sino que global. Además, el proceso de embotellado en Chile pasaría luego a manos de Andina y se evitarían así las lecturas erróneas.

La marca Coca-Cola pasa a ser absolutamente confiable y familiar. Pero no se detuvo ahí. Me pregunto, por ejemplo, cómo a nadie le llama la atención que la camiseta de la selección chilena haya ido convenientemente mutando su color rojo hacia el rojo Coca-Cola.

¿Qué es “La Roja de Todos”?, nuestra sufrida selección de apasionados héroes deportivos que nos reúne en masa frente al televisor un par de veces al año o la botella de 2 1/2 litros de Coca-Cola instalada religiosamente en el centro de nuestros almuerzos familiares. Teniéndose en cuenta, que además de ser una de las marcas auspiciadoras de la selección junto a Cristal y Entel, hasta el combinado nacional, la infaltable piscola del triunfo o derrota post-partido se prepara comúnmente con Coca-Cola.

Desde hace algunos años, la campaña de el lado Coca-Cola de la vida tomó un alto protagonismo a nivel local. El aviso que comparto aquí es solo un buen resumen del rol de “madre patria” de esta marca en la actualidad. No basta con ver botellas y latas de Coca-Cola en todos lados y a su marca auspiciando cuanto macro-evento exista, ahora también pareciera ser parte trascendente de nuestro inventario nacional. Quizás realmente el lado Coca-Cola de la vida esté aquí en Chile, entre nosotros. Tal vez sea transcultural y esté en todos lados, como un virus, mutando y apropiándose de características particulares para sobrevivir y reinar en cada lugar. Sea como sea, en nuestros días no hay Chile sin Coca-Cola. Si incluso el mural de confección popular expuesto frente al histórico edificio Diego Portales en pleno centro capitalino tiene un enorme parecido con este aviso de Coca-Cola. Aunque creo que dicho mural se ve menos chileno, como que no estuviera tan completo y redondo. Debe ser por que le falta el lado Coca-Cola de Chile.

Imagen y algunos datos: Pedro Álvarez Caselli , “Chile Marca Registrada”.

El clásico primer post inútil



Bienvenidos sean todos los pasantes que por el motivo que sea se asomaron por esta vitrina de letras, imágenes y relatos subjetivos.

Este blog fue bautizado con el nombre de su autor "Manuel Pinto Grunfeld", y acompañado de la bajada "cuentos, visiones y lo que se antoje", que no la define realmente como nada y permite infinitas licencias.

Wikipedia define el concepto de Blog como una bitácora en donde el autor conserva siempre la libertad de dejar publicado lo que crea pertinente. Si Wikipedia lo dice debe ser verdad, así que este espacio no será la excepción y pretenderá simplemente exponer y compartir temas variados que vayan apareciendo en mi cabeza. En base a esto último, se recomienda que las personas sin antecedentes clínicos-psiquiátricos se abstengan de visitar este sitio, o que lo hagan a escondidas de aquellos duendecillos y/o voces etéreas que los acosan.

Pues bien, este post no tiene ninguna utilidad más que la de pasar el trauma del maldito primer post inútil.

Empieza el juego.
Participe quien quiera y quien no... mis felicitaciones por tener algo más interesante que hacer.

Y para quien se pudiese sentir incómodo o molesto con cualquier contenido de este espacio:

¡¡¡Salud!!!