domingo, 23 de septiembre de 2012

Zombis post dieciocheros

¿Han notado algo extraño en el ambiente volviendo de fiestas patrias? Se supone que hubo dos días laborales luego del fin de semana largo por el 18 de septiembre (jueves 20 y viernes 21), pero muy poca gente pudo ser ubicada en sus lugares de trabajo o incluso en sus lugares habituales de residencia. Ya terminando el fin de semana y el ambiente se mantuvo demasiado tranquilo. Poco ruido, poco movimiento, poca gente. Como entrando en una verdadera película de holocausto zombi en versión criolla. Cuya primera escena muestra la ciudad prácticamente vacía, aunque con ciertos rastros de vida cotidiana cortada de golpe hace solo instantes.

Personalmente aproveché de arrancarme de la capital hacia el sur. En busca de descanso, amistades, paisajes, comida, bebida y entretención patriótica (y no tanto). Además del par de kilos extra y de la agradable sensación de haberse desconectado varios días de la rutina, como muchos; aproveché de bailar cueca, comer asados (entre decenas de otras comidas típicas chilenas, extranjeras e inventadas), pasear, jugar Trivia Chilena (y otros juegos de mesa) y hasta disfrutar algunas películas. Entre ellas un par de películas de zombis fueron las que me ayudaron a entender, regresando a Santiago, que el escenario era prácticamente el mismo del de este tipo de películas.

 ¿No será acaso que luego de tanta jarana dieciochera los chilenos se infectaron con una especie de virus zombi local? Debido al exceso de carne o de alcohol. Los largos viajes (y tacos). El bailoteo o quién sabe qué juegos típicos chilenos. Todas estas cosas que no acostumbramos a realizar durante el resto del año pueden haber provocado perfectamente alguna reacción del tipo zombi.

Personas que incluso se creyeron muertas, pero que como bien define la Real Academia Española: reaparecen atontadas y se comportan como autómatas. Fíjense en los pocos especímenes que andan por las calles, o tras los volantes de sus vehículos, o atendiendo los pocos locales abiertos.

No es mucho lo que se sabe en nuestro país de estos casos. Más allá de algunos cuentos o mitos particulares, es poco lo que se conoce de este tipo de fenómenos más allá del cine, los libros e historietas. Existen grupos de fanáticos, bandas musicales e incluso proyectos ligados a este mundo, como la marcha zombi masiva que se hizo para el Bicentenario o el cómic Zombies en La Moneda, una verdadera joyita según los entendidos. Pero no deja de ser extraño ver que los síntomas se hayan podido extender tan fuertemente tras estas fiestas patrias.

Probablemente el privilegio de haber gozado con cinco jornadas de festejo chileno, que varios transformaron en una semana o incluso más días; dejaron una marca social no menor. Y estaremos viviéndola y observándola al menos por toda la semana que comienza. Repleto de zombis post dieciocheros tratando de volver a sus quehaceres, portadores de un virus poco conocido, quizás de “exceso de chilenidad”. ¿No estaré yo mismo infectado? ¿O ustedes…?