miércoles, 5 de noviembre de 2014

Yagán: El automóvil del pueblo chileno

¿Conocen el único modelo automotriz fabricado en Chile? Se trata del Citroën Yagán, nacido entre 1971 y 1972 bajo el gobierno de Salvador Allende y desaparecido solo un par de años más tarde, convirtiéndose en todo un objeto de culto local.

Todo habría comenzado cuando desde La Moneda surgió la idea de contar con un automóvil económico y utilitario para la familia criolla trabajadora, en un escenario de mercado complejo. Entonces, Citroën (marca francesa de renombre que por esos años experimentaba en variados modelos) se alió con la CORFO (Corporación de Fomento de Chile) para la confección de este humilde y pequeño desafío “made in Chile”.

Aunque el infaltable ingenio chileno no tardó en apodarlo de diversas formas y en enchularlo a su pinta, debido a sus toscas características; al menos el 50% de sus piezas eran de origen chileno, lo que haría inapelable su única nacionalidad. Y, para terminar de confirmar su origen, más encima se le denominaría en honor al pueblo indígena sureño de nuestro país.

En una primera tirada, se produjeron en su planta de armado en Arica alrededor de 200 Yagánes en tres colores: naranja, café o verde. Y, en honor a la verdad, se dice que el diseño (o falta de él) que lo hizo reconocible en el rubro tuerca, realmente se debió a que fueron mecánicos sin cursos ni manuales de armado los responsables improvisadores y en terreno de la construcción de estos modelitos. Que además, no lograron uniformidad entre sus ejemplares, por la ya mencionada construcción metalúrgica artesanal con que se elaboraron.

Pese a que para su promoción se le colocaba entre los Jeeps y las Citronetas, y a que en su campaña publicitaria se afirmaba que “no hay nada prohibido para un Yagán”, no más de 400 unidades se vendieron en total en Chile, principalmente por la inseguridad espacial y estética que se compartió rápidamente entre sus potenciales compradores y usuarios. No fue un producto competitivo, porque la familia obrera prefería invertir en modelos probados, como la citada Citroneta (porque los Jeeps eran muy caros).

Así, no fue del todo sorpresiva la decisión de detener su producción en 1973, que derivó en la desaparición de su oferta en el mercado chileno para el año siguiente. Aunque luego la mitología indica que algunos de los últimos Yagánes fueron utilizados y adaptados por los militares después del Golpe de Estado del '73 con fines de patrullaje, experimentación armamentista y de inteligencia.

Sin embargo, lo que hoy podría parecer un cuento chileno más, aun conserva un par de unidades siendo conducidas por Chile que demuestran su veracidad. Quién sabe si pronto se crucen con alguno por las calles de sus barrios.

Fuente principal: Cristian Salazar Naudón, Artículos para el Bicentenario en Memoria Chilena.