martes, 13 de diciembre de 2011

Rumbo a Valparaíso



¿Pensando en las vacaciones? Muchos tienen opción de hacerlo y juegan con las alternativas y recursos disponibles para arrancarse de la rutina y el territorio laboral de todo el año. Opciones hay muchas y entre las localidades nacionales existen varias: buenas, bonitas y (a veces) baratas.

Pese a que está cerca de la capital, donde se concentran habitantes, estudiantes y profesionales, la Quinta Región se ha establecido como atractiva a la hora de turistear en Chile. Viña y Valparaíso se han trabajado desde la perspectiva de las marcas destino, como localidades a tener en cuenta. Ejemplo de ello es el proyecto Plan Rumbo, en ejecución desde el año 2009 para el caso de Valparaíso, a cargo de la Ilustre Municipalidad de dicha ciudad.

La oportunidad develada por Plan Rumbo, nace de la declaración de Valparaíso como “Sitio del Patrimonio Mundial” por parte de la UNESCO el año 2003. Además de la carencia de productos turísticos diversificados y el bajo posicionamiento en los mercados, como destino turístico.

Su objetivo central es posicionar a la ciudad como un marca destino reconocida hacia el año 2015. Se está construyendo un modelo de desarrollo, que contempla el diseño de productos turísticos a partir de información del mercado, además de gestionar un plan de marketing para posicionar a Valparaíso y sus productos. Como objetivos específicos, se definió doblar el número de turistas (de 60.000 a 120.000) y triplicar el gasto turístico en la ciudad (de $18 mil MM a $54 mil MM).

El plan operacional de marketing contempla: logo, piezas de merchandising, brochure, folletos, mapas de la ciudad y aparición en medios de comunicación. Y en el ámbito del posicionamiento general de Valparaíso como destino turístico, se han gestionado la conmemoración de los 475 años del descubrimiento de Valparaíso, el aniversario de los 50 años de la Casa Museo La Sebastiana de Pablo Neruda, y el pronto cumplimiento de la ciudad camino a 10 años de la declaración de ciudad Patrimonio de la Humanidad, entre otros. La implementación de este plan depende de cuatro puntos neurálgicos, que son el terminal de buses, Plaza Ecuador, Muelle Prat y Plaza Mena. Dentro de los cuales se trabajaran ejes de desarrollo, considerando sostenibilidad, calidad y responsabilidad.

Como mercados potenciales (actuales y a futuro), se consideran principalmente a Santiago, La Serena-Coquimbo, Concepción, otras ciudades, dentro del ámbito nacional; Argentina y Brasil, en Latinoamérica; Estados Unidos y Canadá, en Norte América; Alemania, Francia, España y Reino Unido, en Europa. Veamos entonces cuántos más se tientan en cada nueva vacación y evaluemos cómo funciona Plan Rumbo y el disfrute de Valparaíso dentro del marco del proyecto.

Enlace de interés: Planrumbo.cl

lunes, 28 de noviembre de 2011

Bienvenido el Jazz a la Vega



¿Supieron de este singular evento?
Este fin de semana recién pasado se hizo el Primer Festival de Jazz a la Vega, y con entrada liberada. Vinito de honor, palabras de cortesía y a disfrutar de la música en uno de los patios centrales de esta histórica feria santiaguina que por vez primera se vestía con sonidos jazzeros.

El vino de honor en un salón de la administración de la Vega Central, emperifollado para la ocasión, bien rico (aunque puede venir de cerca la recomendación, ya que participé en su organización); un ensamblaje tinto fresco, especial para las tardes calurosas de nuestra capital, además de jugos y agua para los pocos que no toman vino y los tantos acalorados. Acompañado por frutos secos adquiridos en la mismísima Vega. Maní, salado y natural, pasas, ciruelas e higos. Luego algunas palabras de buena crianza y bienvenida del presidente de los locatarios y a disfrutar del jazz frente a un escenario instalado en uno de los patios centrales de estacionamientos del recinto. Buena instalación y sonido. Muy agradable, especialmente cuando ya el sol se escondió.

En cuanto al show, el viernes se presentaron el Tío Valentín Trujillo y sus músicos, demostrando que está más parado y vigente de lo que muchos creen, con un enorme repertorio y sencillez, sacando decenas temas de su piano. Luego Mocca y su “Jazz Killer Show”, donde el histrionismo y calidad de baile y canto (en francés, inglés y alemán) de esta simpática diva cabaretera junto a su montaje audiovisual y un excelente trío de músicos, dejó perplejos hasta a los perros que habitan en la Vega. Y cerrando esa primera jornada estuvo La locomotora del swing, dirigida por el particular trombonista “Parquimetro” Briceño, y grandes músicos de las épocas de oro de los combos y big bands chilenos, donde incluso figuraba un trompetista de la Orquesta Huambaly. Tremendos.

Lamentablemente el día sábado me lo perdí por temas ajenos, pero me enteré gracias a gente de la Vega que estuvo también muy bueno. Tocaron: Andrés Pérez Quinteto, Conchalí Big Band y Jazzimodo. Dando cierre a una interesante y original iniciativa cultural organizada por la Vega y el Colectivo Mapocho, muy correctos y creativos en su gestión.

Las cuentas al parecer fueron todas alegres. Buen marco de público, positivo desarrollo del cronograma, alegre recepción de los locatarios y vecinos, además de un espectáculo de calidad y bien a la chilena, con un paisaje singular y cercano para quienes frecuentamos este lugar en nuestro abastecimiento constante para la cocina, y cada vez más insumos y productos de lo más variados. Tanto es así, que ya comentaban los del Colectivo Mapocho la proyección internacional que tendría el festival para su segunda versión, el próximo año. Habrá que esperar.

Que bueno que se deje de lado esa visión de que el jazz es una suerte de arte elitista y sectario. Con este festival quedan en evidencia las gracias de la fusión del jazz clásico, con la antigua música bailable y la música tradicional y popular chilena. Actual, versátil y transversal; es bienvenido en este escenario fabuloso. Si quiere jazz a la vena, podrá encontrarlo ahora en la Vega.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Fósforos, copihues y cordillera



¿Cóndor o huemul, cordillera o mar, parra o copihue?
La lucha por elevar el símbolo chileno por excelencia es y ha sido constante en la historia del país. Desde el subgrupo de los recursos naturales y geográficos propios, los ya mencionados son solo una pequeña muestra al respecto. Lo interesante es la enorme presencia que éstos tienen, no solo en emblemas patrios, sino incluso en marcas, productos y publicidad de los más variados tipos.

Podemos apreciar esto en nuestros quehaceres más cotidianos, donde a veces ya ni vemos por el uso de la costumbre. Impresos en productos como cajas de fósforos, presentes en tantos bolsillos, asados, estufas o cocinas a lo largo y ancho del país. Allí, los paisajes, la flora y fauna, los colores y nombres se presentan como protagonistas, absolutamente apoderados de la identidad territorial y el imaginario colectivo nacional.

La Compañía Chilena de Fósforos S.A., más conocida popularmente en la actualidad a través de sus marcas Copihue y Los Andes (Monarca o Guadalupanos en México, y Penley en EE.UU.), sobresale en este ámbito con sus clásicas y renovadas cajas de fósforos, en múltiples formatos. Esta empresa existe desde 1913, siendo la principal en producción y comercialización nacional de los llamados “fósforos de seguridad”.

Evaluando su envergadura, hay que mencionar que esta compañía es propietaria de la plantación más grande de álamos de Sudamérica y una de las más importantes del mundo, con alrededor de 4.000 hectáreas. A nivel local, se puede contar también con sus productos en marcas propias, como Fósforos Líder o Fósforos Ekono, mientras que en el exterior está presente en empresas como Wal Mart o Home Depot, en más de 22 países. Además, esta entidad con prácticas certificadas en el tema medioambiental, exporta, junto a sus conocidas marcas de fósforos, desde los palitos listos para fabricar fósforos (llamados “splints”) hasta palitos de helado, entre una gama de productos.

Tomando un caso en particular, Alberto Fuguet ha comentado que su abuela fue la responsable de la imagen de fósforos Los Andes. Dentro de la anécdota, señala lo siguiente: “Es un diseño simple, básico, que con el tiempo ha ido adquiriendo estatus casi pop. (…) Pocos conocen el nombre de quién la diseñó (muchos deben creer que no se diseñó, que es una foto, que nadie se dio el trabajo de inventar y pintar la cordillera) pero es probable que no exista un chileno que no haya mirado ese cuadro”.

Ya no se trata solo de nombres y gráficas sueltas. Hoy en día podemos hablar de obras insignes e ineludibles, de referentes permanentes, desde sus versiones súper realistas hasta sus actuales simplificaciones visuales. De fragmentos de identidad chilena en cuanto a presencia, reconocimiento y representatividad local se refiere. Encendiéndose en nuestros hogares.

Fuentes: Fosforos.cl / “Las películas de mi vida” (Alberto Fuguet, Alfaguara).

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Invitación dieciochera a Pilgua SCL



¿Hay identidades e imágenes chilenas hoy? ¿Dónde buscarlas? ¿Las vemos día a día? ¿Subsisten proyectos concretos en esta materia? ¿Podemos definir a Chile? Estas son algunas de las preguntas que podemos hacernos sobre Chile en términos de reconocimiento y comunicación, dentro del contexto globalizado y extremadamente mediatizado del nuevo milenio. Historias, personajes, hitos, entidades y agrupaciones nos exponen una panorámica sobre nuestro país, enlazando memorias, diagnósticos y proyecciones.

Es interesante revisar nuestra chilenidad y las tan diversas variables presentes en la actualidad, sobre todo en estos días en que entran las cuecas y el olor a asado por las ventanas. Los invito a todos a reflexionar sobre estas y otras preguntas en mi post/presentación publicada en Pigua.cl (solo haciendo clic), donde además podrán encontrar mucho sobre el maravilloso mundo de la comida, cocina, productos y personajes locales, entre otros. Tradición, cultura y placer unidos en esta nueva plataforma desde Santiago de Chile.

Que pasen un lindo 18, de la forma que más disfrute cada quien.
Y grítense unos buenos "Viva Chile".
¡¡¡Salud!!!

martes, 6 de septiembre de 2011

Le pongo la sal



¿Existe otra marca de sal además de Sal Lobos? Es impresionante como, al hacer memoria, no logro recordar ninguna otra sal que no sea Lobos en casa o en las repisas del supermercado, en cada compra de mercadería. Obviamente no es la única, y en el pasillo correspondiente deben haber varias competencias, pero no es nada de fácil recordarlas.

Conocida inicialmente como Sociedad Punta de Lobos S.A., la historia de esta empresa data de 1905, explotando depósitos de cloruro de sodio en el Salar de Tarapacá, Primera Región de Chile, cuya superficie podría responder la demanda mundial por alrededor de cinco mil años.

Lobos logra un puesto de privilegio en el imaginario colectivo chileno hogareño, y una importante proyección internacional, debido a su historia y, además, a su calidad, diseño, tecnología e innovación. La sal se utiliza prácticamente en todas las comidas, y esta marca fue pionera en su área, cambiando su forma de consumo y la manera en que nos relacionamos con sus productos.

Primero se diseñó un nuevo envase, concepto a cargo de Waker Diseño y Asociados, en varios formatos. La idea primigenia fue crear un salero cómodo, práctico, moderno y elegante. A la larga, permitió comprar, transportar, utilizar e incluso poner en la mesa, y sin vergüenza, el producto tal cual lo encontramos en el comercio, sin tener que estar trasvasijando de un lado a otro, llenando saleros, poniéndole arroz para conservarlo, etc. Se suman desde entonces varios tamaños y formatos de mesa especializados. Bolsas, saleros, potes, la parrillera. Pero no solo se quedó en un tema de envases, junto a ello se ha ido posicionando en el terreno de la salud y la cocina gourmet, con sus variedades Sal Light; con un 50% de sodio, y su reciente Línea Premium; gruesa, fina de mar, al merkén, a la cebolla, especial para carne y al ajo, cuyo rostro publicitario es el cocinero Christofer Carpentier. Además de Biosal; una sub-marca con vida paralela, emergida de Lobos.

Con esta capacidad de mantención y adaptación, Lobos ha conseguido una importante diferenciación y una enorme familiaridad. Probablemente atraviesa al público medio-masivo, que al igual que uno, toma estos productos sin siquiera mirar las opciones (ni por formatos, variedades o precios), y cada vez más, toca a un público más particular, de “aventureros”, personas preocupadas de su bienestar, del de sus cercanos y, por supuesto, de inflar el pecho cuando les aplauden el resultado de una rica receta en la mesa (sal incluida).

El chileno en promedio consume cerca de 15 gramos de sal diariamente, tres veces lo recomendable, según la OMS (Organización Mundial de Salud). Incluso hay planes de Gobierno referidos a esta problemática, totalmente respaldados por estadísticas inquietantes, que comprendo y comparto desde el punto de vista del bienestar físico de chilenos y extranjeros en relación a la sal. Pero, debido a la trascendencia histórica y la particularidad identitaria y de imagen de esta marca, no queda más que llevarle la contra a aquel recordado comercial de televisión diciendo: “Le pongo la sal”, y seguramente “Lobos”.

Enlace de interés: Ssl.cl

miércoles, 17 de agosto de 2011

Violeta se fue a los cines



¿Vieron la película de la Violeta? Y ojo que esta pregunta no es solo relativa a las ganas o interés de asistir a este estreno nacional, también depende de si lograron encontrar entradas o incluso entrar a su cine preferido estos días, con fin de semana largo y todo, donde las salas colapsaron.

Sin entrar a contar la película, que imagino a nadie le causaría gracia si no la ha visto, es bien notable lo que ha pasado hasta el minuto con el fenómeno Violeta se fue a los cielos. Este homenaje a la folclorista, cantautora, pintora, bordadora y ceramista ha sido un éxito de taquilla en sus primeros días, por sobre varias ofertas internacionales, agotando funciones y generando filas larguísimas en los cines locales. Con decirles que en La Reina este fin de semana, la gente estaba desde el tercer piso bajando por las escaleras hasta la mitad del primer piso haciendo cola. Cosa extraña si pensamos cuánta “bola” se le da cotidianamente a Violeta Parra y otros personajes de la historia y cultura chilena más cercana. O si tomamos en cuenta frases para el bronce como una que me tocó oír saliendo del cine: “Que fome. No pasó nada que no se sepa en la película”.

Pese a que sería raro ver grandes novedades en una cinta de tipo biográfica o de retrato de personajes reconocidos, y que imagino que la mayoría se sienta en la sala de su cine favorito a verla sin esperar explosiones, autos voladores o animales parlantes, tengo dudas si acaso realmente todos los chilenos sabemos todo lo que nos comparte esta película. Y si es cierto que conocemos y valoramos tan bien la historia y obra de Violeta Parra, es bueno recordar que cualquier obra cinematográfica (o de otro tipo) con este perfil, debiera, ojalá, transmitir para otros lugares a estos personajes y sus historias, como parte de nuestra propia historia y cultura chilena. Y latinoamericana.

En lo personal, me parece una apuesta de gran valor. La actuación de Francisca Gavilán: formidable, pues además de muy creíble y estudiada, hasta canta igualito. La fotografía y textura de la película son protagónicas, dándole una atmósfera bien particular y envolvente sumadas a la música y la narración. Los paisajes donde pasean los personajes casi pueden palparse y olerse.

Lamentable que como comenta su director Andrés Wood en varios medios de prensa; no se hayan hecho más copias para que la cinta llegué a más salas, pese a que lo solicitaron, evitando tanto atochamiento donde ya está y brindando la opción a más gente en más lugares de verla. Con estos hitos contemporáneos nos damos cuenta de que se puede hacer cine exitoso en Chile y que la gente está con ganas de seguir estos proyectos, sin desmerecer el excelente trabajo de producción, gestión y difusión de los responsables de Violeta se fue a los cielos.

Espero ansioso más productos de este tipo, mientras se consiguen ideales de otra índole como lo que plantea Álvaro Henríquez por estos días, respecto a lo necesario que se hace que nuestros estandartes modernos como la Violeta pasen a ocupar sitiales cotidianos de peso, en billetes, monedas u otros, que nos acerquen a fragmentos de nuestro país y nuestra gente, del arte, historia y cultura de carne y hueso de nuestra identidad.

Link de la película: Violeta se fue a los cielos

lunes, 1 de agosto de 2011

Cueca brava sobre el antiguo Matadero Franklin



¿Permanece parte de nuestra cultura criolla sobre la cuasi-desarrollada capital?
Un interesante dato: El Club Matadero, centro cultural y salón de baile, está ubicado en pleno barrio Franklin, en un segundo piso por Santa Rosa, entre las calles Bío Bío y Placer, y se levanta, justamente, sobre el antiguo matadero.

El local, bien agradable y acogedor. Se puede acceder de fácil manera en micro o metro a solo un par de cuadras. Lo que si, a las horas que se sale (se haya comido y bailado cuanto sea) debe estarse dispuesto a caminar, esperar o compartir un taxi. Para quienes no vivimos por el sector, claro está. Se trata de un espacio mediano con aires y decoración tipo "Quinta de recreo", en la cual hay una barra sencilla entrando a la izquierda, mesas de distintos tamaños, sillas, pisos y bancas concentradas hacia un lado, y un escenario al fondo, que según los entendidos, se ha transformado en el último año en un muy buen escenario para la cueca local en la capital chilena. Lo que no quita que en ese lugar se lleven a cabo variadas acciones de arte y cultura.

Sorprendente la cantidad de gente que puede llegar a juntarse los días de eventos, a tal punto que queda poco espacio para desplazarse o incluso animarse a bailar un par de patitas. La atmósfera es muy entretenida. Un sonido a resaltar para las características del local y la carta propuesta súper llamativa; con empanadas, sanguches de pernil, botellas de vino, cervezas, terremotos y combinados, entre otros manjares para amenizar la noche, aunque pueden tener la mala suerte de ir un día de mucha concurrencia y tener que aguantar hambre y sed por un rato mientras se reabastecen.

Muy positivo que sigan abriéndose y ampliándose los espacios para la escena cuequera (brava, chora, tradicional o la que se quiera) incluso en nuestra ciudad, a veces falto de ritmo y sobrante de individualismo y contaminación. Habrá que darle las gracias y los aplausos correspondientes a quienes plantaron estas semillas de “rescate” o “re-popularización” de la cueca chilena. Tanto músicos de las últimas épocas de gusto masivo que han vuelto a colocar ritmos y a viejos baluartes de este estilo sobre los escenarios, como Álvaro Henríquez, así como también las bandas jóvenes (y no tanto) que cada día son más en esta área. Daniel Muñoz y los 3 x 7 Veintiuna, Los Trukeros, Las Capitalinas, La Gallera, De Caramba, Calleboca y tantos más. Lo anterior sumado a los inolvidables sobrevivientes de la continua historia criolla musical, se ve aumentado con la fauna diversa que goza de lo lindo en este tipo de recintos oyendo, viendo y bailando junto a ellos.

En fin, en Club Matadero la organización puede llegar a verse sobrepasada por la masa de asistentes y se torna un poco agobiante el aire entre el pucho y el calor humano, pero esto demuestra lo prendido que está este centro cultural y salón de baile. De todos modos, me alegro por la propuesta y se los recomiendo a todos quienes gusten oír buena música en vivo, degustar clásicos criollos a precios razonables y, por supuesto, pegarse unas buenas patas de cueca, y también las infaltables cumbias pachangueras envasadas.

Enlace: Club Matadero

sábado, 23 de julio de 2011

De la memoria de museos a series de televisión



¿Qué tiene en común el Museo de la Memoria con Los archivos del Cardenal? Algo bien sencillo: la memoria. Este concepto, paradójicamente, es uno de los que, a veces, menos retenemos. Más allá de definiciones de diccionario, es interesante mencionar que la memoria conforma parte trascendente de nuestra identidad. De lo que realmente somos y nos determina como individuos, y también como sociedad.

La memoria, según plantean algunos teóricos humanistas, se suma al diagnóstico y a las proyecciones, dentro de esta triada que determina la esencia misma de un grupo o entidad. No es extraño entonces que día a día se hagan esfuerzos para mantener en el presente, aquello del pasado que guiará, o abrirá caminos alternativos con dirección a algún futuro. De allí que toman fuerza los proyectos históricos, artísticos, culturales, políticos o comunitarios alrededor de la evocación. Con fines absolutamente nutritivos, más o menos trágicos o cómicos, tanto en quienes protagonizaron ese pasado, como en quienes la observan tras la vitrina ultra-moderna de una gran multitienda llamada “opinión pública”.

Chile, en lo particular, y no por ello ajeno a realidades universales comparables, conecta comúnmente el tema de la memoria con su política y su historia social del siglo XX. En especial, el Gobierno de la Unidad Popular y el Golpe Militar, con su posterior régimen, dan cuerpo a una memoria ineludible, aunque por muchos conductos se haya intentado forzar a la amnesia colectiva. Actualmente, se cuenta con productos editoriales, fotográficos, impresos, escritos, ilustrados, fílmicos, de audio. Todos ellos colaborando en un gran álbum desarmado que se intenta volver a empastar.

El Museo de la Memoria y los Derechos Humanos; proyecto Bicentenario abierto el 2010 por la entonces presidenta Michelle Bachelet, tiene por objetivo justamente esto: reconstruir un fragmento identitario, de manera integral, del pasado reciente, para ayudar al diseño constante de la sociedad, desde el conocimiento y la reflexión. Con los ojos vidriosos de los más canos y las miradas atentas de los jóvenes, se consigue de forma fina y explícita, un sitio tan presente como atemporal. Además de gratis en su entrada, para quienes aun no se hayan animado a ir.

De ahí a proyectos audiovisuales exitosos, como la bullada y recién estrenada serie Los archivos del Cardenal, basados en documentos y experiencias entorno a la Vicaría de la Solidaridad, el salto es tan grande como natural. Más allá de la calidad de las actuaciones, con Benjamín Vicuña, Daniela Ramírez, Néstor Cantillana, Alejandro Trejo, Francisco Melo, de los guiones, aciertos históricos o estilos narrativos; desde el detalle del fumar compulsivo de todos los personajes a la triste realidad de que la audiencia conoce a la perfección el final de este relato, es notable el que se abran y propongan nuevos productos que vitaminicen la memoria desde los medios masivos. Es interesante cómo los museos o las telenovelas pueden aportar en este sentido, proponiendo el recordar, de manera cercana y directa.

Diagnostico que esta suma de iniciativas, lejos de las disputas sordas de los más politizados, proyectan un futuro más concreto, un proyecto más humano y, probablemente, con más alternativas que el de sociedades olvidadizas, que tienden al peligro de las constantes recaídas.

Sitios relacionados: Museodelamemoria.cl, Los Archivos del Cardenal

miércoles, 15 de junio de 2011

Sodimac y su ejemplar RSE



¿Podrá existir una marca local que cumpla realmente con la Responsabilidad Social Empresarial? La verdad es difícil imaginárselo, pues entre colusiones, contaminación ambiental y maltratos o desigualdades laborales es escasa la esperanza de que alguna empresa tenga aun moral y confianza en temas sensibles con la comunidad, más allá de maniobras legales y espejismos publicitarios.

Si bien hoy el tema de la Responsabilidad Social Empresarial (o RSE) está bien de moda, son pocas las empresas que pueden demostrar que son responsables de manera contundente. Hay muchos premios, mediciones y rankings que tientan a los empresarios a hacer malabares e invertir importantes sumas de dinero en pos de conseguir un buen resultado en ellos. Más difícil es mantener esto y de forma creíble, siendo reconocible y comprobable por todos los públicos que se relacionan con la entidad en cuestión.

Sodimac es una marca chilena dedicada a desarrollar, satisfacer y brindar soluciones para proyectos de construcción, mejoramiento y decoración del hogar. Su filosofía está fuertemente orientada al buen servicio y al compromiso, tanto con la comunidad como con sus empleados. No solo vende insumos, sino que garantiza apoyo en el cuidado del hogar y la familia, principalmente de sus clientes y trabajadores.

Diversos planes y acciones respaldan la RSE de Sodimac. Desde buenas prácticas medioambientales como su plan de ahorro energético, reciclaje de residuos no peligrosos, electrónicos y de baterías de automóviles, hasta sus bolsas plásticas degradables, la medición de su huella de carbono e incluso la construcción, en Copiapó, de la primera tienda verde de Latinoamérica. Son cientos los ejemplos que elevan a Sodimac como una marca cuya RSE es parte de su esencia y compromiso diario. Tal vez algunos no conozcan el detalle de todas sus buenas acciones y planes integrales, pero naturalmente su identidad deriva en una excelente imagen en sus destinatarios. Esto quedó demostrado en el Ranking BAV 2010 en Chile, donde la marca Sodimac ocupa el segundo lugar, justo después de Coca-Cola, y supera a grandes como Nike, Nestlé y hasta la Selección Chilena.

No solo en mediciones externas esta marca chilena de exportación es bien evaluada. Rankings hechos por la Fundación PROhumana, han reflejado en los últimos años la buena impresión de los públicos internos de la marca, donde sus empleados han expuesto las fortalezas de Sodimac en temáticas como derechos humanos, políticas de capacitación y daños potenciales.

Si no basta con lo ya expuesto, vale la pena agregar que en la crisis del 2009 los altos ejecutivos se bajaron los sueldos voluntariamente para evitar despidos masivos, y que luego del terremoto del bicentenario fue de las pocas tiendas abiertas a pocas horas del desastre, sin especular con los precios. Envidiable, ¿no?

Referencias: Sodimac.cl, entre otros.

domingo, 8 de mayo de 2011

Adaptación de una receta chilena: Las humitas en cocina bruja de mi madre.



¿Dónde están los verdaderos legados de nuestras madres? Esta es una pregunta, a mi parecer, no menor por estos días en que el medio nos impulsa a agasajarlas con regalos tan variados, que van desde desayunos a la cama o un contundente ramo de flores hasta relojes pulsera o I-pods.

Fuera de las campañas y ofertones de ocasión, que de todas formas aparecen cada vez que se avecina “el día de…”, vale la pena cuestionarse el lado bueno que podamos exprimirle a estos eventos. En este caso, me pliego a una positiva e interesante iniciativa que surgió hace algunos días entre un grupo de blogueros para encauzar el tema “madres” desde una conexión que seguramente todos tenemos, publicando recetas especialidad de nuestras madres, que nos hacen quererlas aun más y que siempre nos harán recordarlas. Además, si tenemos algo de talento o paciencia podremos mantenerlas y dárselas a nuevas generaciones, incluso cuando ellas ya no estén.

Los blogs detrás de los responsables principales de esta idea, expuesta ya en varios medios digitales (propios y ajenos) e incluso convencionales, como la revista Wikén, son En mi cocina hoy, Cocina de mercado, Mundo de Dulcinea, Chef Potro, La sartén y el mango, y el más importante de todos para mí (que casualmente es el de mi santísima y propia mamá) Cocinarte Chile. Todos ya con posts alusivos a sus recetas maternales favoritas, y a quienes me sumo con mi aporte personal, de una receta de mis favoritas; local y bastante creativa (por no decir mutante), como suele ser todo en la cocina de mi viejita. Para chuparse los nudillos, que en muchos casos (como el que presento a continuación) ocupa energías alternativas y amables con Chile y el planeta.

Huma en olla, para cocina bruja:

¿Qué le lleva?

10 a 12 choclos
1 cebolla picada fina
3 cucharadas de aceite
1 cucharada de azúcar
hojas de albahaca

¿Cómo se hace?

- Pelar y picar los choclos, moler en juguera con un poco de leche (para no fundir el motor).
- En una olla, dorar un poco la cebolla en cubitos, agregar la pasta de choclo molida, revolver agregando el azúcar, sal a gusto, más la albahaca picada fina.
- Siga revolviendo hasta que empiecen a salir burbujas, pruebe y rectifique la sazón.
- Saque del fuego, tape y deje en la cocina bruja por al menos una hora. Puede dejarse más tiempo (no se pega ni se seca o quema).
- Servir directo al plato y si quieres lucirte pon las humas en olla sobre dos hojas de choclo previamente pasadas por agua hirviendo.
- Fácil y sin complicarse la vida.

Buen provecho y feliz día (todos los días del año) a nuestras cocineras de cabecera.

martes, 26 de abril de 2011

Taller Mano Alzada



¿Quién no recuerda alguna cruzada con cariño? Por estas fechas, cuando nos adentramos en el otoño santiaguino y los días se acortan cada vez más, aunque extrañamente el ámbito de movilizaciones estudiantiles ha estado poco movido el último tiempo y recién hoy empezó a olfatearse algo tenue alrededor de las universidades, se viene a mi memoria el Taller Mano Alzada.

Corría la segunda mitad del primer semestre del año 2005, y en Chile estábamos en plena paralización nacional estudiantil frente a la inminente aprobación de la Ley de Financiamiento Estudiantil tramitada en el gobierno de Ricardo Lagos, con Sergio Bitar de Ministro de Educación. Pero no se trataba de una paralización de algunos núcleos universitarios ultra politizados, sino de una verdadera cruzada transversal y masiva, en la que se involucraron universidades y carreras históricamente apáticas a los paros y las tomas. Esta particularidad e impacto a nivel de convocatoria juvenil, provocó acciones y reacciones creativas, todas ellas pacíficas y con excelentes resultados, como hace rato no se veían, llegando a irrumpir programas televisivos exitosos como Vértigo, a tomarse la radio de la Universidad de Chile para transmitir un programa especial denominado Frecuencia ocupada, además de otras múltiples apariciones en prensa, medios de comunicación y mucha vía pública.

Así fue como un grupo pequeño de estudiantes de tercer año de diseño de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la Universidad de Chile, espontáneamente se apropió de una sala de taller y comenzó a construir y producir mensajes alusivos a la contingencia. Se trataba inicialmente de un grupo de no más de diez personas que comenzaron a movilizarse desde su área, a través del diseño de carteles hechos a mano. Tengo certeza de la magnitud del equipo, que pronto se bautizó como Taller Mano Alzada, porque formé parte de él como uno de esos estudiantes energéticos. Quizás muchos digan con los años que formaron parte del taller, ya que actuaba silenciosamente y de forma concentrada en la FAU, desde bien temprano y a veces hasta la madrugada. Y nadie pretende negar que el ritmo no era esclavizante, los turnos se daban naturalmente y solíamos pasar el frío y el tedio de la rutina con navegados y otras bebidas amables con la creatividad.

Pero del diseño a mano se pasó a trabajar con plantillas, pintura, spray, experimentando con xilografía y stencils, hasta llegar al sistema más productivo: la serigrafía, con la cual se lograron tirajes impresionantes, que tuvieron los suelos de las salas llenos de afiches que luego se pegaban, repartían o vendían para conseguir fondos para los gastos de las movilizaciones generales. Además de afiches, se gestaron propuestas notables como la intervención del frontis de Casa Central de la Universidad de Chile con post-its (esos papelitos amarillos con adhesivo) para que la gente opinara y apoyara la iniciativa, empapelando finalmente la estructura, además del constante diseño de boletines y la participación en marchas y actos culturales, junto a decenas de amigos y estudiantes.

Se trabajó muchísimo y se produjo una enormidad, como pueden ver en la fotografía del muro de los originales, donde todo nuevo producto se exponía, junto a los bastidores, herramientas, esa fiel radio destruida, la olla de los elixires y algunos recuerdos más.

Quise hacer un pequeño homenaje al Taller Mano Alzada, tal vez nostálgico, tal vez demasiado breve para algunos, pero confórmense con que tanto la iniciativa como algunos estandartes creados allí, por ejemplo la consigna “Estudiantes por Chile”, se reeditan desde entonces, cada vez que los estudiantes unidos han requerido de nuevas versiones del taller de serigrafía y comunicaciones de Diseño en la FAU. Pasó con la Revolución Pingüina del 2006 y con los movimientos universitarios del 2010 recién pasado, entre otros. Un honor haber presenciado un fragmento positivo de nuestra historia.

martes, 29 de marzo de 2011

Cultura APLAPLAC



¿Qué es APLAPLAC?
Pese a que este nombre nace hace más de 12 años dentro de Plan Z, el bizarro y exitoso programa convertido en una suerte de leyenda moderna, APLAPLAC sigue existiendo hoy como productora de televisión.

Es probable que muchos de los que hayan visto los capítulos de Plan Z, ya sea a fines de los noventa por Canal 2 -Rock and Pop- o a través de su posterior almacenamiento ultra visitado en Internet, recuerdan sonrientes que el concepto APLAPLAC nace para nominar un instituto de estudios superiores de bajísima calaña. Estuvo presente en sketchs como una ácida sátira de las decenas de instituciones privadas “educativas” que aparecían ya como maleza en esos días, muchas veces con lamentables campañas comunicacionales y publicitarias.

Pero APLAPLAC no se detuvo ahí. Álvaro Díaz y Pedro Peirano, integrantes fundadores y creativos de Plan Z, junto a Juan Manuel Egaña, se asocian el año 2001 bajo esta marca dando vida a una productora con un sello muy peculiar, desarrollando proyectos diversos desde entonces.

Entre sus exitosas creaciones, uno de los principales aciertos a nivel local y también continental, es 31 Minutos, serie tipo noticiero/musical de títeres y marionetas que se transmitió en Chile entre el 2003 y el 2005, pasando luego a la pantalla grande como 31 Minutos, la película tres años después, con 5 discos asociados, varios objetos de merchandising, apariciones en campañas publicitarias e incluso llegando a las tablas del teatro este 2011, demostrando ser mucho más que un “programa infantil”. Junto a este proyecto, la productora ha estado tras un amplio abanico de productos culturales y de entretenimiento. Ejemplos de ello son los programas Sangre, sudor y lágrimas y Mira tú o la serie documental Un país serio, referida a la realidad identitaria chilena, que inicialmente saldría al aire por Canal 13, pero luego de censuras de última hora, peleas judiciales, transmisión parcial en Red Televisión y un par de años de vaivenes se comenzó a liberar hace poco vía Internet.

Siempre con una mirada simpática, pero no por ello menos irónica y seria en cuanto a contenidos, APLAPLAC sigue fuerte. En solo un par de días me topé con noticias del show en teatro de 31 minutos en la revista Wikén, un comentario online sobre las capítulos de Un país serio y una mención televisiva a Plan Z. Además, hace un buen tiempo descubrí el blog del mismísimo Peirano, donde nos comparte sus geniales personajes ilustrados (que pueden encontrar entre los recomendados de mi blog), y alguna vez hablé de él por su relación con la película La Nana. Y así, esta marca (y sus gestores) suma y sigue.

Es un agrado saber cómo surgen las buenas iniciativas locales y juveniles sobrevivientes, y es siempre interesante mencionar parte de su historia, junto a seguir escudriñando, pues en más de algún proyecto (viejo o nuevo) seguirán apareciendo. Aplaplaquízate.

Para ver más: Aplaplac.cl

martes, 11 de enero de 2011

Se buscan talentos chilenos (todavía)



¿Será que los programas de televisión local aun no dan con verdaderos talentos criollos o que hay una sobredemanda de ellos? Desde el inolvidable e inmortal Chacal de la trompeta, compañero de pantalla de Don Francisco en Canal 13, hasta el próximo estreno en TVN de Factor X Chile con la conducción de Julián Elfenbein, han sido decenas los programas buscatalento los que han reclutado, enfrentado y premiado personajes en Chile, para luego estrujarlos y/o dejarlos desaparecer, sin importar el talento por el cual supuestamente fueron sacados del anonimato.

El precedente del Chacal de la trompeta es interesante, pues demuestra cómo desde hace ya varias décadas los chilenos medios se prestaban para el juicio público y posiblemente las burlas en televisión abierta, creyendo férreamente en que su talento y un poco de suerte los harían transformarse en flamantes ganadores del programa y, por qué no, las nuevas super estrellas musicales para Chile y el mundo. Pero esta pequeña sección en el programa Sábado Gigante fue seguida por diversos formatos que hasta el día de hoy continúan apoderándose de la programación de todos los canales, con apuestas cada vez más millonarias en cuanto a inversión y despliegue de producción, llegando a gestionar enormes Galas transmitidas en vivo con grandes cantidades de público por todo el país o a comprar formatos internacionales de exitosísimos shows, como lo acaba de hacer TVN con Factor X Chile, cuyo formato original es propiedad del productor musical Simon Cowell, conocido por su relación como jurado o creador de programas como Amercian Idol y Got Talent (traído a Chile por Chilevisión bajo el nombre de Talento Chileno).

Si hacemos un pequeño barrido televisivo, desde fines de los años noventa a la fecha, nos encontramos con programas en todos los canales: Nace una estrella, Protagonistas de la Música y Fama en Canal 13; Rojo, Fama contra Fama y pronto Factor X en TVN; Operación Triunfo Chile en Mega; y Talento Chileno en Chilevisión, entre otros que se nos puedan escapar. Quizás exista tanto talento criollo que valga la pena invertir y seguir descubriéndolos, o puede que pese a todos los intentos aun no se haya dado con verdaderos talentos locales, o, en el mejor de los casos, que la demanda por cantantes y bailarines sea tal en Chile que se requiera de estar levantando año a año al menos un par de nuevas estrellas.

¿Qué pasó con todos aquellos personajes que salieron exitosos de todos estos programas? Ganaron distintos formatos de programas buscatalento entre cientos de desconocidos, se hicieron de suculentos premios monetarios, otros no tanto, grabaron discos, participaron en nuevas versiones de programas, se cambiaron a otros canales, jugaron en otros proyectos y roles, llegaron al cine y, lo más generalizable es que se hicieron famosos, aunque son pocos los que han logrado mantenerse vigentes, y no necesariamente haciendo gala de lo que los llevo a los castings, o sea: el canto y el baile, sus talentos.

No sé si necesitemos de más programas buscatalento para que sigan formando estrellas por la eternidad o estamos tan amarrados a nuestra rutina anónima (cantando en la ducha y bailando en matrimonios) que queremos seguir viendo como otros desconocidos con algo más de gracia logran la gloria, triunfan o se destruyen frente a todo Chile. Al menos es seguro que tenemos muchos talentos… o somos fáciles de sorprender.