miércoles, 30 de septiembre de 2009

Dawson, Isla 10. Una cinta prometedora



¿Qué idea tienen sobre esta película?
El 10 de septiembre de este año se estrenó “Dawson, Isla 10”, película dirigida por Miguel Littin, basada en el libro “Isla 10” de Sergio Bitar, donde se narra su historia como arte de un grupo de prisioneros políticos dentro del campo de detención en Isla Dawson, a 53 kilómetros por mar de unta Arenas, bajo el yugo de los militares durante la dictadura militar chilena.

Miguel Littin, único director nacional nominado a los premios Oscar en dos ocasiones, se caracteriza por hacer proyectos cinematográficos ligados fuertemente a Chile y Latinoamérica, además de Palestina, por su origen. Sumado a esto, un dato importante es que fue exilado luego de Golpe Militar en nuestro país, y ello se ve reflejado en su obra en general, como en el interés de llevar a cabo esta producción en espacial.

Particularmente en este film, la idea es mostrar lo que pasaba dentro de un campo de detención durante el régimen del General Augusto Pinochet, siendo la primera película que toca el tema de los oprimidos y los opresores en el lugar mismo de los hechos, en este caso, bastante aislados.

Fue clave que el lanzamiento haya sido un día antes del aniversario del Golpe Militar del 11 de Septiembre, y se agradece que se traten temas de nuestra historia, más o menos reciente, desde distintas perspectivas, parajes y personajes. La fotografía y la producción son muy buenas. Dan pie a un reconocimiento y transmisión fiel del ambiente, el entorno geográfico y humano, determinantes de la experiencia de quienes protagonizaron esta historia. Pero, el proyecto buscaba reflejar también las penas psicológicas y físicas de las que fueron objetivo un grupo de líderes y autoridades de la izquierda allendista, y es allí donde uno puede quedar con gusto a poco.

El desarrollo de personajes es más bien un boceto. El propio Benjamín Vicuña, quien encarna el personaje de Sergio Bitar, se percibe como demasiado hermético. Igual que sus compañeros de encierro, entre los que están Orlando Letelier y José Tohá, fuertes íconos del periodo, dejan mucho por conocer. Más allá de que el encierro y la situación adversa pueda realmente haber tenido a los presos comúnmente silenciosos y en actitudes parcas, no por ello son seres sin sustancia. Por otro lado, sorprende el tratamiento de algunos personajes militares. Luis Dubó sale de ese papel del chileno popular típico tan repetido en que lo vemos en series y películas, generando un oficial con harto fondo y personalidad, así como Sergio Hernández, uniformado a cargo del centro de detención, e incluso Cristián de la Fuente en un papel que de ser más bien secundario pasa a primera fila principalmente por el fuerte carácter del rol.

Sin haber leído el libro, no puedo hacer comparaciones o apreciaciones respecto del hilo conductor o la visión del autor del texto original. Lo que si, se notan, al menos esbozados, todos los elementos para una reconstitución desde adentro de la historia, aunque muchas veces en este tipo de apuestas, uno es exigente y suele esperar más. Creo que en este caso, que aparte de algunos personajes específicos, el montaje mismo del proyecto, la idea de adaptación a la pantalla grande, la locación, la calidad y el esfuerzo de producción de filmarlo en el mismísimo lugar del los hechos se roban un poco la película, que ni siquiera sabría bien si definir como semi-documental, drama o reconstrucción adaptada.

Referencias y fotografías: Dawsonlapelicula.cl

domingo, 27 de septiembre de 2009

El Roto Chileno



¿Por qué hay un monumento al Roto Chileno?
No deja de llamar la atención que una estatua al Roto Chileno; personaje urbano y pobre siempre presente y discriminado en nuestra historia, sea tan respetada y popular, incluso tal vez más que muchos otros monumentos a grandes próceres de la patria y triunfos independentistas nacionales que podemos encontrar en distintas plazas y construcciones de las ciudades de Chile.

Se dice que su autor, Virgilio Arias, no la habría construido por encargo, sino que por propia iniciativa cuando estudiaba en Paris, al mismo tiempo que se llevaba a cabo la Guerra del Pacífico entre Chile y la Confederación Peruano-Boliviana. Inicialmente el título de la obra fue “Héroe del Pacífico”, y bajo este nombre fue expuesta en el Salón de Paris. Dos años más tarde la estatua fue distinguida con la medalla de oro en la Exposición Nacional de Santiago, y probablemente ahí fue cuando la Municipalidad de Santiago decide comprarla para darle un lugar en el centro de nuestra capital.

Finalmente, la estatua sería colocada en la Plaza Yungay, ícono del barrio céntrico de Santiago, fundada por el Presidente José Joaquín Prieto para honrar la batalla del mismo nombre. La obra misma se posa sobre un pedestal de cemento que emula una gruta natural, cuya inscripción dice “Chile agradecido de sus hijos por sus virtudes cívicas y guerreras”. Así, podemos ver como este homenaje al pueblo popular chileno, representado en el roto, se alza como ícono de ciudadano y guerrero, pese a su poca participación en el gobierno y falta de instrucción bélica.

En el monumento se designa al personaje como Justo Estay, arriero guía de San Martín, siendo que el joven esculpido pareciera ser un labrador, viste de camisa y pantalón arremangados, afirma un fusil en su mano derecha. Si bien, no es seguro que el autor haya hecho la obra pensando específicamente en Justo Estay, es obvio que representa al trabajador del bajo pueblo que fue enrolado en las tropas chilenas, generalmente más a la fuerza que por propia decisión, y formó parte del grupo que luchó tantas batallas para conseguir la independencia que estamos festejando por estos días de Bicentenario.

Para levantar más aún al Roto Chileno, desde 1889, cada 20 de enero se celebra allí, en plena Plaza Yungay alrededor de la estatua, la Fiesta del Roto Chileno, más conocida como El Día del Roto Chileno.

Este símbolo se alza como ícono concreto y cercano de patriotismo y chilenidad. Puede que aun sea discutible la atención que realmente se le da al roto chileno por parte de quienes llevan el país, pero, aunque forzado, éste ha luchado por la República y ha demostrado cualidades impensadas hace dos siglos. Es parte fundamental de nuestra identidad e imagen país, como cimiento y esqueleto de la construcción de la sociedad chilena. Esto último lo saben muy bien quienes han jugado con los símbolos patrios y los estandartes de chilenidad desde hace ya muchos años. Lo demuestra la inclusión y el énfasis histórico que se le ha dado a este personaje popular, no solo ad portas del Bicentenario, sino desde que se comenzó con la construcción de Chile como nación imaginada por parte del estado, como con el caso de la estatua.

Fuentes consultadas: Julio Pinto Vallejos y Verónica Valdivia Ortiz de Zárate, ¿Chilenos todos? La construcción social de la nación (1810-1840), LOM Ediciones, 2009.
Icarito.cl

lunes, 21 de septiembre de 2009

Nuestra bandera nacional



¿Izaron sus banderas en estas fiestas patrias?
Desde principios del siglo XIX en Chile, entre batallas y ceremonias para lograr aquella independencia nacional tan recordada últimamente, los símbolos empezaron a tomar relevancia como herramientas de realce y unión social entre los habitantes de esta República.

Durante las primeras décadas del 1800 se crean, modifican y establecen varios símbolos patrios importantes, como la bandera, la escarapela y el escudo, o el himno nacional, en el ámbito más abstracto. La bandera del incipiente Chile independiente tuvo dos versiones claramente reconocibles previas a la que actualmente conocemos. La primera versión, en 1812, constaba de tres franjas horizontales, de colores azul, blanco y amarillo, y en su centro se enmarcaba una pareja indígena mapuche junto a una columna, símbolo de libertad. Luego, para 1817 sería cambiada por una con tres franjas horizontales, de colores azul, blanco y rojo, y la columna jónica en el centro. Finalmente, para el juramento de la independencia del 12 de febrero de 1818, se harían los últimos cambios que llevarían al diseño que hoy en día conocemos y colocamos en nuestros hogares, autos y negocios para las fiestas patrias.

A mediados de la semana recién pasada, en vísperas del 18 de septiembre, la presidenta Michelle Bachelet en persona presentó oficialmente la mismísima bandera sobre la que se juró la independencia de Chile. Desde ahora, quien quiera podrá apreciarla en uno de los salones del Museo Histórico Nacional, en Plaza de Armas.

El año 1925 ya había pasado a ser parte de la colección del Museo Histórico Nacional, pero en 1980 fue robada por el MIR como protesta ante el Régimen Militar. Y no fue hasta diciembre del 2003 que fue encontrada y devuelta acompañada de un comunicado firmado por Andrés Pascal Allende, donde se aseguraba que el emblema había sido “recuperado de manos de la tiranía”, custodiándolo hasta el momento de la vuelta a la democracia.

Para poder volver a exponer la bandera al público, Catalina Rivera y Francisca Campos llevaron a cabo un minucioso proceso de restauración entre octubre del 2008 y septiembre del presente año, trabajando sobre problemas de pérdida de material, desgaste y descolorido, entre otros, todo en el marco de la celebración por el Bicentenario Nacional.

Así se ha recuperado a un protagonista de la historia del imaginario y la imagen propiamente tal de lo que conocemos como Chile. Si bien se trata de trozos de género y figuras quizás antojadizas, son este tipo de elementos los que se alzan para representar a nuestro país en distintas instancias, desde encuentros gubernamentales o actos militares, hasta escenas como las de Nicolás Massú y Fernando González en el tenis, donde terminan envueltos en ellas luego de hacer sufrir al país por varias horas frente a sus televisores, unidos por Chile, sostenidos por un sin fin de símbolos.

Referencias: Julio Pinto Vallejos y Verónica Valdivia Ortiz de Zárate, ¿Chilenos todos? La construcción social de la nación (1810-1840), LOM Ediciones, 2009.
Emol.cl
Ilustración original de Fray Pedro Subercaseaux

lunes, 14 de septiembre de 2009

Packaging; Imagen de exportación chilena



¿Vale la pena dejar de ahorrar en el diseño de empaque de productos para la exportación?
Chile hace algún tiempo es una creciente potencia agroalimentaria de exportación. La evolución en el área del packaging es cada vez mayor y más detallada, existen varias empresas dedicadas a este negocio que invierten constantemente, llevándola a crecer en dos dígitos en los últimos cinco años.

Atrás quedaron los días en que nuestras exportaciones de fruta eran hechos en toscos cajones de madera. Actualmente el objetivo es adaptar los envases de transporte para que los productos lleguen directamente a los consumidores, evitándole trabajo a los compradores extranjeros y brindándole al consumidor final datos relevantes sobre el origen de elaboración e información respecto al medio ambiente e inocuidad de los productos.

El negocio del packaging en nuestro país supera los US$ 2.200 millones anuales. Este tipo de diseño ha dejado de estar centrado en la creación de soportes resistentes, pasando a preocuparse de la imagen que viste a nuestros productos de exportación; su limpieza y utilidad visual y también biológica. Claro ejemplo de ello es el caso de los berries exportados por VitalBerry. “En 1993 se exportaban berries en pocillos de cartón tapados con papel celofán y amarrados con un elástico. Hoy van en pocillos individuales de plástico que se degrada más rápidamente, de 310 gramos", según explica su gerente comercial, Felipe Juillerat.

La gracia detrás de esta evolución en el diseño de empaques de los productos de exportación chilenos tiene que ver con un cambio en la filosofía detrás de los envases y sus etiquetas. Desde el concepto de fondo hasta las exigencias específicas de los mercados meta son minuciosamente estudiados para el desarrollo de modificaciones o creaciones de nuevos packagings. Se busca reflejar el compromiso ambiental y la practicidad en los empaques de los productos, lo que ha significado importantes inversiones, pero que definitivamente se han recuperado con las alzas en ventas y fidelidad de productos nacionales en el exterior. Se ha logrado convencer y seducir a los compradores de las ventajas y virtudes de distintos productos, como algunos vinos, pescados y frutas, mediante el diseño adecuado de packaging capaz de vender, contener, transportar, proteger, cuidar y comunicar.

Ya se está trabajando en envases inteligentes, como salidos de una película de ciencia ficción, que cambien de color según el estado en que se encuentran los alimentos que contienen o que modifiquen y mantengan atmósferas ideales dentro de los envases de distintos tipos de productos.

Sin necesariamente tener impresa la bandera chilena en cada envase, se consolida también nuestra imagen país. Ya no basta con tener diseños bonitos, ahora es fundamental que sean efectivos, prácticos y llamativos. El producto y su packaging son igualmente importantes a la hora de la decisión de los consumidores en las góndolas de los supermercados. Debemos diseñar y vender bien la imagen y personalidad de nuestros productos, y de paso de nuestro país.

Datos obtenidos en: Natalie Traverso V., “Nuevas tendencias en packaging. Envases, la imagen sí importa” y “La nueva era del packaging”, Diario.elmercurio.com, lunes 7 de Septiembre, 2009.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Intervenciones artísticas y reacciones chilenas



¿Siempre reaccionamos mal frente a las instalaciones artísticas?
El lunes recién pasado se inauguró en Valdivia “El Bosque del Conocimiento” o Bosque de Lápices, una intervención urbana hecha por alumnos de la Escuela de Artes Visuales de la Universidad Austral y esa misma noche, un grupo de vándalos la destruyó.

La obra estaba planeada para durar un mes en el Paseo Libertad de la ciudad, pero no duró ni 24 horas. Para más remate, el hecho noticioso no fue tanto la obra de arte, sino el cómo vándalos arrasaron con ella y las posteriores reacciones. El alcalde Bernardo Berger alegaba al Diario Austral por las perforaciones efectuadas en la avenida para llevar a cabo la intervención, que luego de la destrucción nocturna generaba un gran problema pues “las mujeres con taco podrían sufrir inconvenientes”. Frente a ello, Jorge Hernández, director de la Escuela de Artes Visuales de la Universidad Austral, respondió públicamente que “el alcalde se quedó en la acuarela y le preocupan más los tacos que el trabajo de 25 alumnos para la ciudad”, asegurando, además, que los hoyos y todo el aparataje de la intervención urbana tenían las autorizaciones debidas.

Los puntos de vista y opiniones pueden ser múltiples. Quizás algunos encuentren poco importante el tema mismo de las instalaciones artísticas en las ciudades, otros aborrecerán las reacciones inescrupulosas de grupos de vándalos que arrasan con lo que se topan, o encontrarán inconcebibles las declaraciones del alcalde o la respuesta insolente del profesor encargado de la intervención. Pero hay algo que no puede discutirse. Lo básicas que son las reacciones en general a este tipo de obras en Chile.

No es primera vez que vemos cómo en nuestro país nos cuesta responder a estímulos de las “artes modernas”. Solo a modo de revisión podemos mencionar algunos ejemplos del pasado. La Casa de Vidrio el año 2000 y su poca duración debida a que los hombres estaban a punto de meterse al terreno de la obra financiada por FONDART y devorarse a la actriz Daniela Tobar que la habitaba. Los peces en jugueras expuestos por Mario Evaristti en el 2001 en Galería Animal, que llegó al borde de las demandas e intentos de agresión y amenazas contra este “loco” y “nazi de los animales”. Las caminatas de una joven de 17 años desnuda, Baby Vamp, por las calles de Santiago el 2002, la incredulidad de los transeúntes y los exaltados juicios sociales al acto protagonizado una menor de edad, que terminaron con el autor preso.

Pueden parecernos más o menos creativas, útiles o inteligentes las distintas intervenciones artísticas que se hagan en nuestras ciudades por estos días, pero ha sido reiterativa la falta de serenidad y confianza en nosotros mismos la que ha generado los escándalos mediáticos y hasta legales en torno a estos actos y no así las obras mismas. Si no hubieran destruido “El Bosque del Conocimiento” y no se preocuparan de los posibles accidentes con el calzado femenino, si no se hubieran vuelto locos los transeúntes que pasaban por fuera de La Casa de Vidrio, si no hubiera habido intentos reales de personas para echar a andar las jugueras con peces y no hubieran habido incluso periodistas pidiéndole a Baby Vamp que se sacara la mochila y se “diera una vueltita para la cámara”, nada malo habría pasado a partir de estas intervenciones. Piensen que son hechas justamente con el fin de generar reacciones en el público, y el éxito o perversidad que alcancen dependerá de la altura de los asistentes (o verdaderos actores) al show.

Referencias: Óscar Valenzuela, "Obra de arte valdiviana. Lápices gigantes fueron arrasados por vándalos", Las Últimas Noticias, Jueves 10 de septiembre / Y datos recopilados por la memoria personal y la red

lunes, 7 de septiembre de 2009

¿Retrato de un Antipoeta?



¿Será posible retratar a Nicanor Parra en un documental?
Este domingo fui por primera vez a la Sala VIP del Hoyts de La Reina a ver “Retratos de un Antipoeta”, el documental de seguimiento a Nicanor Parra estrenado hace poco.

Para los que no sabían de su existencia o nunca han ido, la Sala VIP de La Reina se encuentra en el quinto piso del complejo, donde solo se puede llegar por un ascensor escondido en un rincón. A decir verdad, de VIP no tiene más que pocas butacas más cómodas que las convencionales, una bebida y unas cabritas incluidas en los $4.700 de la entrada. ¿Por qué pagar esa cantidad?, en este caso, porque el documental no duró ni dos semanas en cartelera normal y pasó a estar solo en las Salas VIP de La Reina y Viña del Mar, y yo, no quería perdérmela en pantalla grande.

Nicanor Parra, nació el 5 de septiembre de 1914 y pese a ser el mayor de los hermanos Parra, ha sobrevivido a la partida de Violeta, Roberto y Eduardo, y pareciera aun tener pila para rato.

Puede sonar extraño que haya estudiado y enseñado matemáticas y física en la universidad, pero en realidad, es un personaje tan complejo (y a la vez tan simple), que muchas sorpresas nos podemos llevar con él. Se autodefine como antipoeta e incluso se le atribuye la responsabilidad del movimiento de antipoesía a nivel global. Ha escrito varios libros, confeccionado obras y exposiciones de artefactos con este estilo; repleto de clichés y sátira directa, por medio del lenguaje coloquial. Ha sido reconocido con premios como Doctor Honoris Causa de la Universidad de Brown y Honorary Fellow de la Universidad de Oxford, en el extranjero, y el Premio Nacional de Literatura y el Premio Bicentenario de la Corporación Cultural de Chile y la Universidad de Chile.

De Nicanor Parra podría hablarse infinitamente, pero no sería fácil lograr un retrato que le haga justicia a su particular universo, y creo que esa es la gran piedra de tope de este documental, pues se queda en el formato clásico del documental para acercarse a un personaje poco clásico.

El autor demuestra un potente interés y deja en claro que durante los cerca de 10 años de realización del proyecto, en los que se hizo un seguimiento del antipoeta en sus casas de La Reina y Las Cruces, además de sus apariciones en eventos como ferias del libro y premiaciones, hasta el mismo Nicanor pasó a ser enemigo por momentos, según su cambiante impresión acerca del proyecto. Pero el documental se terminó y llegó a las grandes salas de cine (aunque haya durado poco en cartelera popular), y no se ve como un producto terminado, sino más bien como un collage; como una selección de momentos semi-ordenados sin un objetivo ni un desarrollo claros. Creo que de no ser por la fuerza y contenido del protagonista, por las acciones y discursos de Nicanor Parra, el obsesivo seguimiento fílmico y la empeñosa producción documental resultarían poco atractivos. Tal vez al antipoeta solo puede retratarse en la pantalla grande a través de un antidocumental.

Datos recogidos: Visita a la Sala VIP del Cine Hoyts de La Reina para ver “Retratos de un antipoeta”. Nicanorparra.cl / Wikipedia.org

jueves, 3 de septiembre de 2009

A 20 años del condorazo del Cóndor Rojas



¿Se toparon con la noticia de la bengala de nuevo?
El 3 de septiembre de 1989, el futbol chileno hizo historia, y no por cálculos optimistas como los que hay ahora acerca de un cercano cupo al mundial, muy por el contrario, fue por un show notable a cargo del arquero Roberto Cóndor Rojas y compañía, que le valió a nuestro país la suspensión a dos mundiales (Italia 1990 y EE.UU. 1994) y al Cóndor, la prohibición de jugar de por vida.

Se jugaba un partido eliminatorio importante ante el seleccionado brasilero en el Estadio Maracaná. A Chile solo le servía el triunfo para avanzar y Brasil ganaba 1-0. Ya corría pleno segundo tiempo, cuando una bengala proveniente de galería cayó en plena área chilena. El portero, Roberto Rojas, cae al suelo con las manos en la cara ensangrentada, sus compañeros van en su ayuda y además nace el famoso “Pato Yáñez”, cuando el delantero se agarra los genitales en señal de furia hacia los locales.

El partido se suspendió y comenzaron las indagaciones sobre el incidente tras los reclamos exaltados de nuestros compatriotas, que llevarían a la conclusión que una garota había sido la responsable del disparo. Finalmente se demostró, gracias a la cinta de una cámara de televisión, que había sido una simulación, un triste montaje de Rojas, apoyado por otros personajes, ya que la bengala había caído al lado del futbolista. Además del Cóndor Rojas habrían participado Fernando Astengo, Orlando Aravena y Sergio Stoppel, entre otros. Por lo cual las sanciones fueron en varias direcciones.

El castigo para el Cóndor Rojas, fue de por vida. No solo desde la FIFA, sino también por parte del pueblo chileno. Tiempo después, el periódico inglés The Times se sumaría, eligiendo al show de Rojas en el primer lugar de las más grandes simulaciones de todos los tiempos en el futbol. Pero el portero continuó su trabajo en el mismísimo Brasil, llegando a ser preparador de arqueros del Sport Club do Recife.

Es común que recordemos los escándalos y malos ratos, y en este caso puede ser absolutamente comprensible, por todo lo que implicó. De todos modos es bueno tener en cuenta que antes el Cóndor demostró su gran calidad al arco, como en las eliminatorias a México 1986, el segundo lugar en la Copa América 1987, su traspaso al Sao Paulo y las eliminatorias de Italia 1990, hasta el incidente teatral, claro. Llegó a ser catalogado incluso como uno de los mejores arqueros de la época y hoy en día, pese al Maracanazo, hay quienes continúan alzándolo en el sitial histórico de los mejores de Chile.

Como sea, hoy se cumplen 20 años del patético episodio que marcó a una generación de futbolistas nacionales, a los anales del futbol chileno y, por supuesto, al siempre presente hincha y telespectador, que tanto hoy como hace dos décadas vuelve a ver las imágenes y alguna chuchada exclama de corazón. Solo queda a futuro que evitemos más condoros, a ver si los rezos populares a Bielsa han servido.

Referencias: Emol.cl / Estrellavalpo.cl / Terra.cl

martes, 1 de septiembre de 2009

El ícono de Gabriela Mistral sin censura



Qué importancia tiene la sexualidad de Gabriela Mistral ahora? Estos últimos días deben haberse topado en algún medio con la figura de Gabriela Mistral. Ya sea por el rediseño de los billetes para el bicentenario, cuyo primer ejemplar a reemplazar será el de $5.000 en que aparece su ilustración, o por la serie televisiva que saldrá pronto al aire protagonizada por Ximena Rivas, contando la historia de la poetiza hasta su premio Nobel, o por el libro de Pedro Pablo Zegers, “Niña errante, las cartas de Gabriela Mistral a Doris Dana”, que se publicará a la brevedad y que viene algo así como reforzar el secreto a voces de su sexualidad.

Lo de los billetes y la serie de televisión, probablemente se expliquen por el furor cultural y mediático que está azotando Chile ad portas del Bicentenario. Pero el lanzamiento de “Niña errante”, genera más dudas acerca de su verdadero propósito (planeado o casual).

Se cumplían 50 años de la muerte de Gabriela Mistral, el año 2007, cuando luego de la muerte de Doris Dana, secretaria personal y albacea de Gabriela Mistral, el gobierno chileno consigue todo el material y documentación que se guardaba de la poetiza, llevándolo a la Biblioteca Nacional. Así, el jefe del Archivo del Escritor, Pedro Pablo Zegers, se hace cargo de la creación del libro, en base a la correspondencia que tuvieron Gabriela Mistral y Doris Dana entre 1948 y 1956, sacando a la luz pública la clara relación no solo de amistad, sino amorosa entre ambas mujeres.

De este modo describe el autor el hilo conductor de su próxima publicación en una entrevista en El Mercurio: “Hay en ellas, en Gabriela y Doris, en sus cartas, un cruce de intensas personalidades cargadas de emotividad y pasión. De admiración y de orgullo, de celos y entreveros, de felicidad y de angustia. Ambas son personas extremadamente sensibles, difíciles, de altos y bajos, de blancos y negros. El apremio, el miedo, la exacerbación de las sensibilidades y hasta la manipulación a la distancia se van apoderando cada vez más de las misivas a medida que avanza el tiempo y la relación se acrecienta, a veces fortaleciéndose, otras debilitándose, pero nunca mermando en necesidad y pathos, tanto sentimentales como intelectuales."

Suena tal vez a “Dr. Corazón” u opinología más que a comentario documental o noticioso. De todos modos siempre es bueno acercarse un poco más a la verdad. Más vale tarde que nunca se sepa la humanidad, fragilidad y grandeza de los grandes personajes, de nuestros íconos nacionales y hasta héroes históricos, que no dejarán de serlo por características de esta índole.

Rolando Jiménez, presidente de Movilh (Movimiento de Integración y Liberación Homosexual), hizo una reseña sobre el tema y comenta, entre otras cosas, que Mistral no fue buena escritora por ser o no lesbiana, ni tampoco su calidad se afecta por eso. Pero sin duda su calidad y sensibilidad serían otras si no estuviera involucrado el amor lésbico, condenado por la sociedad”. A mi parecer, eso es indiscutible.

Las personas somos suma de todos los elementos y características que tenemos, así que eliminar o cambiar cualquiera de ellos implica cambiarnos como lo que somos, seamos poetas nobeles o simples mortales.

Referencias: Elmercurio.cl / Emol.cl
Rolando Jiménez, "Gabriela Mistral es parte de nuestro amor y de nuestra historia", 1 de septiembre 2009.