domingo, 29 de julio de 2012

Punto limpio para una cultura desechable


¿Acumulando ropa o electrodomésticos que no se volverán a usar sin saber cómo desecharlos? Pasa y pasa el tiempo y no es fácil para muchos desapegarse de ciertos productos averiados o juntando polvo en algún rincón de la casa. Quietos, en roperos, patios o bodegas.

Como dicen abuelos y padres: “antes las cosas eran mejores y duraban mucho más”. Por ejemplo, la ropa se heredaba generación tras generación (entre padre-hijo o hermano-hermano) y los electrodomésticos, tales como televisores, refrigeradores y jugueras convivían sin dificultad hasta con tres o cuatro generaciones familiares. Cómo no va a ser difícil convencer entonces a nuestros antecesores que los zapatos ya no duran veinte años, así como tampoco la ropa de cama. Que hay que “actualizar” el computador o cambiar el teléfono celular cada cierto tiempo. También el microondas, el equipo de música e incluso el auto, por averías sin fácil solución.

Estamos de acuerdo que esta es una época poco alentadora desde este punto de vista. No solo exige estar haciendo gastos en productos, enseres y aparatos nuevos mucho más seguido, sino que además demuestra que la fabricación es más despreocupada (o directamente calculada para la pronta mortalidad), que el sistema industrial avanza extremadamente rápido y es más conveniente comprar nuevo que reparar.

Frente a esto, cuando superamos la rabia que nos da tener que seguir este juego de la basura querámoslo o no, no es sencillo deshacerse de nuestras “cosas viejas” (concepto bien discutible hoy en día). No es cosa de llegar y tirar botellas, pilas, escombros y chatarra en nuestro país. Si bien hay algunos puntos limpios para materiales específicos en algunos recintos comunitarios, centros comerciales y supermercados; se hacen escasos para la cantidad de basura que generamos. Por eso es alentador encontrarse con algunas de estas iniciativas instauradas contundentes, como el Punto Limpio de Vitacura.

Allí podemos dejar separadamente: papeles y cartones, latas de aluminio, botellas plásticas, tetra packs, vidrios, escombros, ramas, metales y chatarra, telas y ropa, electrodomésticos y accesorios computacionales o monitores y televisores. Y aun mejor es que no solo se reciclan sino que, además, con cada tipo de deshechos reciclados se colabora en distintas entidades de beneficencia. Fundación San José, Coaniquem, Cenfa, Aldeas Infantiles SOS, Hogares Beneficios, Fundación Miguel Kast y María Ayuda, respectivamente.

Es hora de asumir que vivimos en una cultura cada vez más desechable. Pero que existen alternativas, incluso en Chile, para no rendirse del todo y, al menos, hacer algo útil con aquello que ya no usamos. Así, ayudamos al medio ambiente, a instituciones de beneficencia y, no menos importante, al orden y aseo del hogar, en medio de este ataque de hiper-modernidad cortoplacista. Tremenda oportunidad, mientras trabajamos hacia el problema de fondo.

Referencia: Punto Limpio Vitacura.