¿Dónde está Chile como marca país hoy? La separación entre Estado y Nación, ha llevado a los chilenos a actuar de forma aislada, pues creen en su mayoría que no se puede definir a Chile, o que es muy difícil hacerlo. Otros mencionan, sin embargo, que la definición está en lo diverso; sus culturas, valores e historia.
La clave para construir una marca país contundente, desde este punto
de vista, podría cimentarse, justamente, en el trabajo interno, para luego
pensar en sus proyecciones exteriores. Y no al revés, ni en paralelo.
Los últimos 20 años se han
gestionado diversas versiones de identidad comunicacional e imagen país (desde turismo, cultura,
economía, política, etcétera), pero ninguna se ha logrado posicionar realmente
según sus perspectivas, ni ha tenido continuidad en las posteriores propuestas.
Así también, con sus marcas
de reconocimiento interno, como la identidad visual de gobierno, ha ocurrido
algo similar. Se ha generado un muestrario diverso de alternativas sucesivas en
períodos más bien reducidos de tiempo. Incluso en diversas marcas asociadas al
concepto “Chile”, tanto privadas como
públicas, se nota un sin fin de símbolos locales aleatorios y fortuitos. Es por
lo mismo que nos enfrentamos a constantes e importantes críticas respecto a la
representatividad de la identidad de marcas chilenas propuestas en el mundo.
Aunque no necesariamente debiésemos lograr una solución única y taxativa, como
comentábamos en un inicio.
De todos modos, aun se
observa globalmente a Chile como un país que logra superarse, de manera
conjunta, desde sus autoridades hasta el pueblo, en gran parte por la cobertura
comunicacional nacional e internacional sobre el país ocurrida luego de las
desgracias de los últimos tiempos. Se observa
a Chile como un país que logra salir adelante, de manera conjunta. Lo que
pudiendo haber nacido de hitos incontrolables (terremotos o accidentes mineros,
entre otros), se presenta todavía como una interesante oportunidad.
La invitación hoy, desde esta
perspectiva, es a posicionar a Chile
positivamente, dejando atrás la visión emergida por la Dictadura Militar y
los desaciertos posteriores. Sin olvidar. Controlando los canales y soportes
comunicacionales posibles en pos de mantener y reforzar un discurso integral de
marca. Atrayendo a los actuales y potenciales inversores y asociados al país.
Procurando la adhesión y el reconocimiento por parte del público interno hacia
Chile como cimiento fuerte y recomendable al exterior. Manteniendo la visión de
la marca como preparada y capaz de enfrentar dificultades diversas, de manera
efectiva y cohesionada. U oportunidades fantásticas de todo tipo.
Al menos, podríamos
compartir dos objetivos esenciales hacia un futuro próspero de marca-país: (1) mejorar y alinear la comunicación interna de Chile para su
posicionamiento de marca a partir de sus públicos locales; (2) reposicionar y aprovechar la imagen de Chile como un país
diverso, cercano, abierto, confiable y activo en el mundo moderno.
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