¿Qué elementos describen hoy a la ciudad de Santiago? Una pregunta que puede resultar compleja, pero que en épocas de debates, encuestas y rankings más o menos populares (y más o menos acertados), sobre temas históricos, políticos, problemas sociales, culturales, medioambientales, de realidades locales o farándula criolla, es normal toparse con documentos y estadísticas que intentan responder inquietudes como esta.
Hace alrededor de una semana se publicó en el diario La Tercera un ranking con 50 objetos y lugares (además de humanos y animales) catalogados como “típicos” y representativos de la capital chilena. El ranking fue elaborado por un grupo de diez expertos vinculados a arquitectura, diseño, artes y comunicaciones. Proponiendo un top ten con una decena de objetos y lugares ícono de Santiago. Reflejos de identidad local. Esto, a partir de una lista de un total de cincuenta “candidatos” preseleccionados, evaluados y ordenados.
Los diez que encabezan el ranking son:
1.- Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM).
2.- La Moneda.
3.- Río Mapocho.
4.- Avisos de neón de Rancagua y Diagonal Paraguay (Pantys Vigorella y Champaña Valdivieso).
5.- Teleférico.
6.- Logo del Metro.
7.- Antiguos letreros de las micros (de las amarillas).
8.- La Cordillera.
9.- Tajamares del Mapocho.
10.- Carros de sopaipillas.
Y el resto del listado se completa del siguiente modo: 11.- Tarjeta BIP; 12.- Puente Racamalac; 13.- Cementerio General; 14.- Mosaico del Metro; 15.- Cafés con piernas; 16.- Smog; 17.- Cañón del Cerro Santa Lucía; 18.- Fuente Alemana; 19.- Cerro Santa Lucía; 20.- Galerías comerciales del centro; 21.- Quiltros o perros vagos; 22.- Parque Bicentenario; 23.- Ferias libres; 24.- Parque Forestal; 25.- Los caracoles; 26.- Paseo Ahumada; 27.- Cerro San Cristóbal; 29.- Parque Metropolitano; 30.- Plaza Italia; 31.- Los chinchineros; 32.- Edificio Movistar (ex Telefónica); 33.- Barrio Concha y Toro; 34.- Lomito tomate palta mayo; 35.- Torre Entel; 36.- Bar Liguria; 37.- Villa Portales de Estación Central; 38.- La Blondie; 39.- Carritos de mote con huesillo; 40.- La Vega; 41.- Cartel de identificación de calles; 42.- Boleto de micro antiguo; 43.- Bus oruga del Transantiago; 44.- Kilómetro 0; 45.- El muro de Romualdito; 46.- Mural oculto del Parque Juan XXIII; 47.- Virgen del San Cristóbal; 48.- El “Terremoto”; 49.- El cité; 50.- Facultad de Derecho de la Universidad de Chile.
En el artículo de La Tercera también se hace una pequeña lista tipo “mención honrosa”, de lo que no alcanzó a entrar en el ranking de los 50.
¿Qué les parece la iniciativa?, ¿los “ganadores”?, ¿las deudas…?
Link relacionado: Artículo del diario La Tercera.
martes, 20 de noviembre de 2012
martes, 16 de octubre de 2012
Tesoros humanos vivos
¿Por qué en Chile creemos que los homenajes siempre llegan tarde? Basta, por ejemplo, con que fallezca el sabio anciano o el joven visionario para que aparezcan los aplausos y premios póstumos, junto al lamento por no haber aprovechado su riqueza en vida. Personajes esforzados y talentosos, muchas veces anónimos hasta que ya no están entre nosotros.
Todos hemos escuchado compatriotas quejándose de que son muy pocos los reconocimientos hechos a tiempo a grandes exponentes de nuestra cultura y tradiciones. El inconformismo nacional, en este sentido, no es del todo negativo, ni tampoco infundado. Por ello resulta positivo encontrarse con ciertos hitos actuales que refutan esta tesis. En medios digitales, en prensa escrita e incluso en algunos noticieros televisivos se han mencionado, estos últimos días, acontecimientos ligados al reconocimiento entregado este año por el Programa Tesoros Humanos Vivos (o THV).
Se trata de una iniciativa a cargo de la Sección de Patrimonio Cultural del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, cuyo propósito es darle el reconocimiento a personas o comunidades portadoras, en carne y hueso, del patrimonio cultural inmaterial de Chile, mientras aun puedan ejercer y compartir sus “patrióticas” acciones. Es un programa emergido en Chile el año 2009 (apoyado por ideas de la UNESCO) que ya ha homenajeado en vida a 20 individuos o grupos de chilenos cuyas actividades representan emblemas locales, o manifestaciones criollas que estén en peligro de desaparecer.
El objetivo principal del THV es registrar, transmitir y salvaguardar actividades humanas para su reconocimiento actual como valor y diversidad cultural local. El reconocimiento involucra un apoyo monetario para la mantención y difusión de la labor que ejecutan estos tesoros humanos vivos. Preservando y realzando el patrimonio local en Chile y el mundo.
Este año, los individuos seleccionados y reconocidos por el Comité de Expertos, que funciona asociado pero de manera externa al Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, fueron: Lorenzo Aillapán (Hombre Pájaro), investigador y difusor de la cultura mapuche Lafkenche; María Virginia Hahoa, fundadora de la Academia de la Lengua Rapa Nui, que preserva y transmite esta lengua; y Uberlinda Vera Jofré, fundadora de la agrupación Hijas del Salitre, dedicada a la artesanía de las coronas fúnebres en la pampa salitrera. Junto a las comunidades también distinguidas este 2012: La Bandita de Magallanes, que acompaña melódica y festivamente al Club Deportivo Magallanes en todos sus partidos, desde principios de los 60; Las Arpilleras de Lo Hermida, agrupadas desde 1975 en torno al testimonio y la representación de la cultura popular en plena la dictadura militar; y Las Loceras de Pilén, artesanas de Cauquenes que han desarrollado un tipo de alfarería única, cruce de la historia mapuche y la española.
Y ustedes, ¿a quién postularían…?
Fuente: Sección.PortalPatrimonio.cl
Todos hemos escuchado compatriotas quejándose de que son muy pocos los reconocimientos hechos a tiempo a grandes exponentes de nuestra cultura y tradiciones. El inconformismo nacional, en este sentido, no es del todo negativo, ni tampoco infundado. Por ello resulta positivo encontrarse con ciertos hitos actuales que refutan esta tesis. En medios digitales, en prensa escrita e incluso en algunos noticieros televisivos se han mencionado, estos últimos días, acontecimientos ligados al reconocimiento entregado este año por el Programa Tesoros Humanos Vivos (o THV).
Se trata de una iniciativa a cargo de la Sección de Patrimonio Cultural del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, cuyo propósito es darle el reconocimiento a personas o comunidades portadoras, en carne y hueso, del patrimonio cultural inmaterial de Chile, mientras aun puedan ejercer y compartir sus “patrióticas” acciones. Es un programa emergido en Chile el año 2009 (apoyado por ideas de la UNESCO) que ya ha homenajeado en vida a 20 individuos o grupos de chilenos cuyas actividades representan emblemas locales, o manifestaciones criollas que estén en peligro de desaparecer.
El objetivo principal del THV es registrar, transmitir y salvaguardar actividades humanas para su reconocimiento actual como valor y diversidad cultural local. El reconocimiento involucra un apoyo monetario para la mantención y difusión de la labor que ejecutan estos tesoros humanos vivos. Preservando y realzando el patrimonio local en Chile y el mundo.
Este año, los individuos seleccionados y reconocidos por el Comité de Expertos, que funciona asociado pero de manera externa al Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, fueron: Lorenzo Aillapán (Hombre Pájaro), investigador y difusor de la cultura mapuche Lafkenche; María Virginia Hahoa, fundadora de la Academia de la Lengua Rapa Nui, que preserva y transmite esta lengua; y Uberlinda Vera Jofré, fundadora de la agrupación Hijas del Salitre, dedicada a la artesanía de las coronas fúnebres en la pampa salitrera. Junto a las comunidades también distinguidas este 2012: La Bandita de Magallanes, que acompaña melódica y festivamente al Club Deportivo Magallanes en todos sus partidos, desde principios de los 60; Las Arpilleras de Lo Hermida, agrupadas desde 1975 en torno al testimonio y la representación de la cultura popular en plena la dictadura militar; y Las Loceras de Pilén, artesanas de Cauquenes que han desarrollado un tipo de alfarería única, cruce de la historia mapuche y la española.
Y ustedes, ¿a quién postularían…?
Fuente: Sección.PortalPatrimonio.cl
martes, 2 de octubre de 2012
Revista Chilena de Diseño Nº2
¿Sabían que salió una nueva edición de la Revista Chilena de Diseño? Comparto este breve post para invitarlos a leer la Revista Chilena de Diseño Nº2, a cargo del Departamento de Diseño de la Universidad de Chile. Aparecida hace solo pocas semanas, ya agotada en ventas (en formato análogo, pues puede curiosearse online) y con una mítica probabilidad de segundo tiraje en imprenta, para responder la demanda generada.
La invitación tampoco es tan casual, pues a quien le interese el tema podrá encontrarse con un artículo publicado de quien escribe, hecho en co-autoría con mi estimada Carminda Silvestre (*), que se denomina: "Un discurso para la cohesión social. El proceso semiótico-discursivo en la (re)construcción de marca Chile en el Bicentenario" (link para visitar el artículo en la web de la revista). Además de textos de varios colegas y amigos ligados al diseño y a la Universidad de Chile.
Abstract:
Los periódicos, la televisión o Internet son medios privilegiados al momento de la construcción, mantención o reconfiguración de identidades. No es casual entonces que muchos organismos o entidades se valgan de este tipo de medios como elementos centrales a la hora de construir sus textos multimodales en el desarrollo de su identidad o en la configuración de su imagen. Así, por ejemplo, estamentos gubernamentales levantan campañas multimediales con propósitos de afiliación, reconocimiento y hasta cohesión social dentro del contexto globalizado y mediatizado de este nuevo milenio. El Bicentenario es nuestro objetivo de análisis como núcleo de una campaña cuya finalidad comunicativa es la cohesión social, el reconocimiento de los chilenos y la posibilidad de, desde un discurso patriótico con cimientos históricos y una frescura universalizable, hacer encontrarse a los chilenos entre sí y de transmitirse como marca hacia el exterior a través de distintos recursos semióticos existentes, aprovechando soportes y medios de consumo masivo actuales para fortalecer una visión de patria con historia, presente y futuro. Por consiguiente, analizaremos los textos multimodales de la campaña, desde una perspectiva del estudio de la marca país, a partir del cuadro teórico de la semiótica social.
(*) Profesora coordinadora de Lingüística Aplicada en la Escuela Superior de Tecnología y Gestión del Instituto Politécnico de Leiria en Portugal y coordinadora del Departamento de Ciencias del Lenguaje en la misma institución
La invitación tampoco es tan casual, pues a quien le interese el tema podrá encontrarse con un artículo publicado de quien escribe, hecho en co-autoría con mi estimada Carminda Silvestre (*), que se denomina: "Un discurso para la cohesión social. El proceso semiótico-discursivo en la (re)construcción de marca Chile en el Bicentenario" (link para visitar el artículo en la web de la revista). Además de textos de varios colegas y amigos ligados al diseño y a la Universidad de Chile.
Abstract:
Los periódicos, la televisión o Internet son medios privilegiados al momento de la construcción, mantención o reconfiguración de identidades. No es casual entonces que muchos organismos o entidades se valgan de este tipo de medios como elementos centrales a la hora de construir sus textos multimodales en el desarrollo de su identidad o en la configuración de su imagen. Así, por ejemplo, estamentos gubernamentales levantan campañas multimediales con propósitos de afiliación, reconocimiento y hasta cohesión social dentro del contexto globalizado y mediatizado de este nuevo milenio. El Bicentenario es nuestro objetivo de análisis como núcleo de una campaña cuya finalidad comunicativa es la cohesión social, el reconocimiento de los chilenos y la posibilidad de, desde un discurso patriótico con cimientos históricos y una frescura universalizable, hacer encontrarse a los chilenos entre sí y de transmitirse como marca hacia el exterior a través de distintos recursos semióticos existentes, aprovechando soportes y medios de consumo masivo actuales para fortalecer una visión de patria con historia, presente y futuro. Por consiguiente, analizaremos los textos multimodales de la campaña, desde una perspectiva del estudio de la marca país, a partir del cuadro teórico de la semiótica social.
(*) Profesora coordinadora de Lingüística Aplicada en la Escuela Superior de Tecnología y Gestión del Instituto Politécnico de Leiria en Portugal y coordinadora del Departamento de Ciencias del Lenguaje en la misma institución
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domingo, 23 de septiembre de 2012
Zombis post dieciocheros
¿Han notado algo extraño en el ambiente volviendo de fiestas patrias? Se supone que hubo dos días laborales luego del fin de semana largo por el 18 de septiembre (jueves 20 y viernes 21), pero muy poca gente pudo ser ubicada en sus lugares de trabajo o incluso en sus lugares habituales de residencia. Ya terminando el fin de semana y el ambiente se mantuvo demasiado tranquilo. Poco ruido, poco movimiento, poca gente. Como entrando en una verdadera película de holocausto zombi en versión criolla. Cuya primera escena muestra la ciudad prácticamente vacía, aunque con ciertos rastros de vida cotidiana cortada de golpe hace solo instantes.
Personalmente aproveché de arrancarme de la capital hacia el sur. En busca de descanso, amistades, paisajes, comida, bebida y entretención patriótica (y no tanto). Además del par de kilos extra y de la agradable sensación de haberse desconectado varios días de la rutina, como muchos; aproveché de bailar cueca, comer asados (entre decenas de otras comidas típicas chilenas, extranjeras e inventadas), pasear, jugar Trivia Chilena (y otros juegos de mesa) y hasta disfrutar algunas películas. Entre ellas un par de películas de zombis fueron las que me ayudaron a entender, regresando a Santiago, que el escenario era prácticamente el mismo del de este tipo de películas.
¿No será acaso que luego de tanta jarana dieciochera los chilenos se infectaron con una especie de virus zombi local? Debido al exceso de carne o de alcohol. Los largos viajes (y tacos). El bailoteo o quién sabe qué juegos típicos chilenos. Todas estas cosas que no acostumbramos a realizar durante el resto del año pueden haber provocado perfectamente alguna reacción del tipo zombi.
Personas que incluso se creyeron muertas, pero que como bien define la Real Academia Española: reaparecen atontadas y se comportan como autómatas. Fíjense en los pocos especímenes que andan por las calles, o tras los volantes de sus vehículos, o atendiendo los pocos locales abiertos.
No es mucho lo que se sabe en nuestro país de estos casos. Más allá de algunos cuentos o mitos particulares, es poco lo que se conoce de este tipo de fenómenos más allá del cine, los libros e historietas. Existen grupos de fanáticos, bandas musicales e incluso proyectos ligados a este mundo, como la marcha zombi masiva que se hizo para el Bicentenario o el cómic Zombies en La Moneda, una verdadera joyita según los entendidos. Pero no deja de ser extraño ver que los síntomas se hayan podido extender tan fuertemente tras estas fiestas patrias.
Probablemente el privilegio de haber gozado con cinco jornadas de festejo chileno, que varios transformaron en una semana o incluso más días; dejaron una marca social no menor. Y estaremos viviéndola y observándola al menos por toda la semana que comienza. Repleto de zombis post dieciocheros tratando de volver a sus quehaceres, portadores de un virus poco conocido, quizás de “exceso de chilenidad”. ¿No estaré yo mismo infectado? ¿O ustedes…?
Personalmente aproveché de arrancarme de la capital hacia el sur. En busca de descanso, amistades, paisajes, comida, bebida y entretención patriótica (y no tanto). Además del par de kilos extra y de la agradable sensación de haberse desconectado varios días de la rutina, como muchos; aproveché de bailar cueca, comer asados (entre decenas de otras comidas típicas chilenas, extranjeras e inventadas), pasear, jugar Trivia Chilena (y otros juegos de mesa) y hasta disfrutar algunas películas. Entre ellas un par de películas de zombis fueron las que me ayudaron a entender, regresando a Santiago, que el escenario era prácticamente el mismo del de este tipo de películas.
¿No será acaso que luego de tanta jarana dieciochera los chilenos se infectaron con una especie de virus zombi local? Debido al exceso de carne o de alcohol. Los largos viajes (y tacos). El bailoteo o quién sabe qué juegos típicos chilenos. Todas estas cosas que no acostumbramos a realizar durante el resto del año pueden haber provocado perfectamente alguna reacción del tipo zombi.
Personas que incluso se creyeron muertas, pero que como bien define la Real Academia Española: reaparecen atontadas y se comportan como autómatas. Fíjense en los pocos especímenes que andan por las calles, o tras los volantes de sus vehículos, o atendiendo los pocos locales abiertos.
No es mucho lo que se sabe en nuestro país de estos casos. Más allá de algunos cuentos o mitos particulares, es poco lo que se conoce de este tipo de fenómenos más allá del cine, los libros e historietas. Existen grupos de fanáticos, bandas musicales e incluso proyectos ligados a este mundo, como la marcha zombi masiva que se hizo para el Bicentenario o el cómic Zombies en La Moneda, una verdadera joyita según los entendidos. Pero no deja de ser extraño ver que los síntomas se hayan podido extender tan fuertemente tras estas fiestas patrias.
Probablemente el privilegio de haber gozado con cinco jornadas de festejo chileno, que varios transformaron en una semana o incluso más días; dejaron una marca social no menor. Y estaremos viviéndola y observándola al menos por toda la semana que comienza. Repleto de zombis post dieciocheros tratando de volver a sus quehaceres, portadores de un virus poco conocido, quizás de “exceso de chilenidad”. ¿No estaré yo mismo infectado? ¿O ustedes…?
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lunes, 27 de agosto de 2012
La Banda de los Poetas en gira
¿Cómo cantarían los grandes poetas chilenos? Quizás pueda sonar algo surrealista, pero hoy puede responderse, al menos parcialmente, a través de la propuesta de Andreas Bodenhofer y La Banda de los Poetas. Que musicalizaron la obra de Vicente Huidobro y Nicanor Parra e hicieron cantar a la Mistral y a Neruda.
Fui invitado al concierto de cierre de su gira en el GAM, que incluía un cancionero de regalo y postales para descargar la música online, cuyo costo era un aporte. El proyecto fue financiado por el Conejo Nacional de la Cultura y las Artes, a través de sus Fondos para el Fomento de la Música. Y si bien el sonido de la sala del centro cultural no fue el óptimo, mejoró a lo largo de la presentación, con la gracia de estar súper cerca los músicos.
En cuanto al repertorio: ya se habían podido oír muestras de este proyecto, pues al menos tres de sus canciones aparecieron ya en “Frágiles inmortales”; disco de Andreas Bodenhofer de 1998. Donde Pablo Neruda ya cantaba (cuan bolero) su Poema XV, Gabriela Mistral rapeaba País de la ausencia y se escuchaba la versión de Pobre fantasma de la libertad, de Nicanor Parra. Así como también se editaron parte de los temas compuestos sobre líricas de Vicente Huidobro en 1993, en el disco “Besando el abismo”, del mismo compositor, con la voz de una joven Javiera Parra. Pero ahora, la apuesta y puesta en escena, la visita instrumentada a estos poetas chilenos, en complicidad de una banda con ritmos variados, contagiosos y bailables, como cumbias, rock y jazz; es sin duda el valor del proyecto.
Las voces a cargo de Verónica González y Paula Herrera (Amarantha); ambas actrices con envolvente capacidad interpretativa; además de la participación especial de Arantxa Bodenhofer, cantando la entretenida cumbia Molino de viento (letra de Vicente Huidobro). La percusión en manos y pies de Ricardo Vivanco. El bajo virtuoso de Luis Cheul. Saxos y clarinete en boca de Jaime Atenas y Bastián Bodenhofer (quien también acompaña a ratos con percusiones menores o pasajes en teclados). Y cerrando la banda, su director y compositor: Andreas Bodenhofer, con su cabeza en los teclados.
Un fantástico viaje al pasado inacabable del siglo XX en Chile y su poesía. Proyectado un futuro cultural, armónico, con harto de fusión y creatividad que a ratos se hermanan con estilos tipo Congreso o alguna sonora. Lamentablemente, la respuesta frente a mi pregunta de si habría registro documental del show fue negativa. Me gustaría poder recomendar un disco o video del concierto, pero al parecer la gira por la zona centro de nuestro país (de entrada gratuita en todo Chile menos en el GAM), será un privilegio sólo para quienes asistimos. Aunque algo se puede encontrar del trabajo de esta banda y de su director, Andreas Bodenhofer, en la red de redes.
Links relacionados a Andreas Bodenhofer: Sitio del artista y Portal de su música.
Fui invitado al concierto de cierre de su gira en el GAM, que incluía un cancionero de regalo y postales para descargar la música online, cuyo costo era un aporte. El proyecto fue financiado por el Conejo Nacional de la Cultura y las Artes, a través de sus Fondos para el Fomento de la Música. Y si bien el sonido de la sala del centro cultural no fue el óptimo, mejoró a lo largo de la presentación, con la gracia de estar súper cerca los músicos.
En cuanto al repertorio: ya se habían podido oír muestras de este proyecto, pues al menos tres de sus canciones aparecieron ya en “Frágiles inmortales”; disco de Andreas Bodenhofer de 1998. Donde Pablo Neruda ya cantaba (cuan bolero) su Poema XV, Gabriela Mistral rapeaba País de la ausencia y se escuchaba la versión de Pobre fantasma de la libertad, de Nicanor Parra. Así como también se editaron parte de los temas compuestos sobre líricas de Vicente Huidobro en 1993, en el disco “Besando el abismo”, del mismo compositor, con la voz de una joven Javiera Parra. Pero ahora, la apuesta y puesta en escena, la visita instrumentada a estos poetas chilenos, en complicidad de una banda con ritmos variados, contagiosos y bailables, como cumbias, rock y jazz; es sin duda el valor del proyecto.
Las voces a cargo de Verónica González y Paula Herrera (Amarantha); ambas actrices con envolvente capacidad interpretativa; además de la participación especial de Arantxa Bodenhofer, cantando la entretenida cumbia Molino de viento (letra de Vicente Huidobro). La percusión en manos y pies de Ricardo Vivanco. El bajo virtuoso de Luis Cheul. Saxos y clarinete en boca de Jaime Atenas y Bastián Bodenhofer (quien también acompaña a ratos con percusiones menores o pasajes en teclados). Y cerrando la banda, su director y compositor: Andreas Bodenhofer, con su cabeza en los teclados.
Un fantástico viaje al pasado inacabable del siglo XX en Chile y su poesía. Proyectado un futuro cultural, armónico, con harto de fusión y creatividad que a ratos se hermanan con estilos tipo Congreso o alguna sonora. Lamentablemente, la respuesta frente a mi pregunta de si habría registro documental del show fue negativa. Me gustaría poder recomendar un disco o video del concierto, pero al parecer la gira por la zona centro de nuestro país (de entrada gratuita en todo Chile menos en el GAM), será un privilegio sólo para quienes asistimos. Aunque algo se puede encontrar del trabajo de esta banda y de su director, Andreas Bodenhofer, en la red de redes.
Links relacionados a Andreas Bodenhofer: Sitio del artista y Portal de su música.
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domingo, 29 de julio de 2012
Punto limpio para una cultura desechable
¿Acumulando ropa o electrodomésticos que no se volverán a usar sin saber cómo desecharlos? Pasa y pasa el tiempo y no es fácil para muchos desapegarse de ciertos productos averiados o juntando polvo en algún rincón de la casa. Quietos, en roperos, patios o bodegas.
Como dicen abuelos y padres: “antes las cosas eran mejores y duraban mucho más”. Por ejemplo, la ropa se heredaba generación tras generación (entre padre-hijo o hermano-hermano) y los electrodomésticos, tales como televisores, refrigeradores y jugueras convivían sin dificultad hasta con tres o cuatro generaciones familiares. Cómo no va a ser difícil convencer entonces a nuestros antecesores que los zapatos ya no duran veinte años, así como tampoco la ropa de cama. Que hay que “actualizar” el computador o cambiar el teléfono celular cada cierto tiempo. También el microondas, el equipo de música e incluso el auto, por averías sin fácil solución.
Estamos de acuerdo que esta es una época poco alentadora desde este punto de vista. No solo exige estar haciendo gastos en productos, enseres y aparatos nuevos mucho más seguido, sino que además demuestra que la fabricación es más despreocupada (o directamente calculada para la pronta mortalidad), que el sistema industrial avanza extremadamente rápido y es más conveniente comprar nuevo que reparar.
Frente a esto, cuando superamos la rabia que nos da tener que seguir este juego de la basura querámoslo o no, no es sencillo deshacerse de nuestras “cosas viejas” (concepto bien discutible hoy en día). No es cosa de llegar y tirar botellas, pilas, escombros y chatarra en nuestro país. Si bien hay algunos puntos limpios para materiales específicos en algunos recintos comunitarios, centros comerciales y supermercados; se hacen escasos para la cantidad de basura que generamos. Por eso es alentador encontrarse con algunas de estas iniciativas instauradas contundentes, como el Punto Limpio de Vitacura.
Allí podemos dejar separadamente: papeles y cartones, latas de aluminio, botellas plásticas, tetra packs, vidrios, escombros, ramas, metales y chatarra, telas y ropa, electrodomésticos y accesorios computacionales o monitores y televisores. Y aun mejor es que no solo se reciclan sino que, además, con cada tipo de deshechos reciclados se colabora en distintas entidades de beneficencia. Fundación San José, Coaniquem, Cenfa, Aldeas Infantiles SOS, Hogares Beneficios, Fundación Miguel Kast y María Ayuda, respectivamente.
Es hora de asumir que vivimos en una cultura cada vez más desechable. Pero que existen alternativas, incluso en Chile, para no rendirse del todo y, al menos, hacer algo útil con aquello que ya no usamos. Así, ayudamos al medio ambiente, a instituciones de beneficencia y, no menos importante, al orden y aseo del hogar, en medio de este ataque de hiper-modernidad cortoplacista. Tremenda oportunidad, mientras trabajamos hacia el problema de fondo.
Referencia: Punto Limpio Vitacura.
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