viernes, 10 de julio de 2009
El euro chileno
¿Es el chileno ladrón y estafador en el viejo continente? Mientras en nuestro continente los chilenos hacen gala de su título (autoimpuesto) de los ingleses de Sudamérica, mucho se ha hablado de las malas costumbres de nuestros compatriotas exilados o pasajeros en Europa. En Suecia dan como un hecho que los chilenos son ladrones por un tema casi genético y en España han obligado a bastantes chilenos a devolverse a nuestro país sin siquiera dejarlos salir del aeropuerto bajo argumentos de ilegalidad.
Dentro de este escenario de la mala imagen que tendríamos en Europa, con mayor o menor sustento, la defensa más común que oímos es la discriminación de la que somos víctimas, mientras que no pocos se lo toman con liviandad, atribuyendo estos actos a la pillería del chileno, como característica inevitable y, peor aún, festejada.
Revisando la prensa me topé con un par de artículos relacionados con un tema ya conocido, pero que no dejó de llamar mi atención. Esta semana el sitio web 20minutos.es publicó que en la ciudad de Murcia, al sudeste de la Península Ibérica, algunos chilenos utilizan las nuevas monedas de cien pesos chilenos, haciéndolas pasar por monedas de un euro. El Banco de España aconseja a los españoles a estar en guardia y el Cuerpo Nacional de Policía de Murcia llama a denunciar a los estafadores al momento mismo de ser sorprendidos.
Estas dos monedas miden 23,5 milímetros de diámetro y pesan 7,58 gramos. Además, visualmente son bastante similares, con un anillo externo dorado y centro plateado. La diferencia está en los números inscritos en cada una de ellas y en que la moneda europea lleva la figura del Rey Juan Carlos I y el peso la imagen de una mujer mapuche. El detalle, es que nuestros cien pesos nacionales equivalen solamente a 13 céntimos de un euro, lo que lo convierte en negocio redondo no sólo para nuestros compatriotas, sino para cualquiera que saque la cuenta.
Pese a que a la fecha no se registran denuncias por este hecho, es ya un secreto a voces que el ilícito existe. En la Casa de Moneda en Chile aún se preguntan quién fue el genio que diseñó una moneda calcada al euro, aunque tampoco es claro si el euro fue diseñado antes o después que la nueva moneda de cien pesos. En realidad la propuesta de cualquier diseño de moneda o billete deriva directamente del Banco Central, pues la Casa de Moneda es la encargada sola de la fabricación, pero ahí tampoco se encontraría un responsable con nombre y apellido, si es que asumiéramos que la producción de nuestra moneda melliza del euro fue hecha con el fin de suplantarla.
También se dice que las monedas de dos euros son casi iguales a las de 500 pesos nuestras. Así, van apareciendo más posibilidades para los sinvergüenzas y timadores, tanto ocasionales como profesionales, que realzan una imagen lamentable de nuestro país, su identidad y sus malas costumbres.
No busco limpiar la imagen-país ante los ojos europeos ni tampoco buscar culpables. Simplemente es importante conocer realidades y cuestionarse algunos temas. Pueden existir cientos de acusaciones y carteles desafortunados e injustos para nuestro país y sus habitantes, pero también hay hechos comprobables y compartidos que nos convierten en sospechosos. Mal que mal, cuántos no probaríamos el euro chileno si se nos presentara la oportunidad.
Algunos datos: Francisco Núñez, "Pillería chilensis: estafan en España con monedas de $100", 10 de Julio de 2009, Las Últimas Noticias.
Lasegunda.com
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Justamente hace un par de días comentábamos con el Deivi cómo por culpa de algunos "pillos" los chilenos nos vamos haciendo mala fama. Esto a partir de un reportaje que dieron en no sé que canal (el Deivi me transmitía por msn mientras lo veía) en el que mostraron el caso de un gringo al que le cobraron $60.000 por un taxi desde el aeropuerto a Plaza Italia. También hay casos cercanos, como el de Juanfe que compró un celular en Paseo Ahumada y le dieron una carcasa con plasticina, o a mi papá, que le prometieron un hotel de cinco estrellas y le dieron un hostal con paredes agrietadas y habitaciones clausuradas (nada menos que por prostitución!).
ResponderEliminarAl final la imagen país se va a las pailas, por que lo traumático de la experiencia es lo que queda para contar.
Igual da para pensar... todas las percepciones que uno tiene de que los peruanos o los argentinos son de tal o cual manera, pueden estar distorsionadas por experiencias puntuales.
Lo de la similitud de las monedas me queda dando vueltas también. Exactamente el mismo tamaño, exactamente el mismo peso, misma distribución, mismos colores... no puede ser coincidencia. Ahora, ¿porqué? ¿para parecer europeos? ¿para cagarse a los europeos?, no cacho.
En fin, buena columna como siempre.
Saludos,
Dama
PD. "cuentos visiones y lo que se antoje"... falta un "me"?
Toda imágen tiene algo de cierto y algo de inventado. No sé qué tanto importe la verdad, a fin de cuentas es con lo que los grupos de observadores se quedan y es en base a ello que opinan y aman o detestan a los demás.
ResponderEliminarLo potente es que ya no solo estamos hablando de visiones de otros hacia nosotros. Con cuentos como el que le pasó a tu papá, vamos haciéndonos malas (y ojalá buenas) con imágenes entre nosotros mismos.
PD: Si faltara un "me" usted no podría comentar y compartir lo que "se" le antoje.
Saludos y gracias por pasar.