lunes, 20 de julio de 2009

El mutante Metro de Santiago



¿Cómo ha cambiado el Metro de Santiago?
La puesta en marcha de la extensión de la Línea 1 del Metro hasta Los Dominicos está fijada para la primera quincena de noviembre del presente año. De este modo, continúa la historia de este símbolo capitalino y nacional, considerado el tren subterráneo más moderno de Latinoamérica, aunque para sus usuarios más fieles hace tiempo no es más que un dolor de cabeza.

Fue un consorcio franco-chileno el que dio comienzo a la construcción de la Línea 1 del Metro por debajo de la Alameda, bajo el gobierno de Eduardo Frei Montalva en 1968. Se panificó que habrían 5 líneas, cubriendo alrededor de 80 kms. En 1975, ya con Dictadura Militar, Augusto Pinochet es quien corta la cinta y marca el comienzo del proyecto, desde San Pablo a La Moneda.

Entre 1977 y 1978 se extendería la Línea 1 y se inauguraría el primer tramo de la Línea 2. En 1980 la Línea 1 alcanza su longitud hasta estación Escuela Militar. Diez y siete años después, Eduardo Frei Ruiz-Tagle inaugura la nueva Línea 5. Y, en el gobierno de Ricardo Lagos, se construye y hecha a andar la Línea 4. Durante todo este proceso, los carros han sido traídos desde Francia, México, Brasil y ahora España. Pueden verse todos los modelos aún en circulación en las distintas líneas.

El terremoto en 1985 en gran parte del Valle Central de Chile hizo que la mayoría de los fondos destinados a la construcción restante del tren subterráneo, tanto de extensiones como de sus nuevas líneas, fueran requeridos para la reconstrucción de la ciudad.

Solo el año 2006 se transportaron cerca de 1.300.000 pasajeros diariamente. Pero esta cifra se ha duplicado desde el 2007, debido a su inclusión dentro del sistema integral de trasporte público Transantiago. La demanda alcanzó más de 2,4 millones de usuarios por día y cerca de 5,5 pasajeros por metro cuadrado, cifra similar a la del metro de Tokio, considerado como uno de los más congestionados del mundo. Esto ha llevado a un alto índice de descontento y descuido popular del Metro capitalino. La rapidez y comodidad en los viajes ya no es lo que era antaño, y eso se nota a simple vista.

Es cierto que el Transantiago ha tenido consecuencias fatales en el transporte de los santiaguinos durante los últimos años. Los viajes son a veces bastante traumáticos y se necesita de muchos recursos y esfuerzos adicionales al plan original para lograr hacer funcionar el proyecto de manera efectiva. El Metro de Santiago se ha visto profundamente tocado y mutado por este tema y quienes disfrutamos del servicio existente hasta principios de este nuevo siglo lo extrañamos enormemente. Puede ser por el costo del progreso o sencillamente una pésima iniciativa gubernamental.

Sin embargo, no todo es color de hormiga en nuestro tren subterráneo, pues desde sus inicios, este proyecto buscó aportar en cultura y arte. Actualmente se cuenta con iniciativas como Bibliometro, paneles de difusión de eventos en los andenes, varias galerías, murales e instalaciones en algunas estaciones de gran afluencia y la convocatoria popular de Santiago en 100 palabras, que premia microcuentos acerca de temas urbanos y chilenos. Finalmente, el Metro ha estado ahí desde hace cuarenta años y deberemos lidiar con él, ya que seguirá siendo algo así como el sistema circulatorio de Santiago.

Imagen original y datos: Pedro Álvarez Caselli , “Chile Marca Registrada”.
Otras referencias: Wikipedia.org / Metrosantiago.cl

No hay comentarios:

Publicar un comentario