miércoles, 26 de agosto de 2009

El loco negocio de El Conejo manicero



¿Quién no reconoce ese penetrante olor a vainilla que emana de los carritos de Nuts4Nuts?
Se dice que el chileno es ingenioso y busquilla, que cuando quiere, encuentra formas de salir adelante. Que es capaz de inventar caminos creativos, muchas veces originales, para solucionar sus problemas o lograr ganancias de situaciones poco habituales. Quizás compartamos o no esta visión, pero hay casos de personajes chilenos como El Conejo que demuestran la astucia y el emprendimiento criollo.

Luis Martínez, conocido popularmente como El manicero de Nueva York o El Conejo, nació en una familia humilde de estación central. Su madre era camarera y su padre jinete de hípica. Cumplió con sus estudios escolares y desde joven fue muy trabajador. Fue salvavidas, junior, repartidor de películas, buzo, garzón, vendedor de corbatas, zapatos y relojes, además de ascensorista, entre otras ocupaciones.

Es probable que muchos lo hayan visto en las últimas Teletones, pues uno de sus tres hijos con su esposa estadounidense nació con discapacidades y por ello suele donar a la Teletón todas las ganancias conseguidas con sus cientos de carros de maní en las “27 horas de amor”. Pero cómo llegó a estar en la cabeza de un negocio que a los chilenos nos puede parecer tan típico y que los norteamericanos prácticamente no conocían.

Ya habiendo pasado por variados trabajos en Chile, como muchos compatriotas, decidió dar el salto a “La Tierra de las Oportunidades”, llegando a Estados Unidos sin saber más que unas palabras en inglés. Luego de un par de empleos comienza a trabajar con un chileno en un carrito de maní en pleno centro de Nueva York. Al poco tiempo se independiza, primero trabajando en la ilegalidad, para después conseguir los permisos y afirmarse en el rubro.

Nuts4Nuts, su empresa de maní confitado que traducido sería algo así como “Locos por el maní”, crece con fuerza. Actualmente tiene carritos maniceros comandados por chilenos en alrededor de 25 esquinas de Nueva York y más de 150 carros en Chile, en lugares estratégicos de las grandes ciudades. Se está expandiendo a Europa y el siguiente paso es seguir colocando carros en las calles de América. Su visión es que donde haya esquinas, hay posibilidades de negocios.

Y El Conejo no se quedó solo en el rubro del maní, también ha ampliado su flota de carritos para el servicio de otros alimentos a la chilena, como hamburguesas, churrascos, completos, manzanas confitadas, mote con huesillos y choripanes, los que incluso ofrece para eventos.

Ahora, Luis Martínez administra su empresa a nivel internacional, busca nuevas oportunidades, da charlas motivacionales e incluso tiene participación en el proyecto de una película sobre su historia en La Gran Manzana. En definitiva, El Conejo es un ejemplo de ingenio, pero también, aunque suene un tanto cursi, de esfuerzo. Si esto es por un tema genético y de nuestra raza, bienvenido, y que todos logremos dar con un negocio brillante que nos acerque al éxito.

Algunos datos: Nuts4nuts.cl

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