martes, 4 de agosto de 2009

El polémico patrimonio cultural de La Vega Central



¿Qué ocurrió con la modernización de La Vega Central? Existe un proyecto con fondos privados por cerca de diez millones de dólares para la remodelación de La Vega Central, que debiera estar listo desde el año 2003, pero aún no lo está. Este proyecto contaba con dos pisos de estacionamientos subterráneos capaces de albergar 2.000 automóviles, un patio de comidas y la refacción de toda la estructura arquitectónica, cumpliendo con altos estándares de sanidad, sin perder la identidad histórica de más de 100 años del recinto.

Este proyecto buscaba, en resumen, mejorar la situación de deterioro y congestión evaluado por el municipio a principios del nuevo milenio. Muchos podrán preguntarse entonces “¿qué pasó?”.

Un gran grupo de personas, principalmente del medio artístico, respaldando a locatarios del lugar, se han negado públicamente a la idea de que este centro de comercio popular, escenario de enorme identidad-cultural e historia nacional, se convierta en algo totalmente distinto y además obligue a los actuales comerciantes a gastar importantes sumas en arriendos y otros trámites. Poco les ha importado que los responsables del proyecto aseguren que se tendrá especial cuidado en no perder la fachada y la estructura clásica del recinto, pues el factor de los fondos de gigantescas empresas privadas y parte de la reestructuración misma les huele más a convertir a La Vega en un mall que a una simple remodelación.

Antiguamente el comercio del sector funcionaba con carretas estacionadas, donde se ofrecían los productos. Con la construcción del Puente Cal y Canto llegó un gran número de feriantes y vendedores haciendo mayor el flujo de personas, y dando pie a la aparición de variados centros de consumo y diversión como chinganas, bares, garitos, burdeles, entre otros espacios de socialización popular. Lo que obligó al levantamiento de la estructura actual.

Hoy La Vega Central es el mayor mercado del Santiago popular. En él podemos encontrar principalmente productos de campo que proveen desde restaurantes de renombre hasta familias de escasos recursos de nuestra capital.

Los camiones llegan cuando todavía es de noche y la descarga de productos dura hasta el amanecer. Luego la mercadería se remata al por mayor entre los locatarios, quienes venderán en sus puestos al público final, o como ellos los llaman cariñosamente: “caseros”.

El lugar acoge un amplio tipo de personajes, desde gente de trabajo, hasta desempleados, vagabundos y alcohólicos. Entre sus mayores beneficios están la economía de consumo que significan para sus compradores, además de su excelente ubicación.

Veremos si el polémico proyecto logra llegar a concretarse superando las protestas y declaraciones de los locatarios y la gente del mundo cultural, que ve en este lugar una fuente de inspiración histórica. Si fuese cierto que no se perderá la esencia de La Vega, con esa atención personalizada tan única, esos convenientes precios y ese paisaje popular, no le vendría mal una manito de gato, ya que las calles están bastante a mal traer y podría mejorarse el tema higiene y organización. Pero la desconfianza de los detractores también es entendible. No perdamos más espacios identitarios, cuidémoslos y arreglémoslos.

Fotografía original: Anabella Grunfeld
Referencias: Diario.elmercurio.cl / Chile.com / Memoriachilena.cl

1 comentario:

  1. 7 años despues está la cochineria la ediondez y la mugre, defienden lo que ellos destruyen y deterioran dia a dia.

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