lunes, 15 de junio de 2009

El dueño chileno de la Luna



¿La Luna es de un chileno? Sigue sonando mítico y hasta un tanto humorístico que un chileno haya inscrito la Luna, pero ya es historia conocida y por extraño que parezca, es verdad. Jenaro Gajardo Vera, excéntrico abogado, pintor y poeta oriundo de la localidad de Traiguén, en el sur de Chile, fue el ocurrente personaje que protagonizó esta fabulosa historia.

Corría septiembre del año 1953 cuando este hombre registró en Talca la propiedad de la Luna cancelando la suma de $42.000 de la época. Dentro de sus peculiares antecedentes figuraba el haber creado la Sociedad Telescópica Interplanetaria, con el objetivo de tener una agrupación preocupada de la eventual e inminente visita de seres extraterrestres a nuestro planeta. Esta sociedad efectivamente existió, y un reconocido Obispo era miembro de ella, dándole seriedad al asunto, como si, por esas casualidades de la vida, los personajes interplanetarios fueran no solo a aterrizar en la Tierra, sino que también cerca de nuestro país, como para que este grupo de personas los recibiera con bombos y platillos.

Según se sabe, al menos oficialmente, esta prometedora recepción con empanadas, cuecas y vino tinto jamás se hizo realidad, pues no hubo arribo de alienígenas ni ceremonias relacionadas en territorio chileno. Quizás hayan llegado al Área 51 en Norte América por un error de cálculo en su nave espacial, pensando que se trataba del desierto de Atacama, pero esa es harina de otro costal.

Como si previera que su plan primigenio pudiera fallar, Jenaro Gajardo tenía otro proyecto estelar bajo la manga, que lo llevó a transformarse en un personaje harto más noticioso que lo que hubiese conseguido solo por la creación de su extraña sociedad.

Nadie había tenido hasta ese momento la fabulosa idea de inscribir nuestro satélite natural a su nombre. ¿Y quién lo hizo?, un chileno. Siguió el curso legal del asunto; llevo a cabo el trámite correspondiente en una oficina de bienes raíces, publicó tres avisos en el Diario Oficial y, ante el Notario de Talca, quedó constancia de que este hombre era dueño de la Luna.

Algunas fuentes dicen que el motivo de la inscripción de la Luna fue para ingresar al Club Social de Talca que le exigía tener bienes raíces de alto pelo, mientras otras comentan que simplemente fue un acto poético de protesta para la posible elección de futuros habitantes lunares. Como fuera, la noticia causó furor: “Un chileno es dueño de la Luna”. La cobertura nacional fue y sería amplia, cosa que no llama la atención, pues hasta la mínima relación de personajes importantes con Chile, desde la nana millonaria o el regordete actor de Lost, aparecen siempre en primera plana. También varios medios internacionales publicaron el evento. Entre otros, Sábado Gigante no se quiso quedar fuera y el mismo Don Francisco llevó a Estados Unidos al abogado y lo entrevistó en su programa. Y según cuenta la historia, en 1969 el mismísimo Richard Nixon tuvo que pedirle permiso a este chileno para que autorizara a los tres astronautas de su país a descender en el satélite de su propiedad. Petición a la que Jenaro Gajardo accedió noblemente.

En su testamento, el año 1998, apareció lo siguiente: "Dejo a mi pueblo la Luna, llena de amor por sus penas". Por ende no quedaría más que agradecerle por su bello gesto hacia toda la humanidad, permitiéndonos a todos la posibilidad de visitar nuestro satélite. Pero más importante aún, deberíamos agradecerle como chilenos, pues mal que mal nos puso en la palestra, pese a lo surrealista, romántico o lunático que haya sido su paso por la historia. Ya quedó la constancia pública de que fue un chileno el primer propietario de la Luna.

Referecias: Wikipedia.cl

2 comentarios:

  1. Genial recordarnos un episodio mas del ingenio y la picardia nacional.
    Ojalá hoy en día la creatividad chilena fuera asi de "sanita" y los medio tuvieran la disposición de ofrecernos noticias menos abrumadoras que ahora, menos chimuchina, menos crimen y menos tontera.

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  2. Es cierto que sería bastante grato dejar de ver tanto fatalismo y leseras en los medios, no extriparlos como algunos extremistas dicen, pues todo debe tener su espacio, pero si equilibrar el tema con otras cosas.

    Respecto a lo de "la picardía chilena", no se qué tan real y representativa es de nuestro pueblo o qué tan auto-designado será. Este mismo caso tiene más de "lunatico" que de pícaro, y tampoco es que Jenaro Gajardo sea ejemplo de chileno medio, aunque de ingenioso definitivamente tiene mucho.

    Saludos y gracias por compartir opiniones.

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